Muro de las Mentiras

Aqui se muestran todas las mentiras que diseminan los violentos para justificar su accionar. Repetirlas y usarlas en los argumentos es sustentar la violencia. 

Tres mentiras y un truco

Era previsible que el ensimismado líder climático no captase el mensaje. 

Con la estrategia propia del facho, se rodea de un séquito zalamero que incluye periodistas, para aislarse de la realidad. Así convirtieron en 180.000, el número de participantes en las marchas de todo el país, cuando los recuentos serios, incluyendo los que cualquier escéptico puede hacer calculando densidad y extensión en fotos, dieron 2.5 millones.

Una rebajita del 93%, con la que acomoda la segunda mentira. Salió  la “clase dominante”. No podría su Marxista cerebrito verlo de otra forma. Aquí no hay posibilidad de acuerdos, ni de gobierno para todos. Aquí lo que hay es un iluminado apretando a unos pocos opresores que se molestan porque ya no pueden seguir pisando a los oprimidos.

La enojosa contradicción resulta cuando se hacen las cuentas bien y se revisa la variadisima participación. Las monjitas y ancianos en silla de ruedas con oxígeno pertenecen a la clase dominante! Sin duda, una de las más numerosas del mundo. 

La tercera, la más descarada y cínica y la más repetida por su rebaño es que lo masivo de la marcha prueba que estamos ante un gobernante tolerante y pacífico. “Nunca antes habían podido los Colombianos protestar en paz” , balan, sin el menor asomo de sonrojo. Las marchas blancas han sido pacíficas por decisión de quienes protestan. Desde las masivas, de rechazo a las FARC, hasta las más recientes. Todas las demás, especialmente las promovidas por Petro y sus secuaces han terminado en ataques a policías, quemas y destrucción. Siempre han sido los manifestantes los responsables de la violencia que la policía ha tratado de contener.

Las mentiras son tan descaradas que hasta sus partidarios se alarman. 

Por eso saca de su sombrero de ilusiones el truco de la victimización, usado por todos los que, estando en el poder, se niegan a asumir su responsabilidad. Que todos son asesinos. (si, incluyendo las ancianas y los niños). Que lo quieren matar. Que la protesta es parte de un golpe. Que no lo dejan arrasar este sistema miserable para reemplazarlo por el paraíso que describe con primor la declamación viral de un niño petrista. Mostrará que la pelea es con sindicatos pagados, hampones negociados, e indígenas comprados, quienes respaldarán su fallida gestión y demostrarán con la agresión, cómo pretenden imponerse.

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Los Privilegiados

Tiene razón el galáctico líder al decir que quienes marchan contra su gobierno son privilegiados. 

Si se observan con cuidado los videos se encuentra que hay una mezcla heterogénea de razas, pintas, edades y categorías sociales. A pesar de la diversidad es muy obvio que todos son privilegiados. 

Han tenido el privilegio de trabajar duro, ahorrar y construir un patrimonio y un modo de vida digno que no involucra disfrazarse de camuflado, reclutar niños para armarlos y obligarlos a matar y poner bombas. 

Son privilegiados porque han sabido aprovechar la poca o mucha educación que recibieron y la han puesto al servicio de los demás creando empresas o contribuyendo a que las empresas de otros prosperen y generen más empleos dignos. 

Son privilegiados porque marchando expresan libremente su rechazo a unas políticas que han demostrado ser fórmula de miseria. Lo hacen por convicción y sin quemar comercios ni atacar policías para permitir el cinismo de que no hubo heridos gracias al gobierno.   No van en uniformes provistos por el gobierno. No llevan carteles elaborados por sus jefes. No marchan para conservar el puesto oficial que tanta indignidad y abuso les genera.

Marchan porque han tenido el privilegio de conducir sus vidas con honestidad, sin engaños ni trampas. Porque no estuvieron confundidos en la juventud participando en aventuras guerrilleras, en asaltos o tortura de secuestrados. Porque han tenido la mente abierta a muchas ideas y han sido capaces de encontrar su verdad, conectada con  la realidad liberándose de dogmas y fanatismos. 

Y si, temen perder sus privilegios. Los de la libertad de expresión, de trabajo, de movilización, de salud, de pensión. Temen perder las organizaciones sociales con las que canalizan la filantropía que ayuda a los demás en una forma mucho más eficiente que el Estado. 

El temor lo comparten con el compañero Presidente, quien tampoco quiere perder sus enormes privilegios, ni los de su esposa y su séquito de masajeadores, maquilladores y estilistas, de Nicolás con sus gasticos de 200 millones al mes, de sus miles de ineptos funcionarios que reciben jugosos salarios por exhibir ignorancia e ineptitud. 

¿Cómo cabe tanto privilegiado en el país de la inequidad?.

Son millones que protestan el privilegio de sostener a los cientos de parásitos que desconocen la austeridad. 

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Trastornos ideologicos

Hay trastornos que afectan a las mentes que se han pasado la vida leyendo solo Marxismo y sus derivados. Uno es la incapacidad para ejecutar. Como no han hecho otra cosa que criticar y quejarse, nunca han tenido la experiencia de montar una empresa o un negocio y solucionar todas las dificultades que se van presentando. Están convencidos que con tener ideas es suficiente. Por eso defienden con tanto ahínco y expresan tanto entusiasmo por su ideología. Les basta con tener una bella idea que suene bonita, y se exprese con suficiencia literaria. Eso de aplicarla en un escenario de la vida real, y sacarla adelante o verla fracasar, no es para esas mentes. No aceptarán nunca que las bonitas ideas del comunismo, llevadas a la práctica, fueron un desastre. Por eso Petro idea cerrar la explotación de fósiles porque la va a reemplazar con turismo. Calcular lo que le va a pasar a la economía del país cuando caigan los ingresos y tenga que comenzar a comprar combustibles, no debe contaminar su idea.

El trastorno mental, impide entender que desarrollar el turismo implica una gran inversión en infraestructura y unos niveles de seguridad muy distintos a los que está dando la paz total, o que la transición energética tiene que ser lenta ya que no puede pararse la energía fósil hasta que esté implementada la alternativa.

Otro concepto que no cabe en esas mentes es el de costo beneficio. Cuánto hay que invertir para obtener un determinado beneficio, y cómo se miden el resultado? Poco importa porque la mente está obsesionada con la idea. Además, como la plata es del estado, no hay necesidad de hacer cuentas y se puede ser muy generoso. ¿Quién dijo que los gobiernos se tienen que regir por los conceptos de productividad del inmundo capitalismo? 

El visionario se irrita porque no entendemos que alquiló un localito por mil millones al día para mostrar unas mochilas, que van a comprar los banqueros y ricachos del mundo, que pasan en limusina. Las “decenas de miles” que circularán por los 50 metros del chucito, pagarán con creces. 

No se ha conocido ni en forma aproximada, el beneficio que han traído los muchos millones de dólares gastados en los alegres paseos de Presidente y su Vice. Todos se justifican con bellas retahílas que riman muy bien con las geniales ideas, pero ninguno muestra ni un imaginado retorno de la inversión.

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Papa Noel

Esta Navidad se nos abre la esperanza de un Pala Noel que nos va a entregar a todos, las riquezas de la nación, los minerales y vegetales, el agua, la luz, el aseo, el espectro electromagnético y nos va a encimar salud, educación, vivienda, comida y transporte gratis.  Vendrá acompañado de coloridos elfos trabajadores que nos aliviarán las cargas y nos permitirán vivir sabroso. Vendrán también blancos ángeles y arcángeles que se encargarán de la distribución equitativa y justa de todas las riquezas. Activaran las nubes para que llueva justo lo necesario y mantener llenas las represas, sin que ocurran inundaciones, y tengamos toda la energía requerida para encender las lucecitas de Navidad en una Patria feliz. No será necesario extraer más de ese oscuro líquido bituminoso porque brillará el sol para activar los miles de paneles solares que hemos instalado en nuestros áridos territorios y las cornetas soplaran para mover las hélices que le darán energía a los orgullosos vehículos eléctricos “made in Colombia”.  Abriremos los regalos de una administración pública transparente, honesta y eficiente  que nos colmará con  todos los servicios a precios ínfimos, sabiamente controlados por Papa Noel quien habrá esfumado los inicuos precios del odioso mercado.


Los Arcángeles serán especialmente cuidadosos en impedir la corrupción que podría generarse por la concentración del poder político y económico en las pocas manos de los agentes del estado. No será necesaria la dañina competencia porque todos estarán imbuidos del espíritu navideño de generosidad y amor por el prójimo.


Con la inspiración de las estrellitas del  pesebre, lograremos vencer al demonio del neoliberalismo que tanto daño le ha hecho a la humanidad llenándola de comodidades y bienes materiales, cuando lo auténtico es sentir la tierra en los pies, beber el agua de las quebradas y los ríos, comer los frutos de la naturaleza y movernos con la ayuda de los renos y sus hermanos. Nos curaremos con las hojas que nos da la Pacha Mama y la sabiduría ancestral de los mamos y cerraremos los despreciables negocios de las UCI. 

Podremos celebrar la Navidad confiados en que tenemos un Papá Estado que nos resolverá todas nuestras terrenales afugias, mientras el líder de la Galaxia planea gastarse otros 21.000 millones en viajes para salvar este desquiciado planeta.

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Patear las pensiones

Tuvo que volverse viral el video de una adolescente pidiendo a los honorables senadores que hagan cuentas. Jerome Sanabria si aprendió en las clases de matemáticas y es capaz de entender una proyección e interpretar una hoja excel.

Lo dijo en forma muy cortés a los ventajistas de hoy que insisten en llenarse de privilegios a costa de pasarle la cuenta al futuro. Están muy tranquilos porque calculan con datos equivocados, la viabilidad del sistema pensional a 70 años.

Que valioso que se levanten los jóvenes a decirle a los adultos y los viejos que no pueden continuar con esa práctica tan universal de patear la pelota a las siguientes generaciones. No es solo con pensiones. Es con todo el gasto público en casi todas partes. Prácticas que están o deberían estar prohibidas por ley se han convertido en el menú diario de todos los políticos. Hay Alcaldes que para su plan de gobierno son capaces de endeudar las siguientes 4 administraciones, países que han pasado del 200% de su PIB en deuda que equivale a decir que Ud debe el doble de lo que se gana en un año. O sea que no va a poder pagar nunca. Algunos economistas han sostenido que no importa. Los gobiernos emiten papeles para poder inflar sus gastos, que no son sometidos a un control racional de costo beneficio, y cada año simplemente le van agregando ceros a lo que deben. ¿Qué pasará cuando llegue el momento en que lo que recogen, exprimiendo cada vez más a sus súbditos, no les alcance ni para pagar intereses? La debacle económica mundial ha sido anunciada por muchos sabios, pero se las han arreglado para seguir agregando ceritos y gozar el presente. El déficit del gobierno americano está llegando a los 3 trillones. Son 12 ceros que convertidos a pesos se vuelven 15. Un número que no le cabe en la cabeza a nadie.

Y buena parte de ese déficit se debe a la fiesta de las pensiones. El sistema privado se considera horrible porque la gente recibe lo que ha ahorrado. En cambio el público es una dicha. Todos los contribuyentes les regalamos hasta mil millones a unos pocos privilegiados que han sabido exprimir el sistema. Jerome calcula correctamente que habrá muchos menos contribuyendo y muchos más recibiendo, con lo que su generación no tendrá como recibir una pensión. Al menos una mente lúcida y responsable en esta fiesta de viejos a costa de nietos.



Moral de caucho

Tan cómodo que resulta estilar una moral que se estira, se dobla, se adelgaza y se acomoda a gusto. 

