Igea siglo XIX

Guerra de la Independencia - Siglo XIX

¿Qué ocurría en Igea en el siglo XIX? ¿También llegó la Guerra de la Independencia?

Tenemos información de lo que ocurría en Igea en el siglo XIX.gracias a 2 documentos:

PRIMERA MITAD DE SIGLO XIX

Publicado en Periódico local "Palallana" número 9 de Julio de 1980

1.809

Esta es la primera nota indicativa de que los franceses también llegaron hasta Igea , en su invasión de España: "había trigo sin vender en el granero de la iglesia y lo escondieron en los montes, por huir de los franceses, que invadieron el pueblo, y que se encontraron dos puertas del granero abiertas y sin dicho trigo, aunque corrieron noticias que algunos de la justicia se habían llevado alguna porción. El cura párroco, D. Alejandro Anguiano, mandó al mayordomo que hiciera averiguaciones.

En este mismo año tenemos otra anécdota relacionada con los franceses: "un peón estaba llevando los ladrillos desde San Pedro Mártir a la parroquia y los franceses se los volcaron". Fue entonces cuando desapareció la ermita de San Pedro Mártir y su terreno se convirtió en cementerio.

1.810

Por mandato de los regidores, Emeterio Chave y Antonio Muñoz y del procurador Félix de la Torre, se recogía dinero para ayudar a las tropas francesas. También se recogían granos y el procurador se llamaba Fermín de Anguiano.

1.817

Este año hubo que realizar unas obras muy importantes: "se rompió el arco de la columna de la pila del agua bendita y D. Antonio Oscos compuso el chapitel de la torre y las faltas de las linternas de las mismas, abrasadas por "una exhalación de fuego, en una tempestad" o sea un rayo. En este mismo año se tuvo que pagar 290 reales, como contribución eclesiástica, llamada de los treinta millones, impuesta por la invasión francesa. Esta misma cantidad se siguió pagando años sucesivos

1.820

Ya en el año anterior se había vendido varias fincas de la iglesia a D. Juan Blas Bea. Pero ahora fue el ayuntamiento, por propia autoridad e iniciativa, que vendió diversas fincas de la parroquia, para poder pagar los tributos que exigían los franceses y el obispado mandó que dichas ventas se acreditasen por medio de escrituras públicas.

1.822

El gobierno provisional de la nación había impuesto, como queda dicho, una contribución, que se pagaba en forma de canon, en género: trigo y vino y que cobraba un comisionado de la junta diocesana. Este impuesto se llamaba de los 30 millones.

1.823

La regencia del Reino impuso otro tributo, de 10 millones, que se había de pagar al estado.

1.824

Es de notar que en este año hubo un grave "quebranto" en los tres arcos de la nave principal de la iglesia y fue obligado llamar a un técnico, Pedro Antonio Azpiazu y Moreno, de Viana (Navarra), para que reconociera las ruinas. La causa fue la filtración de aguas de la acequia del rincón, a su paso por debajo de la sacristía.

1.831

Se seguía pagando el gravoso tributo para ayuda a los franceses.

1.833

Por orden urgentísima, cesaron los enterramientos dentro de la parroquia y hubo que poner a punto un cementerio provisional, donde hoy está el hogar del jubilado.

1.835

El comisario provincial de la diputación embargó y mandó vender, para sacar dinero para armamento y defensa de la provincia: 3 cálices, un incensario, un vaso pequeño y una custodia pequeña sobredorada, todo de plata, por el precio de 1.420 reales. Ese comisionario se llamaba D. Cenón García de Araoz y lo hizo por orden del gobierno de la nación.

Ese mismo año, el general del ejército del norte exigió un reparto extraordinario para la guerra, de trigo y cebada para las tropas en su lucha contra el invasor.

Las importantes obras realizadas y las continuas contribuciones acabaron con todos los fondos parroquiales.

1.843

Durante los años 1.843 - 1.844, el alcalde y el ayuntamiento se hicieron cargo de la administración y manutención de los bienes de esta iglesia, esta situación solo duró un año. Era de la desamortización de Mendizábal, cuando se adquirieron por esta parroquia, a la de Cornago, el altar del Carmen, por un gasto de 660 reales y se creó la junta de culto y clero, que era la administradora de los bienes de la iglesia.

Investigando sobre un posible efecto de la guerra de la independencia sobre la demografía en Igea, no hemos encontrado datos especiales, ni en el número de nacimientos, ni de las defunciones si bien nos han llamado la atención el año 1.834, en el que murieron 153 personas, siendo 43 niños y 110 adultos de diversas edades. En ese mes de agosto fallecieron 89 personas, pero lamentablemente no aparece la causa de la defunción en sus partidas.

Es muy probable que hubiera alguna de las muchas epidemias frecuentes, que asolaban nuestros pueblos desprovistos de defensas sanitarias.

Por vía de ejemplo, anotaremos que el tifus se llevó 129 personas en 1.868; la viruela causó 143 muertes en 1.875; el sarampión diezmó la población infantil en 1.889, cuando murieron 123, de ellos 106 niños y 36 adultos; y en 189º nos visitó la neumonía y se llevó a 87 personas.

Por desgracia, también la Virgen del Villar sufrió los efectos de la guerra, en 1.811 fueron vendidas por el ayuntamiento cinco de las mejores fincas y diversos objetos de plata, y hubo que entregar para gastos de guerra 1.000 reales de vellón, lo que ya nunca fue devuelto, a pesar de la obligación impuesta por el obispado en su visita pastoral de 1.828.

SEGUNDA MITAD DE SIGLO XIX

Descargar el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar.(1846-1850) de PascualMadoz.