En esta fase, los bebés están centrados en sus necesidades básicas, como la alimentación, el sueño y el confort. Aunque son completamente dependientes de los adultos, están desarrollando habilidades motoras y sensoriales fundamentales. La exploración sensorial, como tocar y chupar objetos, es una parte crucial del proceso de aprendizaje. Durante esta etapa, los bebés comienzan a formar vínculos emocionales con sus cuidadores, lo que sienta las bases para su desarrollo emocional futuro.
Este es un período de rápido desarrollo motor y cognitivo. Los niños pequeños quieren hacerlo todo por sí mismos y pueden demostrar una fuerte voluntad de independencia. Este deseo de autonomía puede llevar a los famosos "terribles dos" cuando enfrentan limitaciones y reglas. Es importante establecer límites claros y seguros mientras fomentas su exploración y autonomía dentro de esos límites.
Los niños en esta etapa están mejorando sus habilidades de comunicación y su capacidad para expresar sus deseos y necesidades. Quieren ser independientes y pueden resistirse a la ayuda de los adultos. A medida que desarrollan habilidades motoras finas y gruesas, también pueden participar en actividades diarias como vestirse, cepillarse los dientes y ayudar con tareas sencillas.
En esta etapa, los niños están desarrollando habilidades cognitivas más avanzadas y adquiriendo una comprensión más profunda de las relaciones y las normas sociales. Quieren demostrar que son capaces de tomar decisiones y asumir responsabilidades. Pueden empezar a cuidar de sus propias pertenencias, hacer tareas domésticas y participar en actividades extracurriculares.
Los adolescentes están en un período de búsqueda de identidad y autonomía. Quieren tomar decisiones importantes sobre su educación, relaciones, amistades y actividades extracurriculares. A medida que ganan independencia, también deben aprender a manejar la responsabilidad. Los adolescentes pueden ser más propensos a desafiar las normas y a cuestionar la autoridad, pero también están desarrollando habilidades de toma de decisiones más maduras.
En todas estas etapas, es fundamental que los padres y cuidadores brinden un entorno seguro y de apoyo para que los niños exploren su autonomía. Esto implica establecer límites apropiados, ofrecer opciones controladas y darles la oportunidad de aprender de sus errores. Fomentar la autonomía de manera gradual y alentar la toma de decisiones informadas contribuye al desarrollo emocional y cognitivo saludable de los niños a lo largo de su crecimiento.