“Se debe respetar el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países”. Se adelgaza para poder ver a través de los atropellos y abusos en derechos humanos de Danielito, Madurote y Diaz Canel. Pero si se trata de la reacción al golpe que quiso dar el mompa Castillo, allí sí hay que darle instrucciones precisas al Congreso que le contesta “Viva Perú y vete al carajo” 

Como es campeón de la Paz Mundial, le da instrucciones a Bukele para que respete a los criminales como se hace aquí: se los incluye en la jugosa nómina del estado y se les da título pomposo. Según sus cuentas aquí logramos la reducción de los homicidios construyendo universidades. Si se revisa la gráfica  de muertes violentas en Bogotá durante la Alcaldía de Petro, y el número de Universidades construidas se podrá comprobar cómo lo que construye es su ilusorio mundo. Sin mencionar lo que está ocurriendo en homicidios, secuestros y delitos en todo el país mientras expande el maligno virus de la paz total. 

Cuando fungía de fogoso senador denunciaba la podredumbre en la financiación de las campañas políticas. Era una aberración intolerable hasta que apareció Nicolasito embolsandose 600 millones que el hampa le enviaba a su impoluto papito. El caucho se estira de nuevo para que el escándalo sea que el chino malcriado le robó unos pesitos al papá. El origen de la financiación y el calibre de las cifras se confirma con la lagrimosa sinceridad  de Bendetti y cuando le pintan rejas, comienza a cantar una canción de corrupción que deja en el kinder a todos los antecesores. La cauchosa moral del Padre le permite  alejarse de los “errores” del muchacho cuyo estilo de vida y gastos, supera en mucho a todos los “niñitos blanquitos riquitos ̈. Los ilusos del cambio no saben qué hacer con la vergüenza. Gastaron sus suelas en pavimentos, gritaron sonoras consignas y ahora resulta que se les acaban la gavetas en el cerebro para esconder tanta patraña. 

Clama por destapar la verdad del pasado con testimonios-premio mientras maniobra para tapar la verdad reciente y presente buscando comprar conciencias de quienes podrían contarla, inflando un globo de poéticos deseos con el que pretende envolver una gestión desastrosa. 


Dice respetar la democracia y la separación de poderes pero si investigan los ardides que lo llevaron a la Presidencia, proclama que solo responde ante el pueblo. ¿Y quién es el pueblo? Cómo es que va a responder? En cuál constitución se encuentra tan novedosa norma? Quiere torcer la ley para hacernos creer que lo que vale es el apoyo de “su pueblo” que exhibe en lánguidas marchas después de haber activado todos los ministerios y sindicatos oficiales y de haberse gastado una enorme suma en el transporte, el pan y el circo.

Los llama a respaldar su ruinoso paquete de reformas mientras promueve primeras líneas y arma milicias que demuestran con bombas y destrucción, su amor y apoyo.

Cuidado con los deseos. Mussolini, Ceaucescu, Kadafi y otros, invocaron al pueblo y es muy seguro que alcanzaron a arrepentirse cuando finalmente vieron que el pueblo los rodeaba.

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La enfermiza mentira

Se discute en muchos foros la incapacidad mental o física del Presidente para seguir gobernando. Los más de 80 incumplimientos con los que se ha sabido adornar en un año de gobierno, los trabalenguas incomprensibles que con tanta convicción declama, son pasto humorístico para comediantes y mamagallistas entre los que se destaca Jhovanoty con sus confundibles imitaciones. La lengua pastosa y trabada con la que pretende desenredar sus enredos, ha puesto a muchos a pensar que inhala, toma o se inyecta ayuditas para lidiar con las frustraciones de quien se ha pasado toda una vida en el cómodo oficio de la crítica y ahora ahora enfrenta las dificultades de hacer. 

Quienes se desconciertan con su desordenada agenda no alcanzan a entender que para el Narciso, eso de respetar a los demás, no existe. El es el centro y los demás solo están para adaptarse a sus deseos, limitaciones, trasnochos y perezas. 

Plantean un examen médico, desconociendo que un Narciso enreda al más avezado psiquiatra. El diagnóstico se concluye con la observación de su comportamiento. Igualmente los adictos no se comprueban interrogando al enfermo sino con exámenes de sangre al azar. 

En una democracia es razonable ponerle atención a la salud del Presidente, pero el verdadero riesgo que enfrentan casi todos los que creen en el diálogo pacifico y civilizado, como único recurso para la convivencia, está en  la búsqueda de la verdad. 


Las mentiras  se diseminan a velocidad Covid y los expertos en manipulación saben que con encender el botón de la ira, el miedo o el odio, se garantiza la fidelidad a una historia falsa. Con esto logran radicalizar bandos al extremo de hacerles creer que  solo la eliminación del rival, soluciona el conflicto.


Propongo penalizar la mentira. Una cosa es la libertad de expresión y otra los tramposos que mienten con desfachatez, inventan historias, falsifican fotos y videos para desacreditar a otro o promoverse.  Así como hay herramientas para fabricar falsedades también hay muchas y muy buenas, para detectarlas. Así como el sector comercial actúa cuando detecta publicidad engañosa, la democracia debe tener herramientas fuertes para detectar y sancionar la mentira. Candidato o partido al que se le compruebe que ha usado la trampa y el engaño, debe descalificarse de la contienda. El funcionario que use la mentira en el desempeño de sus funciones no solo debe ser destituido sino que debe quedar inhabilitado. El Presidente que use el engaño como herramienta para gobernar debe ser enjuiciado y tratado con mucha más severidad que si le detectan psicoactivos o le demuestran un severo trastorno de la personalidad. 

El cinismo con que Petro victimiza a Nicolasito “trastornado por el amor” y responsabiliza a la prensa de la muerte de su jefe de seguridad, con la venia de sus “aguerridos entrevistadores”, solo es comparable al de Trump con sus intentos de manipulación de las elecciones. 30.000 mentiras documentadas durante su Presidencia y no le pasó nada.

Con la verdad, y apego a los hechos, es posible el diálogo y convivencia de opuestos. En cambio la tolerancia con ficciones tan descaradas, conduce invariablemente al odio, la violencia y la guerra. 

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Engaño Profundo

Los “deep fakes” o falsos profundos afectan no solo las irresponsables redes sociales sino que ocasionalmente engañan medios serios y establecidos. La inteligencia artificial (IA) hace cada vez más fácil que cualquier hijo de vecino falsifique la realidad en formas que pueden generar mucha confusión. El cine nos tenía acostumbrados a todos los imposibles, que entendíamos como territorio de grandes estudios de producción y presupuestos millonarios. 

Pero ahora se volvió muy fácil falsificar a cualquiera poniéndolo a actuar y decir lo que se quiera. El potencial de generar escándalos, arruinar carreras, ganar elecciones es enorme. 

Claro que hay programas especializados en detectar las mentiras, pero cuando se destapan, ya el daño está hecho. Y un escándalo se hace viral mucho más rápido que la aclaración. Esto es bien sabido y sin embargo un número altísimo de personas supuestamente educadas y responsables, siguen reenviando videos y fotos perniciosas sin verificar su autenticidad. La clásica fascinación con el chisme, hace muy difícil controlar el dedo que tan fácilmente hace click. 

El avance en la manipulación de imágenes que bien entendido y manejado con ética podría significar un recurso de creatividad, ya está siguiendo el camino de las ideas y los escritos que tanta confusión y engaño han producido. Al tener la capacidad para conocer a cada individuo, a través de sus interacciones con el mundo digital, la IA  inventa la ficción que cuadre con sus prejuicios, dirigiendo pensamiento y actos de acuerdo a los intereses de un Patrón. Quienes se creen inmunes, son los más susceptibles.

Muchos se aterran con la posible supremacía de las máquinas imaginando distopías a lo Hollywood en las que unos robots armados nos dominan, esclavizan o asesinan. Quienes sufren con esas historias, no alcanzan a entender que no son necesarios los ejércitos de autómatas. Basta con hackear un número suficiente de cerebros y son los humanos los que salen a matar cuando el programa así lo decida. La idea no es nueva. Las ficciones incrustadas en la mente de muchos han logrado que grandes grupos salgan a cometer toda clase de salvajadas contra otros. Se las ha llamado guerras y se recuerdan con orgullo o vergüenza patria o religiosa. 

La preocupante novedad es la rapidez y facilidad con las que ahora se hackean los cerebros. Por el norte, han caído 82 millones de fieles creyentes en el culto Trump. Por este trópico hubo 11 millones de conversos Petristos y Petristas quienes al ver desinflar el ilusorio globo igualitarista están enrolando  masivamente las filas de los Petristes. 

Ya la bolsa de N. York tuvo una caída abrupta tras la publicación de un ataque “fake” al Pentágono. Ya vimos videos de los antivacunas, quienes sólo cuando se les metió la Parca en la cama, reconocieron arrepentidos, el absurdo de eludir la Ciencia. Ya hemos visto los misiles destruyendo hospitales, teatros y centros comerciales mientras los aturdidos rusos aplauden al padre Putin por defenderlos de la agresión occidental.


El terror a las consecuencias cuasi apocalípticas de la IA está plenamente justificado. El error es pensar que es parte de un futuro distópico. Está sucediendo.

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El culto de la Ciencia

Hay quienes se han referido a la Ciencia como un culto más, demostrando desconocer la esencia del término. Para creer en un culto basta con tener fe: “sé porque creo”. Por educación, ejemplo o inspiración se adquiere la convicción de una verdad que suele ser absoluta en el nivel individual o grupal pero se vuelve relativa en el nivel global. La verdad que un Cristiano está dispuesto a defender hasta con su vida, es una peligrosa herejía para un musulman quien justifica matar por ese mismo motivo. Ocurre lo mismo con la ideología política convertida en culto. El sustento y la justificación para el odio y la guerra surgen de la convicción de tener la posesión de la verdad. 

La Ciencia no es un culto porque no es un sistema de verdades creadas por la imaginación. Consiste en un método para estudiar la realidad, describirla y entenderla, usando la experimentación y verificación de la estructura y funcionamiento de nuestro cuerpo y todo lo que nos rodea. Una verdad científica se establece cuando su comprobación es repetible por muchos. 


El hindu que cae de un décimo piso se mata por la misma ley de la gravedad que hace lo propio con un evangelico quien se suicida de un puente en San Francisco, así ninguno de los dos la conozca o crea en ella. El agua de las abluciones de los budistas tiene los mismos dos átomos de hidrógeno que la de las pilas bautismales, así su estructura molecular sea desconocida por quienes la usan para bendecir. Una vez establecida y comprobada una verdad científica, seguirá siéndolo independiente de cuantas mentes la aceptan. Los cultos, por el contrario, están solo en la mente de quienes creen en ellos. Si desaparecen todos los Zoroastras, se acaba el Zoroastrismo.

Aunque la Ciencia ha resuelto casi todo lo que antes requería de explicaciones mágico - religiosas, aún hay campos en los que se plantean teorías, se hacen ensayos, se refutan errores y se sigue creando conocimiento. Es lo que se conoce como las fronteras de la Ciencia, donde obviamente ocurren cambios. La esencia del método científico es comenzar con “no se” y buscar la respuesta. Algunos, muy desinformados confunden el conocimiento en desarrollo con el establecido y llegan a la peregrina afirmación de que “todo es relativo”. (y no es hablando con Einstein)


Del mismo modo, el liberalismo no es una ideología. No es un conjunto de verdades que explican todo, sino un método para estudiar y entender el comportamiento humano en sociedad y la manera como se genera  bienestar. Y la democracia no es un “sistema” que todo lo resuelve sino un herramienta para orientar la vida en sociedad.  Ha funcionado en donde se la entiende y ejerce porque logra una síntesis del trabajo conjunto, produciendo paz y prosperidad. Con errores, ajustes y afinamientos que los grupos sociales van haciendo para lograr una existencia cada vez mejor. En eso debe consistir el “cambio”, no en arrasar con todo, para empezar de cero.


