Igea: la primera alusión que aparece escrita de la palabra HUELGA en La Rioja
La primera vez que en La Rioja aparece la palabra huelga por escrito fue el 10 de abril de 1876 por un conflicto que aconteció en Igea.
Se decía que se trataba de una población agrícola no muy próspera, de menos de 2.000 habitantes.
El alcalde, el “rematante de consumos” y el recaudador de impuestos informaron que el 10 de abril se cumplía el plazo de 24 horas para que los morosos pagaran lo que debían o serían embargados. Se trataba del polémico e injusto impuesto de consumos que gravaba los bienes de primera necesidad (de comer, beber y arder): alimentos, bebidas alcohólicas, combustibles y sal.
Cumplido el plazo se presentó la Guardia Civil para realizar los embargos, y salió a su encuentro el alcalde.
A las 6 de la mañana los igeanos formaron grupos, y en vez de ir al campo y después de tomarse un aguardiente en la taberna, recorrieron las calles con actitud hostil, protestando contra la recaudación. Un vecino contó que la mayoría de los vecinos decían “hoy guardamos fiesta” y en la plaza prepararon calderetas. Pasaron en la plaza todo el día comiendo y jugando al mus como si fuera festivo. Habían conseguido que los Guardia Civiles suspendieran la cobranza y los embargos.
Pero no fue la única vez.
El 7 de junio de 1902 era el día del pago del impuesto de consumos. Por precaución se presentaron en Igea la dotación completa del puesto de Cervera y otra pareja desde Aguilar. Parece que no iba a ocurrir nada y a las 23,30 de la noche, al terminar la música en la plaza frente a la Casa Consistorial, se formaron varios grupos que a los gritos de "fuera los consumos y venga el reparto" recorrieron las calles en "estado de excitación".
Por la mañana se iba a subastar la recaudación de los impuestos. Un particular o empresa que ganaba la subasta se encargaba de recaudar los impuestos y se quedaba una parte.. A la hora de la subasta se anunció el comienzo desde el balcón del ayuntamiento. Pero se concentraron allí todos los igeanos y consiguieron que nadie se presentara a la subasta. Nadie se hizo cargo del arriendo de la recaudación de los impuestos.
Por la tarde todavía llegaron más refuerzos de la guardia Civil pero el peligro del motín ya se había conjurado. El informante de este asunto dijo "se ha evitado un día de luto para este pueblo" gracias a la prudencia de las autoridades y la benemérita, y recomienda que las autoridades de Logroño escuchen las justas quejas de los vecinos.
Pero las protestas de Igea no terminaron con esto. Después de varios años de deudas acumuladas, en la primavera de 1907 una empresa se hace cargo de la recaudación. Al presentarse un agente encargado de exigir el pago se produjo un conato de motín que se solucionó con un pacto de pagarse en varios plazos.
Pero al llegar el primer plazo en septiembre de ese año, y a pesar de la presencia de 8 Guardia Civiles, se produjo otro motín del pueblo y agentes y guardias tuvieron que refugiarse en la Casa de la Villa.
El agente envió un telegrama que decía: "Estamos sitiados en la casa del ayuntamiento, precisa más fuerza o perecemos matando".
Las autoridades dudaron en enviar al ejército y por fin acudieron al rescate 25 números guardias de los puestos de Calahorra, Alfaro y Aldeanueva de Ebro.
El pueblo tuvo que ceder.
Pero a pesar de la ocupación al día siguiente se reprodujo el motín y mujeres y niños ocuparon las calles gritando que "antes morirían que pagar".
Al final se llegó a un acuerdo entre las partes (que desconocemos).
Fuente:
Echarse a la calle. Amotinados, huelguistas y revolucionarios. (La Rioja 1890-1936). Autor: Carlos Gil Andrés. Editado por Prensas Universitarias de la Universidad de Zaragoza.