La vocación de educador es muy importante para construir una sociedad más desarrollada. Los educadores somos quienes, de cierta manera, construimos lo que es la escuela con ayuda de compañeros y los padres de los estudiantes. Ser educador es una profesión en la cual debemos tener la motivación de enseñar y estar en contacto con nuestros estudiantes. Aunque para algunos sea un trabajo fácil, es una profesión que supone un mayor reto profesional, ya que es nuestra responsabilidad que los estudiantes estén motivados a la hora de aprender.
Los maestros deben tener cualidades que los distingan. Un maestro eficiente tiene un buen conocimiento de su materia y un núcleo sólido de habilidades de enseñanza. Saber usar estrategias de enseñanza, respaldadas por métodos para establecer metas, planificar la enseñanza y tener control de los estudiantes en la sala de clases son elementos que no pueden faltar en la profesión. Además, debe saber cómo comunicarse con el estudiantado y manejar las tecnologías de la información y la comunicación como herramienta para crear clases dinámicas y entretenidas.
Al pensar en cualidades que me distinguen pienso en mi amor por la música, por ayudar a los demás, entre otros. Sin embargo, para el área laboral considero importante estas cualidades: soy responsable, servicial y comprometido con lo que hago. Son estas características las que me permiten superarme en mi trabajo. Me gusta que todo esté como debe ser y bien hecho. Ahora bien, como educador intereso siempre ser un buen ejemplo para mis alumnos. Ciertamente, contar con un buen maestro tiene una influencia positiva y muy importante en la vida. Siempre pondré mis habilidades al servicio de mis estudiantes y al que lo necesite.
Un buen educador debe brindar su enseñanza con amor y facilitar el conocimiento. Definitivamente, el objetivo principal de un maestro es sembrar en sus estudiantes el amor por el aprendizaje. En segundo lugar, debemos desarrollar ambientes que faciliten la participación de todos. Es importante escuchar sus cuestionamientos o comentarios; es decir, que se sientan atendidos. Jamás debemos hacer sentir a nuestros estudiantes inferiores o humillados. Como maestro en formación quiero que mis estudiantes sean ellos mismos, permitirles estar en un ambiente cómodo y que puedan aprender.
No pretendo ser un maestro perfecto, pero si quiero hacer la diferencia. Siempre tendré el compromiso con mis estudiantes de ser lo mejor posible. Un maestro como el que aspiro convertirme debe tener cualidades sanas y respetar al estudiantado. Me comprometo a ser un educador que fomente el pensar crítico en la sala de clases para que mis alumnos comprendan, analicen y observen la realidad que nos rodea.