Parodiando a T.H. Huxley: “La gran tragedia de la Ciencia. El sacrificio de una bella hipotesis por un feo hecho”, podria decirse: “La gran tragedia del Socialismo. El sacrificio de unas bellas ideas por la fea realidad del comportamiento humano” 

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Gobernar con cinismo

“Nuestro deber es proteger las marchas, mientras la protesta sea pacífica” es el último acto de cinismo de Petro. Todas las marchas que se han organizado para protestar contra la guerrilla, la violencia, el narcotráfico y este gobierno han sido pacíficas y por tanto no necesitan mayor protección. Sacan al ESMAD y se aburren. En cambio todas las marchas que se organizaron para protestar contra los gobiernos anteriores fueron violentas. Todas tenían personajes contratados con armas y bombas, orientados a producir terror y desazón con la destrucción. La estrategia era forzar la intervención de la fuerza pública, y filmar solo la respuesta. Se construyó así una historia de represión violenta del estado,  que fue valiosa para sumar votos. Quien promovió la violencia y destrucción camuflándose en la protesta, nos dice ahora que gracias al trato del estado, las marchas son pacíficas. ¿Dónde está Bolívar con su mercado de cascos, mascaras y garrotes? Dónde están los senadores con sus fotos de líderes asesinados?


El hundimiento de las reformas combinado con los escándalos, abre una luz de esperanza. ¿Será posible que paren los desaciertos? La sola posibilidad mejora parcialmente la confianza en el país,con recuperación de algunos indicadores económicos, lo que sale a reclamar como triunfo de su gestión.


Para todos, la supervivencia de los 4 niños en la selva fue un milagro, porque superaron mil peligros. En realidad fue el entrenamiento, dedicación y cuidado de la hermana mayor. Pero como Petro quiere parecer parte de los indígenas resulta que “los cuidó la Madre Selva”. Al fin qué, la selva está llena de peligros y es difícil de creer que los niños hayan podido superar semejante reto o es la Madre que los cuida con esmero.


Vende por todo el mundo el discurso de paz total. Pero cuando le llueven críticas por la ineptitud, las improvisadas reformas, la escasa sobriedad de la cúpula, amenaza con que el pueblo saldrá a la calle a defenderlo. ¿Será pacífica esa defensa? Si la democracia actúa por los mecanismos regulares, lo sancionan o suspenden de acuerdo con lo establecido en la ley, la consecuencia, según él, tiene que ser una guerra civil, que como no ocurre espontáneamente, será cuidadosamente planeada y financiada. Ya tiene la experiencia del “estallido social”.


Gobernar con cinismo tiene un alto riesgo, porque es ignorar valores éticos que obligan a trabajar por el bienestar de la Nación. Se deteriora aún más la credibilidad en un gobierno que se viene desacreditando desde adentro sin que la oposición tenga que hacer mayor cosa. Se empeora la ya crónica desconfianza en políticos y mandatarios. Se fomenta la corrupción, se emborrona la transparencia y la rendición de cuentas. En suma se le hace un enorme daño a la sociedad. Está muy demostrado que gobernar con ética y verdadero apego a los principios democráticos con respeto por la constitución, es lo que lleva a la prosperidad de los países. Con el cinismo se pretende engañar, asumiendo que la gente es tonta, y al leer los pronunciamientos se los come con todo y envuelto. Se genera mucho más respeto enfrentando a la oposición con explicaciones válidas y asumiendo la responsabilidad de los errores.

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Los Miserables

Novedosa teoría promovida con ira e intenso dolor. Si los medios publican lo que el círculo cercano al Presidente dice, clasifican de miserables.

Es curiosa la teoría, porque no es que estén especulando, no es que estén diseminando opiniones de oposición. Han publicado lo que los mismos personajes han dicho y se puede decir que las interpretaciones han sido benignas.

Comencemos con los 600 millones del chino que resultó malcriado. El escándalo que se armó fue porque el hijo le robó al papa esa platica.  Poco se ahondó en el hecho de que el origen del dinero era de narcotraficantes y criminales. Cualquiera se puede imaginar cifras más importantes si para enviar 600 se usó un correo tan irresponsable.

Ya el boquisucio y boquisuelto de Benedetti confesó que sólo él, fue intermediario en 25.000 millones, lo que resulta creíble al ver cómo se están cumpliendo pactos y compromisos con el hampa. Los criminales salen de las cárceles y se les asignan sueldos y funciones. Las bandas son contempladas con la garantía del “cese bilateral de fuego”, término prestado de las guerras regulares, que para nada aplica aquí y que solo sirve para encubrir la licencia para extorsionar, secuestrar, robar y asesinar. 

Si a las cuentas del embajador hablantin traicionado y traicionero, se le suma lo que llegaba en turbantes y otros medios, proveniente de los gobiernos de izquierda, tan preocupados por la injerencia en los asuntos internos de otros países, podemos concluir que la muy cacareada expresión de la voluntad popular se traduce en plata clandestina y sucia. ¡Oh miserable especulación!

Y sigue el episodio del maletín. Confiesan 7.000 dólares que llegan en un maletín y dejan en un aparador, lo que sugiere una práctica rutinaria, que ni siquiera exige entregas personales. Ahora está resultando que el contenido eran más bien 700.000 con lo que se va entendiendo la necesidad de la valija y la compleja operación que arman para recuperarla. Polígrafos, interceptaciones, secuestros de personajes humildes, torturas, todo en las mismísimas instalaciones de la Presidencia y por los directos auxiliares de Palacio. Y luego suicidan con confirmación exprés, al coordinador de seguridad del Presidente, después de haber anunciado su disposición a cantar. Olimpica lavada de manos de quien confirma el suicidio, como si no tuviese la misma o peor gravedad que un asesinato. En últimas, es lo crítico de la situación lo que llevó a que alguien apretara el gatillo. Aclarar si fue una orden para encubrir o la desesperación, de poco le sirve a los huérfanos.  

Maletines de billetes, procacidades y torturas, abusos de poder, muerte de colaboradores cercanos. ¿Será la “miserable” imaginación de los periodistas que escriben el guión de la próxima versión de “El Padrino”, y se ahorran con la Mencha el “casting” de la actriz principal?  

Han sido muchos años de escándalos presidenciales basados en testimonios de reconocidos criminales que convencieron y alienaron a millones. Ahora que las declaraciones salen de colaboradores y amigos resulta miserable que las conozcamos. Pero podemos quedar tranquilos con la afirmación de que él, personalmente, con sus propios ojos, nunca ha visto el elefante.

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Venezuela

Visitar Venezuela es muy recomendable para todos los Colombianos que quieran hacer futurología, si vencen los temores justificados en muchas historias de abuso de autoridad y dominio del hampa. 

El contraste es abrumador. De ida el deterioro se va viendo en forma gradual pero al volver se siente el golpe de frontera. Tuve oportunidad de conocer la Unión Soviética, la China de Mao, la Bulgaria posrevolución y la Cuba de Castro en muchas visitas. La sensación es la misma. Una gente magnífica, con capacidades extraordinarias, apabullada por un régimen al que nadie le ve fin. Elefantes blancos y vías abandonadas, comercio despintado, pobre y saqueado. Historias de muchas fuentes con las que se logra corroborar la verdad de un sistema perverso que terminó  expulsando a una tercera parte de la población que prefirió enfrentar el pavimento, el hambre y la xenofobia a quedarse en un país que acabó con la libertad. Vergüenza con los patéticos de Brasilia que se abrazaron o callaron.

En mi juventud tuve conocimiento muy directo de los niveles de corrupción de Perez Jimenez. Las escandalosas cifras de decenas de millones de dólares (7 ceros) terminaron en revuelta. Pero ahora, el socialismo del siglo XXI, si ha sabido para qué son los ceros porque las cifras de robo de la alta elite rondan los miles de millones de dólares (11 ceros), al tiempo que le han sabido quitar 25 ceros a una moneda en la que ya no cree ni el régimen.  Esa ha sido la justicia social: lo que le han robado a todos con la inflación se lo reparte la casta dominante. Las historias de lujos y excesos son obscenas y hacen ver la corrupción de Perez Jimenez, los Copei y los Adecos como un sencillo juego de moneditas y la maleta con siete mil dolaritos o los 600 millones de Nicolasito como el pre-kinder de los avivatos. De malas. 

Es tal el dominio que hay sobre todas las actividades económicas y el grado de represión y control que cuesta trabajo entender como han hecho para persistir sosteniendo su aporte a la sociedad, demostrando un compromiso con su terruño y una resiliencia admirables. Y eso que, desde la dolarización,que consistió en la aceptación de la realidad por los burros de la economía, el comercio medio respira.

El nivel profesional y académico es impresionante y no tienen nada que envidiarnos. Hacen mil esfuerzos y maniobras para poder prestar un servicio de excelencia, mientras el empobrecido sistema público cada vez es más demorado e insuficiente. Las historias de agravamiento por demoras en la atención, mientras los enfermos hacen el periplo por los “barrio adentro”, nos dan una buena idea de lo que va a pasar con los tales “CAPS”.

Los queridos “Chamos” no salen de su asombro: “¿Qué carajos les pasa a los Colombianos? Cojan un discurso, políticas y programas de Petro y comparenlo con los de Chavez y Maduro. Son exactamente lo mismo. ¿Qué les hace creer que allá el resultado va a ser distinto?” Sonríen con las explicaciones de un “país distinto”. “Solo tienen que dar unos pasitos y cruzar la frontera”. Gracias a Petro ahora es fácil. Cualquiera puede ir y ver para donde vamos, si es que no han visto la miseria y el sufrimiento en las caras de los miles de emigrados.

Africa

Aunque parezca una obviedad geográfica de primaria, lo primero que hay que aclarar es que África no es un país. Quienes se refieren a Africa como nación de negros parecen ignorar todos los paises del norte y el sur donde los hay bien blanquitos aunque sean minoría y ya no manden. Hay que celebrar la excursión de la Vice a unos pocos países de ese continente donde toda la humanidad tiene sus ancestros. Quien sabe que se imaginaran quienes hablan con arrogancia inapropiada de la “sangre negra”. El racismo consiste en involucrar la raza cuando no es pertinente. Sería más adecuado reconocer las virtudes de la mezcla racial o mestizaje que caracteriza tanto a iberoamericanos como a muchísimos africanos. Por eso es tan difícil creer que Colombia es racista, excepto en la mente de quien estigmatiza hablando de “blanquitos riquitos”, implicando que el bienestar económico está reservado para los blancos. La Vice contesta que no tiene cifras sobre su viaje. Podría conocerlas y demostrar que es una plata bien gastada que va a generar beneficios para el país. 

Sin duda la historia de esclavismo fue infame y cruel pero quienes se han logrado liberar de la amargura y se sacudieron el peso cultural de tantas generaciones de abuso, han ocupado posiciones importantes  en la sociedad sin tener que estar recordando el drama de los ancestros. Podrá haber casos de racismo aislados pero el millón de votos sugiere que no deben ser muchos.

Pero el acierto del viaje de Francia estaría en descubrir que hay en África muchos países que están prosperando a gran velocidad. Y ha sido porque después de mucho sufrimiento, han logrado abandonar la violencia, entendieron que el socialismo era un desastre y han impulsado el capitalismo, la libre empresa, han tumbado barreras al comercio y a la inversión y han estimulado los empresarios locales. Imposible que Francia no haya captado las razones del progreso y si no estuviese obnubilada por el resentimiento y el racismo podría estar contando con sinceridad lo que vio. Podría contar que Sudáfrica es el más próspero en buena parte gracias a su economía extraccionista  con exportación de oro, platino y otros minerales, o que su centro financiero y bolsa de valores son los más importantes de la región o  que ha logrado una infraestructura de transporte y comunicaciones sólida. Podría contarnos que Kenia también está alta en la lista de desarrollo gracias al estímulo que da a la empresa privada y las garantías a la inversión extranjera y un turismo muy desarrollado por la confianza y seguridad que le transmite a sus visitantes. Y podría compartir la abrumadora pobreza y hambruna de Etiopía que dejó el régimen socialista combinado con la guerrilla de Eritrea y como los proyectos de explotación de gas le están dando un respiro a la economía.  Veremos si realmente logra abrir canales comerciales, porque las oportunidades para las empresas Colombianas pueden ser extraordinarias. Pero si se dedica a repetir sus monsergas de los “nadies” y a lamentar el “racismo” de quienes critican su escasa moderación en el uso de los recursos públicos, es posible que el enorme potencial de una apertura con África se quede en banquetes y discursos. 

Despiporrar excel

¿Cuántos están entrenados en hojas de cálculo? El concepto es tan viejo como las matemáticas pero haber pasado del lápiz y papel a un programa que permite predecir un futuro numérico aplicando fórmulas a una cuadrícula llena de datos, puso la planeación financiera al alcance de todos.

Si su uso fuese más universal, quienes viven a crédito, se darían cuenta de los rotos que tiene el barril que nunca van a ser capaces de llenar. Verían igualmente como un ahorro regular proyectado años adelante da sosiego económico. 

Pero esta destreza escasea entre políticos soñadores, empezando por quien confesó que se  había “despiporrado” en los cálculos del sistema pensional lo que lo había llevado a afirmar que cualquier aumento en la edad de pensión, tendría que pasar sobre su renuncia. Lo único que hay que hacer es digitar los numeritos de lo que entra, lo que se paga y proyectarlo con datos de natalidad y mortalidad a 50 años. Es lo que hacen en todo el mundo quienes analizan con algún grado de responsabilidad la sostenibilidad del sistema pensional. 

Es obvio que en la medida en que aumenta la longevidad y disminuye la natalidad, no son muchas las opciones para equilibrar el sistema. O se aumenta la edad de jubilación, o se aumentan los impuestos/contribuciones, o se disminuyen los beneficios. Colombia comparte con muchos la irresponsabilidad de no tener suficientes reservas, por lo que le muerde 129 billones, o 37% al presupuesto para poder pagar pensiones y deuda. 

Lo popular es “vivir sabroso” disfrutando la fiesta hoy, especialmente si quienes detentan el poder resuelven decretar para ellos unas pensiones en las que la diferencia entre lo que aportaron y lo que reciben es de mil millones. El 0.3% se embolsilla el 10% de los pagos.

¿Cómo no va a ser el público el sistema preferido por todos?

Todo lo que representa sacrificarse, ahorrar ahora, para tener un futuro mejor, será siempre impopular, y es más cómodo patear la cuenta al futuro. Ya verán qué hacen los nietos. Los franceses han incendiado su país por dos años de aumento en la edad. Si los cálculos demuestran que el sistema es insostenible no les importa. 

Quien sea capaz de hacer una proyección con un mínimo de seriedad, entiende que hay que hacer algo. Ya no tienen sentido los artificiales límites de 58 y 62.  Una sana solución es dar libertad para escoger la edad con un pago progresivamente mayor. Quien se jubila a los 60 recibe una suma, si lo hace a los 70 la mesada es mucho mejor. Aritmética elemental en una hojita de cálculo. 

Otra opción surge de la  creatividad del genial líder. Quienes desarrollan novedades en programación están excitados. Le van a agregar la función “despiporre” a la sección de fórmulas de las hojas de cálculo y en forma inmediata se podrá ver el fantástico resultado: no importa qué datos digite, la función corregirá la proyección, con lo que será posible prometerle a ilusos electores lo que quieren oír. Se logra así, la muy socialista práctica de desconectar los deseos de las cifras. Cuando se despiporre la inflación y los viejos reciban, como nuestros vecinos, la puntual mesada de 7 dólares, siempre se podrá inventar otra función que disemine la fantasía.

El empresariado del narcotrafico


Hay muchos incautos que caen en las trampas del lenguaje y repiten, sin consumir mucha energía neuronal, un vocabulario que en forma maquiavélica y malintencionada, ponen en circulación los artistas de la manipulación. Así se va creando una “cultura”, representativa de  las creencias, costumbres y lenguaje que la gente usa para describir su realidad.

La historia de violencia de los últimos 40 años en Colombia es rica en un léxico que la justifica la valída y es consultable en bit.ly/diccionariodebarbarismos. No es el único ni el más completo, pero está disponible para quienes pretenden tener alguna influencia en mejorar la sociedad y no seguir apoyando la violencia, mientras se habla y escribe con la convicción de contrarrestarla.

Obviamente el más aventajado en ese arte es el compañero Presidente, Maquiavelo graduado en la más sofisticada escuela de la manipulación y la distorsión del lenguaje, cualidad que admiran a rabiar todos los intelectuales educados en la misma ideología.

Su más reciente aporte se lo soltó a Biden en vivo y en directo al referirse al “empresariado del narcotráfico”, redondeando una idea que da repetidas vueltas en su socialista cabeza. Los empresarios son todos hampones, el mundo de los negocios no se distingue del mundo criminal y ganar dinero o tener utilidades es obceno. Solo una mente así puede salir con tan disparatada combinación de palabras. Los narcotraficantes, por el fin que persiguen y los métodos que usan han sido llamados siempre mafia o bandas criminales. Al combinar la palabra que siempre se ha usado para agrupar a los empresarios, con una que agrupa a los criminales, se va logrando el torcido propósito. Es tan ficticio su esfuerzo por integrar el discurso de la problemática actual a su visión Marxista de la sociedad, que con frecuencia suena cantinflesco, como ocurrió en Stanford. (Con el perdón del inteligente humorista y sus puyas sociales). Las caras de los asistentes y los esfuerzos de los traductores revelaban el incomprensible galimatías.

Pero poco le importa. El está en una intensa campaña viajera con miras a convertirse en la “Greta del trópico”. Está convencido de que sus iluminados llamados para llevar a cero la economía fósil que “acabará con la humanidatt”, le darán reconocimiento en los grupos verdes más radicales del mundo y con esa validación logrará el respaldo para imponer su agenda.

Quienes sostienen que no tiene sentido mirarnos en el espejo de Venezuela, y quienes le dan consejitos de economía y democracia, deben hacer un esfuerzo por descifrar sus verdaderas intenciones y oír los análisis de quienes lo conocen. Adivinen quién es el pensador del siglo XIX que habló del capital y es su inspiración para las solución climática del siglo XXI. Similar a lo que se logró con la cultura de violencia, cada nuevo término o frase que asocia la libertad económica con el crimen, la prosperidad con la codicia, el éxito con el abuso, la prosperidad con la explotación y el desarrollo con la hecatombe, tiene un propósito. Que todos las repitan y se las crean y terminen apoyando el paraíso socialista. Los escépticos podrían repasar la campaña electoral para entender la estrategia.

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Estupidez artificial

Le pedí a chat GPT que escribiese documentos respaldando las falsas teorías conspiratorias que más diseminación tienen en las redes.

Fue lo suficientemente inteligente para informarme que no había sido programado para escribir sandeces y dio una razonable explicación basada en hechos.

Si un programa “artificial” es capaz de comportarse inteligentemente, cabe la pregunta de porqué hay tanta gente que cree de forma ”natural” tanta tontería y la defiende con firmeza de fe religiosa. 

Hay gran cantidad de seguidores de Putin preocupados  por las razones “geopolíticas” que amenazan la seguridad de la madre patria, justificando la “operación especial” que ha arrasado media Ucrania generando muerte y sufrimiento indecible a un pueblo que solo quería libertad para definir su destino. 

Están los MAGA fanáticos de Trump creyendo el cuento del fraude electoral,  apoyando a los violentos que hicieron tambalear una tarde la democracia americana y canonizando a uno de los billonarios más tramposos que existen.  

Están quienes escogieron ignorar la evidencia científica y prefirieron morir ahogados en las UCI, y los miles que siguen esperando el fin de la humanidad por los efectos secundarios de la vacuna. Y están los terraplanistas cuyo líder se estrelló contra la redonda tierra al caer el cohete con el que iba a conseguir la prueba definitiva de su estulticia. Para mencionar solo unos pocos mundiales. 

Y están quienes en Colombia creen y repiten sin cesar, variaciones alrededor de la historia de un país manejado por 5 familias de aristócratas que ocasionalmente le tiran monedas a un famélico pueblo, que debe salir a la calle a combatir, quemar, destruir y matar, como único recurso para una existencia digna.

Lo que ocurre es que el engaño no es “natural”. Quienes diseñan los algoritmos se basan en darle gusto al usuario, aplicando una distorsionada interpretación de la libertad.

Y si alguien disfruta consumiendo tonterías, los algoritmos lo llenarán de bobadas. Si busca mentiras, lo meterán en un mundo de ficciones. Si la visión de su entorno y el mundo son deprimentes, conocerá el apocalipsis. Si odia con pasión, le fluirá combustible para justificar su rencor y alimentar los actos de violencia.  

El periodismo serio, que podría con hechos contrarrestar la tendencia, ha perdido credibilidad por culpa de unos cuantos que se acomodaron al poder político y económico, y ha perdido influencia, ante la avalancha de las redes sociales donde todos se sienten periodistas. La consecuencia es la proliferación de narrativas sin filtro que se diseminan como una peste viral, con la particularidad del sesgo programado: una vez se clickea en la falacia, el algoritmo la seguirá inflando  y llenando de primorosos adornos. 

De esa manera, “fono sapiens” quien cree de buena fe estar investigando y descubriendo una nueva verdad, llena su cerebro de entelequias, logrando incrementar con tan sofisticado artificio su incapacidad para discernir la realidad.  Los sociólogos informáticos ya hablan de la “estupidez artificial”. Suena  ofensivo, pero el éxito de la sinrazón indica que ha llegado el momento de exigir algoritmos inteligentes que eduquen, previniendo tanta destrucción y muerte.

Matar empresas

Un pegante que parece unir a muchos es el odio a los empresarios. Esos ricachones que disfrutan de toda clase de privilegios gracias a que explotan sin misericordia a un sufrido pueblo. Si bien es cierto que hay quienes pueden corresponder a esa descripción, son una minoría en vía de extinción. Y es, para desconcierto de los amargados, el mercado el que los va enterrando. Porque las empresas exitosas son las que logran un equipo humano de trabajo motivado y bien remunerado, lo que les permite, en forma consistente, servir a la comunidad con productos y servicios de valor. Terminan siendo exitosas, prósperas, y representando un importante capital para sus gestores y fuente importante de ingresos para el estado. Quien haya corrido la maratón del éxito empresarial, sabe que su riqueza no vale nada sin la gente. Son los empleados entrenados, motivados, interesados quienes con su arduo y permanente aporte, constituyen la esencia del valor de una empresa. Quien no lo tenga claro no es sino que piense en un banco, un restaurante, una fábrica de zapatos, un hospital. Saquele la gente y que queda?  ¿Cuánto queda valiendo?  Por eso es tan desatinado sufrir porque un Don Fulano tiene un patrimonio de tantos mil millones. Lo que tiene es un gran número de seres humanos que están llevando una vida digna gracias a las ideas y capacidad de los dueños y directores. La obsoleta idea del Capital como esencia de la injusticia social, tiene países enteros condenados a la ruina. Basados en que basta con echarle mano al capital para obtener la anhelada justicia, se expropian empresas para dirigirlas sin la experticia requerida para hacerlas viables. Aplicando el remedio equivocado, Latinoamérica no cesa de repetir la tragedia. 

Las empresas no solo se matan con la estatización. Ferrocarriles, Telecom, Adpostal y la evolución de Emcali y Ecopetrol y Pensiones, son amargos ejemplos. También se matan con impuestos. Las pequeñas y medianas, asfixiando a los emprendedores quienes terminan concluyendo que es más cómodo sentarse a recibir subsidios que arriesgar y trabajar, y las grandes porque se espanta el capital y el talento.

El discurso de odio al éxito empresarial, que está haciendo tan buena carrera aquí y en el vecindario, hace un enorme daño. Es el camino probado y garantizado para frenar la generación de riqueza. Se podría pensar que quienes han logrado con ingenio, disciplina, sacrificio y trabajo algún grado de prosperidad tienen esto claro. Pero  impresiona la facilidad con que tantos repiten la historia de odio y resentimiento. No hay que dejarse confundir. Una cosa es tener sensibilidad social, preocuparse y hacer esfuerzos por ayudar a quienes viven marginados y otra es volverse caja de resonancia de sandeces, que empeoran precisamente a quienes supuestamente se quiere ayudar. 

Repartir comida y subsidios puede ser una medida de urgencia ante una situación crítica pero el mejor aporte social es crear empresas que le den empleo y unos ingresos dignos a quienes no han logrado subirse al tren de la economía.

El papel del Estado es facilitar el éxito de muchos empresarios, lo que lleva a sociedades prósperas donde los ingresos de todos mejoran.

Confusion

La confusión política tiene dos formas. La de quienes están auténticamente confundidos, simplemente porque siempre han leído la misma letanía ideológica, y la han convertido en culto.  Y la de quienes confunden deliberadamente, para trepar los escalones del poder.

Si el objetivo auténtico es lograr justicia social con prosperidad  compensando la desigualdad que puede generar la libertad, es muy seguro que serían muchos los adherentes. Lamentablemente, persiste la fijación de buscar variantes a un socialismo que sigue fracasando en todas las latitudes.

Predomina la soberbia intelectual de creer que la solución para todo está en concebir un modelo justo y equitativo de sociedad, que se impone por la fuerza, ignorando que es el ímpetu espontáneo de los individuos en libertad lo que ha creado el progreso que cimienta la civilización. 

Todos los intentos de dirigismo estatista, han vuelto ineficiente la producción industrial y de alimentos, y han entronizado la corrupción. El despotismo que se implanta, va minando la propiedad privada, limitando progresivamente la libertad, comprometiendo la independencia de la justicia e implantando el desconocimiento de las relaciones contractuales.  Es el modelo del sistema de Salud, que se deteriora con la progresiva limitación de la libertad.

El error más dañino ha sido confundir el liberalismo (neo, según la moda) con el mercantilismo, que es precisamente la degeneración socializada del capitalismo. Lo practican con insuperable diligencia  los neo-oligarcas de siglo XXI, y explica su dramática inequidad: un poder económico monopólico en simbiosis con el poder político que hace repartición mutua de contratos y tajadas y atropella los principios elementales del libre mercado. Para cubanos y norcoreanos eso es ya una vieja tradición.  Rusia, Venezuela, Nicaragua y China acumulan rápidamente méritos.

Un segundo campo de confusión consiste en denigrar de las normas y leyes que supuestamente nos impiden cambiar para construir esa sociedad diseñada por sabios ideólogos. Una cosa son las leyes de comportamiento que han evolucionado a través de siglos que nos permiten vivir civilizadamente en sociedad: el respeto por la vida, la propiedad, el compromiso, la puntualidad, la corrección, y otra son las leyes elaboradas por congresistas avivatos que buscan beneficios para ellos y sus grupos.

Se confunde también la ambición que impulsa la creatividad, la disciplina en el trabajo, la responsabilidad individual, con la inmoralidad en los negocios, el ventajismo, la trampa, el abuso de confianza y del poder. 

Se confunde libertad con libertinaje porque si bien es cierto que el afán de superación genera desarrollo, también lo es que quien logra acumular poder y dinero tiende a abusar de su privilegiada posición. Allí si, el  Estado y un buen sistema judicial están para proteger la iniciativa y capacidad de los más débiles. 

Estas confusiones las repiten aun los que se identifican con la economía liberal, e infectan con gran facilidad las mentes que denigran del “sistema”, y terminan apoyando un totalitarismo esclavizante. Impiden entender que la libertad solo se logra cuando se cumple con una larga lista de obligaciones. 

Presentismo

Consiste en la práctica de analizar la historia con criterios morales del presente. Y como es obvio todos nuestros antepasados resultan ser unos bárbaros, asesinos, clasistas, racistas, misoginos, esclavistas, para no mencionar antropofagos y genocidas si incluimos la ascendencia local. Pocos humanos del pasado, clasifican como buena gente. 

Por más pose de sabiduría histórica con que se hacen pronunciamientos que juzgan comportamientos de otros siglos, la práctica adolece de una sandez inmarcesible. La cultura, los valores, la estructura de poder, las relaciones, las creencias religiosas, cambian sustancialmente en décadas, y no se diga en siglos. Si hace 300 años alguien tenía el atrevimiento de  salir del closet y declarar su ateísmo, arriesgaba arder en una hoguera, ante un público emocionado, alabando la justicia divina.

Si a un rey se le ocurría que tenía que correr las fronteras para crear un imperio, y lo lograba, matando millares, generando destrucción y sufrimiento inenarrables, se le hacía un enorme mausoleo siendo admirado por muchas generaciones.

Si un Tlatoani, resolvía que para aplacar a los dioses, había que machacarle la cabeza a un niño, los asistentes a tan macabra ceremonia se estremecían deseándose los mejores augurios.

Y así, se puede recorrer una gran cantidad de personajes y eventos de la historia, que vistos con el criterio moral de la actualidad, resultan censurables o inaceptables.

Por eso es tan evidente la ignorancia y superficialidad de quienes andan tumbando estatuas.

A Sebastian le hicieron una estatua en 1937 para conmemorar los 400 años de la fundación de la ciudad. No se le hizo un monumento a la crueldad que pudo haber ejercido contra los nativos que encontró en esa época. Sabiendo que algunas tribus eran violentas y antropofagas, es de suponer que en algunas comunidades no fue bienvenido, e hizo lo que en esa época se consideraba apropiado: usar la superioridad tecnológica para imponerse. Si aun ahora no se respetan en las guerras las más elementales reglas de 

confrontación, es de suponer que hace 500 años la decencia y delicadeza no eran virtudes muy diseminadas cuando se trataba de conflictos con desconocidos.

Hace 90 años, cuando encargaron la estatua en bronce a un escultor español y la trajeron con gran dificultad a lomo de mula, no se usaba el lenguaje incluyente, ni eran reconocidos los derechos humanos, ni se le daba importancia al respeto de las minorías. Se les ocurrió hacerle un homenaje al fundador de la ciudad, que terminó convertido en ícono y atractivo turístico. Lo razonable es reconocer ese proceso como apropiado para el momento en que ocurrió. Es ridículo usar criterios o valores actuales para juzgar al adelantado por los atropellos que cometió, o a los ediles y alcaldes que lo inmortalizaron al crear un símbolo para la ciudad.

Para estudiar y entender la historia, es necesario regresar al contexto y la época. Las estatuas, además del ornato, nos recuerdan hacer la comparación con el presente,  para realizar lo mucho que ha progresado la humanidad, y para darse cuenta que afortunadamente, los avances en civilización, nos permiten mirar el pasado como es, sin necesidad de “presentearlo”.

Gas hilarante

El discurso de Presidente y Ministros deja la impresión que han sido sometidos a repetidas dosis de gas hilarante. Y si no es así, nos lo van a tener que formular a todos para poder sintonizar con los conceptos que se lanzan al contaminado aire.

Primera dosis: “Se acabará la era de extracción de gas

De los combustibles fósiles, es precisamente el gas natural el que menos contribuye al efecto invernadero. Algunos han sugerido que, en transporte, puede ser incluso menos contaminante que los eléctricos. Por eso los americanos y europeos vienen migrando a esa fuente de energía. Así que envolverse en la bandera de la Pachamama para prometer que la explotación de gas se debe parar, no solo es absurdo sino que desnuda una ignorancia sublime. Porque en todo caso lo que contribuye al efecto invernadero, es consumir el gas. Si quisiéramos hacer algo por el querido planeta, tendríamos que consumir menos. Pero es que hacemos mucho menos daño consumiendo más, porque entonces vamos a usar menos carbón y menos petróleo, que son mucho más contaminantes. La única e indiscutible contribución que se hace parando la extracción, es a la pobreza. Y el círculo se completa cuando se afirma que en caso necesario, ahí está Venezuela. (Que, como todos saben, está en otro planeta) 

Segunda dosis: “Es prioritario aumentar la productividad del campo y convertirnos en un país industrial a donde se llega solo con una reforma agraria”

Inhalamos y el revoltijo se entiende: al democratizar la tierra, se materializa por decreto el conocimiento, capital, insumos, maquinaria necesarios para una eficiente producción. Demostrado que funciona, se decreta también la Industria. Como el compromiso con la naturaleza es innegociable, la estrategia tiene que ser producir alimentos y fabricar cosas, que representan el 19% y 31% respectivamente  del daño a la atmósfera. Con esas dos estrategias salvadoras tenemos la mitad de la fórmula para acabar con Pachamama. ¿Entendido?

Tercera dosis “La economía de libre mercado es la responsable del fin de la humanidad” 

Porque ha llevado la pobreza del 90% hace 200 años al 10% hoy. Toda esa gente pretendiendo comer, trabajar, tener vivienda y pasear, es la responsable del desastre, con su desmesurado consumo de energía. Si el comunismo hubiese sido el vencedor de la guerra fría, habríamos conservado la dignidad y la pobreza, con una atmósfera limpia.

Cuarta: “la guerra de Ucrania fue por un tubo de gas” Cuando todos habíamos entendido que Europa quiso cerrar el tubo como mecanismo de  presión dirigido a parar la guerra. Nueva inhalación y logramos confundir la aclaración.


El desastre climático lo enfrentamos con innovación basada en información seria y coherente. Del subdesarrollo salimos con claridad conceptual e ideas. Circulan confusos deseos, cuando lo que requerimos, por ejemplo, es que circule un carrito eléctrico (o a gas)  liviano fabricado enteramente en Colombia. Podría contribuir algo a reducir el 16% del efecto invernadero que representa el transporte y mejorar nuestra balanza comercial, generando miles de empleos. Lástima, el gas hilarante no da para tanto. El óxido nitroso es uno de los gases invernadero y no hay que abusar.

Confianza

No se le puede pedir a la mitad del rebaño que siga caminando alegremente hacia el abismo, solo porque la otra mitad se creyó el cuento que iban a volar. A menos que se demuestre en forma gradual y ordenada, que efectivamente salen volando en sus cometas asignadas por el estado. 

Especialmente si la mitad más escéptica es la dueña y generadora de riqueza. El patriotismo y la confianza no se fabrican con discursos melosos. 

Si se comienzan a tomar medidas que han llevado a otros a inflación y devaluación, no se puede esperar que la gente siga confiando en nuestros folclóricos papelitos multicolores y no prefiera unos sobrios y verdes. 

Si el ahorcamiento tributario lleva a comprometer la viabilidad de empresas que producen, comercializan o prestan servicios, no se puede esperar que quienes tengan el capital y el conocimiento, no se lo quieran llevar a pastos más libres. 

Si se golpean los ingresos de la clase media (“ricos”), no se puede esperar que la inteligencia y el talento no se vaya a buscar una compensación más ajustada a su formación y capacidad de trabajo. 

Si el riesgo de ser robado, asesinado, secuestrado vuelve a las oscuras épocas que los jóvenes no conocieron y no han querido estudiar, no se puede culpar a quienes quieran sobrevivir en el exilio. 

Colombia lleva 20 años mejorando todos los índices, gracias a confianza creciente, que ahora está sufriendo un duro bajón. 

Si el gobierno no entiende la importancia de diseminar confianza, va a ser muy difícil aplicar todos los bienintencionados planes.Tendrá dos caminos: estigmatizar, perseguir, insultar a los que han perdido la confianza, a la manera de los “gusanos” de Fidel, expandiendo aún más el drama, o tomar firmes correctivos en el discurso, probando con hechos, que no hay razón para mirar horizontes lejanos.  Un discurso moderado con reformas que nos conviertan gradualmente en una socialdemocracia estilo europeo que siga ejemplos reales y visibles como Costa Rica y Uruguay. Eso fue lo que votaron quienes pedían cambio y lo  anhelan con ahínco pero están sintiendo la incomodidad progresiva. 

Los llamados a la calma y a “dar una oportunidad”, tienen que ser coherentes con los hechos. La barrida de la cúpula y desplante a los militares, la tolerancia con bloqueos e invasiones que comienzan a aparecer por doquier, las agresivas declaraciones de algunos ministros, y el desconcertante discurso ante la ANDI, lleno de confusiones, contradicciones, desinformacion preocupante, demostrando claramente una inclinación hacia el socialismo radical, “basado en hechos y no en ideologías”, van mostrando claramente un camino que crispa cada vez más a los gestores del sector privado y a quienes creen en la libertad económica como la herramienta más poderosa para diseminar prosperidad.

Si estos primeros pasos son un indicio de lo que va a ocurrir, se profundiza el temor de que el llamado a “construir país entre todos”, no fuese sino una ficción  distractora que pudiese retrasar la velocidad de quienes reaccionan con temor. Hay que saber que el engaño funciona muy bien en campaña de oposición, pero cuando se tiene la responsabilidad de un país, la realidad no se puede tapar todo el tiempo a todo el mundo.

Culto Histórico

Es muy recomendable para los pesimistas y los negativos leer el maravilloso programa de gobierno del pacto histórico. No se le escapa tema ni problema alguno: desde el financiamiento del estado, la intervención del mercado de la tierra urbana, la minería “ancestral”, los ríos, la educación hasta la democratización del campo, la inflación, los aranceles “inteligentes”, el transporte, el empleo, la cultura, el arte, la producción industrial, los alimentos, el turismo, la transición energética, la seguridad, la salud, las pensiones. Para todo hay un diagnóstico correcto y todo, absolutamente todo, se soluciona con la apropiada intervención del Estado. Un Estado omnipresente, omnipotente, magnánimo, justo, equitativo y hasta amoroso. Tanto que se corre el riesgo de poner celoso a Dios con tan agresiva competencia.

Tan importante es el papel del estado que, mal contada, la palabrita se repite unas 130 veces en el documento. Mientras que otra palabrita, libertad, se consigue escasas 14 veces, varias de ellas para referirse a las cárceles, a la libertad religiosa, a la libertad para protestar y ninguna para la libertad económica.

Para no obnubilarse con el fatalismo, hay que unirse a los millones de entusiastas con el amanecer que se le abre a la república y concentrar las esperanzas en todos los planes planteados, que de cumplirse, transformarán al país en uno próspero, justo y equilibrado. Una “potencia de amor”, ejemplo para el mundo y planetas similares. 

Eso si, dependemos del Mesías, de quien ya se rumora, pudo haber bajado de los cielos en un nevado del vecindario, y fue enviado para transformarnos en seres trabajadores, educados, honestos, inteligentes, cooperadores, respetuosos, pero sobretodo con la disciplina y convicción de seguir al pie de la letra el plan maestro que nos fue dado, y que no vayan a considerar ni por un momento, que alli no esta la clave de la felicidad.

El Mesías lo expresó con insuperable convicción en una entrevista reciente. El viene con la paz, justicia social y ambiental, y representa la  única y última oportunidad de salvación. Si llega a fracasar, dijo, nos hundiremos en las “tinieblas”.

A los de poca fe: sólo tienen que suscribirse al nuevo culto, y dejarán de ver aves negras. Está todo escrito en el Libro del Estado Todopoderoso y Benefactor y si se sigue con devoción se garantiza el camino de la fortuna. Tenemos la suerte de contar con el Enviado, quien con sus prédicas nos enseñará a seguir el libro al pie de la letra. La fe, nos hará temblar con la tenebrosa advertencia de las tinieblas.

Y podrán unirse a tantos bienaventurados que ya creen, para rezar fervorosamente y pedirle al Supremo que en efecto comparta sus poderes con el Estado y nos haga la excepción por esta única vez, de no llevarnos al estruendoso fracaso que ha ocurrido en todas las latitudes en las que un estado agigantado ha aplastado la libertad. Que aquí no anide la concentración del poder, con sus polluelos de corrupción. Que no emane la inflación insuflando pobreza. Que no emigre la creatividad y el talento dejando huérfano el empleo. Y rogarle con insistencia para que no comparta con el Nuevo Estado la eternidad.

Medir la mentira


La mentira es uno de los recursos mas valiosos para quien progresa en política. Las democracias que promueven la libertad de prensa y libre expresión, son las mejor capacitadas para pillar a los mentirosos y mantener el relato más parecido a la verdad. 

Si se agrega el concepto de la relatividad de la verdad, que “todo es según el color del cristal con que se mira”, y que los hechos pasan por el filtro de prejuicios, los intereses y la ideología, no resulta simple resolver lo que es digerible como verdad y lo que termina en el cesto de las chapuzas. Por eso, es muy raro ver oportunidades en las que se puedan medir las mentiras y reducirlas a números sujetos a sencillas cálculos matemáticos. 

La pandemia logró desacomodar al mundo pero nos ha proporcionado una oportunidad única para detectar la capacidad de fraude de los gobiernos, cuando publican sus cifras.

Frank Benford descubrió hace 80 años que toda serie numérica sigue un patrón que determina la frecuencia del primer número siendo decreciente con el aumento del dígito. El 1 es el más alto y el 9 el más bajo y la distribución sigue una curva y fórmula predecibles. 

Lo interesante es que encontró que la distribución se daba siempre y cuando la serie fuese espontánea. La Ley de Benford o de los números anormales se ha usado extensamente para detectar fraudes fiscales, electorales, contables y científicos y se considera un herramienta válida en el análisis de cualquier serie de números. Si sigue la Ley de Benford, los números corresponden a la realidad. Si se aleja, son manipulados. 

Todos los gobiernos han reportado las cifras de infectados, recuperados y muertos. Si a esas cifras se les aplica la ley, es posible definir la capacidad del país para generar datos creíbles, no sólo en pandemia sino en todas las estadísticas oficiales.  Este “numero de la verdad” permite cuantificar los mentirosos. Entre más se acerque al 0, más verdad. Entre más grande, más mentiroso. Las democracias occidentales de Europa y América se mueven entre 0.6 (USA) y 1.6 (Francia), con un promedio de 1.1. Las autocracias disfrazadas como Rusia, Turquía e Irán entre 1.75 y 2.42 con un promedio de 2. Y los impulsores del socialismo de la fallida América Latina se mueven entre 2.42 (Cuba) y 3.9 (Venezuela), para un promedio de 3.2.

El populismo, tan silvestre en nuestra región, consiste en armar un tinglado de mentiras, que crean la ilusión en incautos votantes de un futuro florido y lleno de dicha. Para que no despierten muy rápido y todos a la vez del fantasioso sueño cuando se va convirtiendo en pesadilla, es necesario seguir usando, ya con el poder del estado, la capacidad para engatusar con cifras embusteras. 

El virus nos ha proporcionado una inesperada oportunidad para objetivizar las mentiras y hacer matemáticas con el engaño. ¿Cuál ha sido el número de Colombia? 1.3, ubicándola muy cerca de las democracias occidentales confiables. Quienes han construido su realidad guiados por los paladines de la patraña, tendrán oportunidad de comparar si el nuevo reino de la falsedad les mejora las noticias o la vida. Está por verse cuánto se demoran en medir la diferencia.



Blanco es..

Gallina lo pone y frito se come. 

Las adivinanzas miden la capacidad para hacer asociaciones. Una habilidad que parece ajena a las mentes de la mitad de la población en estas montañosas tierras. Para probarlo he diseñado ésta sencilla prueba autodiagnóstica.

1-Sus llamados al cambio violento del régimen lo llevaron a la cárcel y luego al exilio. Con su propia versión de Marxismo volvió al país abogando por la Paz y con una minoría violenta, se tomó el poder.  Convocó una constituyente y cuando perdió la mayoría, la disolvió e impuso un régimen tiránico que llamó dictadura del proletariado, terminó asesinando a millones y condenando a la miseria a su pueblo por más de 100 años. Duerme en paz, perfectamente preservado, en un inmenso Mausoleo.


2- Quiso dar un golpe con el asalto a un cuartel por lo que terminó en la cárcel donde escribió su guía ideológica. Volvió del exilio con un pequeño grupo en un yate para fundar una guerrilla que siendo minúscula, se tomó el poder. Mientras se consolidaba, repetía en todos los estrados que no creía en el comunismo. Terminó implantando un régimen totalitario unipartidista, sin prensa libre, sin propiedad privada que ha generado por 60 años miseria, hambre y atraso de la que solo se escapa en primitivas balsas. 


3-Fue líder de un grupo guerrillero que terminó tomando el poder por la fuerza. Inicialmente jugó a la democracia pero cuando perdió, logró montar un discurso engañoso de renovación y cambio. Una vez elegido, se atornilló al poder implantando un nepotismo despótico que ha encarcelado a la oposición y llevado a la miseria a su pueblo por 20 años, generando caravanas de empobrecidos emigrantes. 

 

4- Siendo coronel intentó un golpe de estado. Estuvo preso y con un librito elemental y jocosa locuacidad, se hizo popular.  Ganó elecciones con una plataforma de renovación política, lucha anticorrupción y purificación de la democracia. En el poder acabó con la democracia centralizando todos los poderes y acabando con el poco tejido empresarial del país, arruinó la industria petrolera, principal fuente de riqueza, organizó una de las camarillas más corruptas que se han conocido y logró  la ruina de su país provocando emigración masiva de millones de sus compatriotas. 


5- Ingresó a la guerrilla para buscar la toma violenta de poder. Participó en secuestros, asesinatos y su grupo produjo uno de los eventos más traumáticos del país, la masacre del Palacio de Justicia en la que fueron asesinados juristas valiosísimos. Estuvo preso y salió a liderar un movimiento político con un un librito y un discurso engañoso en el que pretende disfrazar su trasnochada versión del marxismo. Hace llamados líricos a la paz y convivencia mientras estimula una violenta lucha de clases. Promete “democratizar tierras y propiedades” sin expropiar. Va a dar educación y salud gratis, eliminando el principal ingreso del estado, lo que solucionará emitiendo moneda, garantizando hiperinflación.  Admira y se ha hermanado con todos los déspotas 1 al 4. 

La adivinanza es: que tipo de régimen va a implantar y cuanto tiempo va a durar? Si no es capaz de resolverla, intente con esta: verde por fuera, verde por dentro y tiene una pepa de aguacate adentro. 

RAKINMANIA

Podría decirse, que entre las obsesiones sociales, es ésta la más universal. No queda ya nada en este mundo que no esté clasificado. No hay nada ni nadie que no tenga su lugar en algún “ranking”. Profesionales, empresas, universidades, municipios y una larguísima lista adicional, viven obcecados por cual es el lugar que ocupan en alguna de las muchas clasificaciones que los mercaderes de los “ranking” se han inventado con importante contribución a la generación de empleo.

Todo el que se ve lanzado a la angustiosa situación de desempleo después de haber ocupado algún cargo importante, se inventa un instituto, centro, ”think tank”, o fundación que recoge información y decide medir algo, publicando el consecuente “ranking”. Es muy conocida la guerra publicitaria de hospitales, universidades y empresas, cada una publicando su aventajado puesto en alguno.

Hay de todos los estilos, colores y sabores. Para todos los gustos. Hay muchos serios e importantes, y que realmente dicen mucho. Pero también hay maquinarias aceitadas por el universal lubricante, el dinero. Se contacta al aspirante y se pide una contribución, inscripción o donación para que la organización entre a ser estudiada. Claro, hay que evaluar muchas variables, eso cuesta un dinero y alguien tiene que pagarlo. ¿Podría haber alguna correlación entre el dinero pagado y el puesto obtenido? Alejemos esos malos pensamientos, pero si sería buena práctica que todo el que publica su puesto en una clasificación, publique también cuánto le costó.

Un sector muy importante, que influye marcadamente en la psiquis de las sociedades, está formado por los ranking de los países. Nos asaltan de nuevo malos pensamientos, porque la mayoría de las instituciones están en los países más ricos, donde se han creado muchos de los centros que hacen clasificaciones de países. Pero además es mucho lo que se mide con opiniones. En Colombia por ejemplo nos rasgamos las ruanas con nuestro puesto en corrupción. Medido por el número de artículos que se publican sobre corrupción. Y la cifra es la suma de todos los números que aparecen en las publicaciones. Difícil imaginarse una forma más imprecisa y subjetiva para encontrar la realidad de la corrupción. Y sin embargo hay que ver las desgarradoras lamentaciones que se arman con esa información. Similar situación ocurre con muchos índices en los que nuestro puesto, resulta apabullante. Sin mencionar que muchos son originados y luego usados con una evidente carga ideológica y política, o que muchos, como los de salud, son medidos por los propios gobiernos.

Pero además hay un dato elemental con nuestro “puesto”. Montserrat tiene 4,996 habitantes, y clasifica como “país”. Hay 65 países con menos de un millón de habitantes. A quien se le ocurre que un “ranking” es válido cuando uno se compara con una islita de 5.000? Pues increíblemente…a todos. Países con los que nos podríamos comparar deberían ser los que tengan entre 25 y 100 millones y de esos no hay sino 40. Y eso considerando solo la variable población.

La próxima vez que se oiga emitiendo gemidos por la terrible posición en que está Colombia en algo…piense, investigue y procure entender el contexto.


Alberto Castro

Enero, 2022

El Castro bueno

“Entonces tú debes ser el Castro bueno, porque todo el mundo dice que yo soy el malo”. Me dio un abrazo de oso en medio de las risotadas de la apretada concurrencia

Estaba en el avión Orbis haciendo la demostración de una técnica quirúrgica nueva. Ya finalizando, el cirujano cubano que me acompañaba hizo un movimiento brusco y reventó el hilo que sostenía el lente. Con pánico vi como se caía el lente dentro del ojo y en ese preciso momento anunciaron “llegó Fidel”. Después de tres días de esperarlo, tenía que llegar en el peor momento. Con la suerte de quien escapa al paredón, resolví la situación con una maniobra que no había hecho nunca y no he repetido, para salir a recibir el abrazo del comandante. 

Llevaba varios días viendo pacientes candidatos a cirugía en el avión y me había impresionado la precariedad de los hospitales, la escasez de recursos y el pobrísimo acceso a educación que tenían los médicos, quienes, en voz baja, y siempre mirando a los lados, nos confirmaban el derrumbe del mito de la salud cubana. “Serán pobres y pasarán hambre pero al menos tienen excelente salud y educación para todos” era el socialista consuelo que siempre había creído. La realidad era de hospitales y pacientes en unas condiciones que no había visto ni en los peores momentos de pobreza del Hospital Departamental. 

Hablamos durante una hora caminando por la pista de aterrizaje, en compañía del director de Orbis. Quería todos los detalles de lo que hacíamos y cómo lo lográbamos. No podía entender que del capitalismo hubiese surgido una entidad cuyo único interés era educar en forma gratuita. “O sea que el cabrón del Fiodorov me robó” dijo indignado cuando le expliqué que con los 10 millones de dólares que le habían cobrado los rusos por su sala estrella de cirugía en cadena, en Colombia éramos capaces de producir 3 veces más cirugías. 

Percibí en Fidel,  un interés auténtico y un conocimiento excepcional. Cuando volvimos al grupo: 180 oftalmólogos cubanos y 30 del equipo de Orbis de varias nacionalidades, le oímos un discurso de una hora sobre los ojos y lo que se hacía, bajo su dirección por la salud ocular de los cubanos. Al final, todos, los que habíamos rajado del sistema, los que habíamos comentado la farsa de la prédica oficial, gritamos emocionados: Fidel! Fidel!, Fidel! mientras él trataba de llegar, en medio de abrazos y sonrisas, a su caravana de mercedes blindados. 

El hechizo del carismático líder nos incomodó a varios durante un buen tiempo. Cómo era posible que a este hombre que nos había impresionado como auténticamente bueno, fuese responsable de tanta miseria y pobreza? ¿Por qué había tanta distancia entre sus intenciones y la realidad?

Su círculo lo engañaba constantemente. Había una unidad especializada en preparar sus visitas. Pintaban las áreas que él iba a visitar, instalaban camas, equipos y uniformes relucientes, que eran retirados apenas se iba. 

Finalizando mi quinta misión me pidieron entrevista para TV. Cuando empecé a responder la pregunta de cómo había encontrado la salud en Cuba, me pararon. “Ud no puede decir eso” Pero es la verdad, respondí mientras levantaban cámaras y me despedían para siempre. 


Alberto Castro

Diciembre 2021

Lo Social


En la evaluación de la gestión de los políticos, la categoría que más fascinación produce a los periodistas es “lo social”. 

“Manejo muy bien la economía, pero se rajó en lo social”, es una de las bulas mas proclamadas. 

Pero qué es “lo social”? Si se cree en la ortodoxia del liberalismo económico, el estado interviene sólo para proteger la libertad económica, que genera prosperidad, empleo y bienestar. Para ayudar a los desafortunados que no lograron puesto en el tren de la economía, están las organizaciones de caridad. Un enfoque más al centro consiste en reconocer que el estado, como representante de la sociedad debe ocuparse de los desvalidos. Si movemos el dial a la izquierda, el estado tiene que responder por todos. Tenemos el derecho a ser asistidos y ayudados. Y aunque eso suena justo y bonito, la práctica ha resultado en tragedia. En la medida en que un grupo humano aprende que pedir, es la virtud mas preciada, se invierte el ciclo de generación de riqueza y la miseria se generaliza. Ha ocurrido en todas las latitudes y culturas. Con unos experimentos sociales, que si hubiesen sido diseñados con criterio científico, no habrían quedado tan válidos: las dos alemanias y las dos coreas. La misma gente, la misma capacidad, la misma cultura y tierra. Dos sistemas distintos y 40 años después la riqueza de la economía libre es  50 veces más que la socializada. 

Podrán inflamarse algunos, pero la verdad es que Colombia tiene, después de Cuba y Canadá, el sistema de salud más socializado de América, y el asistencialismo es cada vez mayor. Se podrá argumentar que se requiere más, pero si el asunto se generaliza, se para la producción y no queda mucho por repartir. 

Hacer empresa, crear empleos, mejorar las condiciones laborales, es lo más social que puede haber. Se trata a la gente con dignidad haciéndole sentir que el destino está en sus manos y que tiene la libertad de usar sus bien ganados recursos en lo que quieran. Y se contribuye, vía impuestos, al bienestar general. 

Asombra la absurda disociación moral que permite calificar a un gran empresario, generador de productos, servicios y numerosos empleos, como un expoliador social, mientras se montan dulces apologías a quienes reparten la plata que otros han producido En la obsesión por denigrar la riqueza de quien ideó, arriesgó y trabajó, se ignora con siniestra alevosía que el gran capital no es sino una máquina de humanos que trabajan y producen para el bien de ellos y toda la sociedad. 

En cambio los subsidios humillan, destruyen la iniciativa, a menos que sean usados para pobreza extrema o igualar oportunidades para los capaces. 

La grave tragedia del socialismo no es el daño que le infringe a quienes lo padecen. Es el engendro de una cultura de dependencia, en la que la creatividad, las ideas, el impulso para mejorar, trabajar duro y con disciplina, desaparecen. Los resultados han mostrado una y otra vez la distancia entre el bello discurso igualitario y la realidad de una gran masa empobrecida, que ve como una camarilla se llena de privilegios. Al tener garantizada la existencia, y perder el acicate para progresar, el humano se acomoda en los sillones de la mediocridad. 


Alberto Castro

Noviembre 2021

Buscar la verdad


La verdad no ha sido fiel compañera de la humanidad. Los chismes y mentiras se han diseminado con la rapidez del suspiro y en pocos minutos, la turba enfurecida de la aldea, podía estar quemando la cabaña de la viejita que vivía en el bosque y había sido vista recorriendo vecindarios, volando en su escoba.

La diferencia es que ahora la aldea es global. Y son miles de millones los que pueden usar su imaginación, o expresar sus trastornos mentales, usando recursos que están a la mano de todos. Pero siendo un mundo tan competido, ¿cómo es posible que se disemine tan rápido tanta bobada y mentira? 

Hay que entender, como lo explica Harari, que estamos en transición del humanismo al dataísmo. Hasta el siglo 17 la cosa era sencilla. ¿Se quería la verdad de un asunto? Se consultaban un libro sagrado o se le preguntaba a una autoridad religiosa. Todo estaba escrito y resuelto. Luego vino el cientifismo y el humanismo. Reconocimos la ignorancia y resolvimos adoptar la observación y experimentación como método para descifrar la verdad. Y empoderamos los sentimientos humanos, que tienen siempre la razón.  Sea que se vote o se consuma, la verdad está siempre donde la mayoría decide. 

En el dataísmo son los algoritmos los que resuelven. Si alguien lo duda, vaya a un banco y verá como su crédito lo rechaza un algoritmo basado en el conocimiento de su historia crediticia. El solo hecho de estar vivo puede ser la consecuencia de un algoritmo médico que tomó la decisión del tratamiento correcto, basado en una gran cantidad de datos.

Son los algoritmos los que deciden, para muchísima gente, qué información se consume, qué libros se leen y con qué películas o videos se distraen. Todos viven convencidos de estar tomando decisiones autónomas siguiendo su libre albedrío.

La verdad es que casi todo el que navega por redes, dejándose llevar, está siendo manipulado. Ha sido estudiado y se le entrega la información que está predispuesto a creer. Si lee falacias fantásticas, cada vez le presentarán más de lo mismo. Si consume miedo y odio político, lo alimentarán de ficciones hasta llenarlo de un fanatismo irreconciliable

La pandemia, un fenómeno globalmente asustador, ha sido territorio fértil para la dañina mezcla de tecnología y chapucerías.

Los “deep fakes” (falsos profundos) están poniendo en manos del usuario común herramientas que antes eran solo del cine. Hacen posible, teniendo unas cuantas fotos de la víctima, ponerla a decir y hacer lo que se quiera, en un video perfectamente realista. Así le amargaron la vida a Rana Ayyub, activista anticorrupción y de los derechos de la mujer en India, poniéndola a participar en un video porno. En solo 24 horas el video falso tenía más de cuarenta mil vistas y su vida familiar y política estaba arruinada.

Es cierto que no hay verdad absoluta. Solo podemos aspirar a acercarnos a ella. El camino implica no validar basura, diseminandola con la graciosa irresponsabilidad de un click.  La VERDAD  estará cada vez más distante en la medida en que no se investiguen las fuentes, y se examine coherencia y credibilidad. Tenemos que hacer un esfuerzo para dejar de ver para creer. La verdad no se encuentra porque no se la busca.

Alberto Castro

septiembre 2021

El mundo conspira

Todo el que ha querido hacer algo de valor para la sociedad, sabe que tiene que trabajar en equipo. Y que poner de acuerdo a un grupo de dos o mas seres humanos no es fácil. Poner a muchos a gritar o brincar al mismo paso, lo logran los jugadores de fútbol y los cantantes, pero solo por unas horas. 

Lograr esa gracia por años, es campo de las religiones y la política. Con una educación muy estricta y excluyente se graban cerebros con los sagrados preceptos desde temprana edad. Asi se enseña en las madrasas, el Islam de los Taliban y los Wahabis. El resultado son mentes robotizadas incapaces de interpretar la realidad o entender cualquier concepto que se salga del marco establecido. Así ha funcionado la Corea de los Kim y la Cuba de Castro. Como el proceso no es infalible y algunas mentes no quedan bien moldeadas, se recurre con liberalidad al paredón o los campos de concentración. 

Así que suponer que hay en el mundo 8 presidentes, o 5 billonarios o 10 directivos de farmacéuticas que se ponen de acuerdo y logran dirigir la vida de miles de millones, no pasa de ser un mediocre guión para una película de ficción.

En casi todas partes, la información fluye libremente en todos los sentidos. Si no fuese así, las tonterías no se podrían diseminar con tan graciosa facilidad. 

Que hay periodistas torcidos, es verdad, pero la gran mayoría están dedicados a buscar y revelar la verdad. Que hay científicos de gran calibre que han sido dominados por el ego, la fama o el dinero, y han publicado fraudes, también es cierto, pero la gran mayoría está dedicados a avanzar el conocimiento para beneficio de la humanidad. Que hay líderes y políticos mentirosos, con agendas ocultas, es verdad, pero también hay muchos que trabajan por el bien de sus comunidades.  No hay posibilidad alguna de ponerlos de acuerdo en ninguna acción universal. Lo han demostrado la ONU y todas las demás organizaciones internacionales

Del enorme volumen de informes, estudios y revisiones, se logra extraer algo que es lo más parecido a la verdad. El “establecimiento” la disemina y enseña, con variaciones en los detalles, y ajustes permanentes, probando que no suele haber verdad absoluta o revelada. 

Así, cuando un grupo rompe con la verdad establecida y lanza la creencia de que la tierra es plana, no le queda de otra que acudir a la conspiración: es que todos se pusieron de acuerdo para engañarnos y hacernos creer que vivimos en una bola que da vueltas enloquecidas en el universo, cuando basta con mirar el horizonte y comprobar que es plana. 

Cuando no se puede sustentar la conspiración en una comprobación simplista, la táctica más efectiva es secuestrar el lenguaje científico. Se arma un discurso que suene bio-molecular. Y hasta puede ser cierto. En un acto de magia, se saca del sombrero la asombrosa teoría, que nada tiene que ver con el discurso pero que en la mente del incauto lego, queda firmemente conectada, dándole “sustento científico” al invento. 

Desde la religión, pasando por los cuentos infantiles, la literatura y el cine, nos educan o distraen con fantasías. No nos debe extrañar que las teorías conspiratorias que más circulan, inflan la imaginación al territorio de la ridiculez.


Alberto Castro

Septiembre 2021

Las 3 mentiras

La mentira ha sido siempre un arma útil para arrear el rebaño. Cuando la usan los jefes de estado se convierte en Verdad Institucional. Muchos avezados han mostrado su maestría en tan perversa habilidad, a lo largo de la historia. Todos aprendices, comparados con Trump. 

Antes de su reinado, nadie podía imaginar que el líder del país más influyente del mundo, fuese capaz de mentir con tanta propiedad y persistencia. 30.573 se contabilizaron en sus 4 años. Tanto que convirtió la mentira en lustrosa virtud que comenzaron a admirar y seguir millones de personas. Le dio tanto estatus que proliferaron líderes que se han validado repitiendo las más prominentes, o han creado su propia escuela. 

En política, el “robo de las elecciones” ha significado patente de corso para todo el que quiere instalar su propia versión de democracia. Aquí, nos han querido vender la versión de la “feroz dictadura”, con la que quedan  justificados todos los actos de rebelión violenta. En USA llevó a una turba al capitolio, sacudiendo en forma inverosímil la democracia más sólida que conocíamos.

Otra Gran Mentira, de la misma cocción, es la negación del cambio climático. Ignorar la abrumadora evidencia científica que demuestra que vamos irremediablemente hacia el desastre ambiental. Se juega con la posibilidad de terribles tragedias para la humanidad, haciendo gala de una ignorancia y banalidad, que por más que sean asombrosas no dejan de tener millones de seguidores. Los incendios, las temperaturas extremas, las inundaciones, los huracanes, que ya están ocurriendo, no les sirven de argumento a los encantados con las fábulas.

Como tampoco sirven los miles de muertos de no vacunados a quienes se oponen a las medidas anti covid. Burlarse de las máscaras y el distanciamiento premió a Trump con el liderazgo mundial de muertos y le inyectó gasolina a los creativos argumentos antivacunas, muchos de los cuales compiten con la literatura fantástica: que se cambia el ADN, que esterilizan, que nos convierten en chimpancés, que matan niños para hacerlas, que nos inyectan chips para controlarnos, que es un montaje de las farmacéuticas.  Aquí también, cientos de datos de sitios serios y reconocidos, fácilmente consultables, comprobables y coherentes, son reemplazados, incluso en mentes ilustradas, por teorías sin sentido, originadas por personajes y sitios de dudosa reputación, con claro historial de mentiras previas. Es difícil entender cómo una persona de alto nivel cultural, puede leer y ayudar a diseminar tonterías tan obvias y se resiste a entender principios elementales de salud pública y derechos. Nadie tiene la libertad de decidir qué hacer con su cuerpo si esa decisión va a causar daño y muerte a otros. “Mi cuerpo, mi libertad” implica que mi libertad está por encima de la vida de los demás.

Tres grandes mentiras, cuya diseminación ocupa buena parte del tráfico en redes. Impulsadas desde lo más alto del liderazgo mundial, tienen el potencial de llevar a la humanidad desastres políticos, de salud pública, y comprometer la supervivencia de la especie. 

Nunca antes la mentira había tenido el poder de causar un daño tan profundo  y universal.


Alberto Castro

Agosto 2021

No se hagan los sordos (anonimo)

No se hagan los sordos...!!!i

Sitio de Cali 2021

La filosofía de algunos empieza con sofismas basados en premisas falsas. Hay frases lindas, románticas, llenas de buenas intenciones y lógicamente atractivas a la mayoría de la gente en el mundo, pues en general la gente es buena, de gran corazón y siempre quiere cosas buenas y un mundo mejor donde haya armonía y bienestar general.

Pero esas frases llevan a engaños. Son como la lombriz que lleva al pez al anzuelo, el queso que lleva al ratón a la trampa..

Muchos como peces y ratones son ciegos al peligro.

Unos por ingenuos, otros por ignorantes, otros por cómplices y otros por estúpidos.


Estas frases atractivas pero mentirosas son:


1. Dejemos de matarnos: Falso. Acá nadie de las instituciones ni de la sociedad civil que cumple la ley quiere matar a nadie. Los que nos matan son los criminales organizados en empresas que se lucran del delito. A los que hay que exigir que no nos secuestren, ni nos extorsionen ni nos maten es a ellos. Repito y resaltó: No pedirles ni explicarles, es EXIGIRLES con la fortaleza de las FFAA y la justicia.


2. Hay que acabar con la guerra: Falso. ¿Cuál guerra? Acá hemos sufrido ataques terroristas de grupos delincuenciales. Guerra es una confrontación militar entre estados, o guerra civil cuando hay gran respaldo popular entre dos facciones enfrentadas, con autoridades legítimas de lado y lado. Guerra es Bosnia, Croacia, Siria, Irak, Afganistán, Somalia, Vietnam, Laos...pero lo demás no es sino crimen y terrorismo.

¿Están en guerra Francia? Alemania? Noruega? USA?....y todos han tenido ataques terroristas pero no por ello aceptan sentarse a una mesa a negociar sus instituciones ni su constitución con los asesinos. Todo lo contrario los enfrentan persiguen capturan y dan de baja.


3. Hay que escoger entre paz o guerra: Falso. Acá todos queremos La Paz menos los bandidos que quieren el poder y sus negocios criminales. No nos convenzan a nosotros los ciudadanos decentes, ese cuento que se lo digan a los terroristas.


4. Es que a las FARC no las hemos podido derrotar: Falso. Estaban derrotadas y escondidas en madrigueras como ratas y reducidas a su mínima expresión gracias a la seguridad democrática. 

Y resucitaron y se fortalecieron con una política de mano tendida y apaciguamiento en el gobierno de Santos.

El crimen no desaparece totalmente. En ningún país dejan de haber delincuentes. Siempre existirán bandidos.

Pero el estado con sus FFAA y de policía y sus jueces y fiscales los debe reprimir y reducir a su mínima expresión. Ese es el logro de una democracia y sus instituciones.

Colombia es el único país del mundo donde se piensa que para derrotar al delito hay que entregarles el poder y perdonarles todos sus crímenes.


5. Es que nadie firmara La Paz para ir a una cárcel: Falso. Prueba de ello son las AUC. Igual pasó en Bosnia en Serbia y en muchos otros casos. Los guerrilleros base serán reinsertados a la sociedad pero los cabecillas se someten y pagan cárcel o serán capturados o dados de baja.


6. Quiere prestar a sus hijos para la guerra: Falso. En Colombia los soldados profesionales son un gran porcentaje de las FFAA. Los policías son de carrera. Acaso se van a acabar las FFAA firmando la paz? ¿Acaso el servicio militar no es obligatorio con o sin las FARC?

Las FARC no quieren La Paz quieren el poder.

Reaccionen y no se dejen llevar por los cantos de sirenas... ni por la lombriz ni por el queso....


Autor desconocido, pero lo podría haber escrito yo.

2004-2010 Gobierno de Uribe

La mentirosas estadisticas de la paz

Gran Mentira de la Paz publicada Hoy en el tiempo por el Ejército Nacional- 20 de Julio, 2016


Si comparamos las estadísticas publicadas por el Gobierno (Ejército) con gran bombo en el tiempo el 20 de Julio vemos que se presentan estadísticas de violencia entre 2015 y 2016 (que no son comparables porque apenas va un semestre).

Pero allí está la realidad de la violencia. Mientras las FARC bajan, todos los demás suben. Es decir, le cambiamos de nombre a la violencia y esa es la cacareada PAZ.

Esto es lo que se ve cuando se compara lo que bajan las FARC con lo que sube el ELN, las bandas  criminales y la delincuencia común (Federación Criminal de Colombia= FCC).

Actos terroristas población civil:

FARC bajan de 31 a 0

FCC   suben de de 19 a 58

NETO: pasamos de 50 a 58


Actos terroristas contra la fuerza publica:

FARC bajan de 230 a 22

FCC   suben de 43 a  111

NETO: pasamos de 273 a 133


Total de muertos

Pasamos de 195 a 87


Si anualizamos esta manera tramposa de presentar las estadísticas se concluye que en actos terroristas contra la población pasamos de 50 a 116, contra el ejército de 273 a 266 y en muertos de 195 a 174.


Es decir no hay tal reducción de la violencia. Si algo está ocurriendo es una duplicación de los actos terroristas contra la población civil.


ESTA ES LA REALIDAD, en cifras publicadas por el mismo ejército, presentadas por los grandes manipuladores de la información de una manera fragmentada y con periodos no comparables con la clara intención de confundir.

Esto es lo que se puede esperar cuando un gobierno y una sociedad claudican ante las organizaciones criminales: la PAZ DE LOS PAPELES FIRMADOS Y LOS ANHELOS VAN POR UN LADO Y LA REALIDAD POR OTRO.

Para quienes gustan de los ejemplos de tratados de PAZ en otras partes, miren lo que esta pasando en Sudán, después de haber firmado la Paz.

Esto es lo que pasa cuando una sociedad busca la paz con banalidad. Con simbolismos, frasecitas y palomitas. Con el simplista dilema entre guerra (inexistente) y paz.

Cuando toda una sociedad decide escoger el camino del despeñadero cantando cancioncitas inocentes, no queda de otra que desear que el golpe no sea tan duro