El Castro o poblado celtíbero de "EL CASTILLEJO" está situado en un bello paraje junto al río Linares, entre Igea y Cornago. Un meandro del río forma un espacio amurallado que protegía a sus habitantes.
La Universidad de La Rioja realizó en 2005 una cata arqueológica que confirmó que se trata de un núcleo urbano y que debió ser asolado 200 años antes de Cristo.
Esperemos que en el futuro se pueda realizar la excavación que saque a la luz el poblado.
PRESENTACIÓN DE LA CATA ARQUEOLÓGICA REALIZADA POR LA UNIVERSIDAD DE LA RIOJA que nos facilita el arqueólogo Javier Garrido:
https://www.dropbox.com/sh/2uyy659yc6hkxam/rnXTBhhzM8/Castillejo.%20Castro.Charla%20Igea.ppt
https://get.google.com/albumarchive/106792883153620450019/album/AF1QipOPUs2VEWR9SxPAk9MmXeHXqkO1dekT0OXMLf48
Fotos de la visita cultural realizada en agosto de 2013
Acceso al album: http://goo.gl/4Kn9to
LEYENDA DE LINO, CAUDILLO DEL CASTILLEJO
Aproximadamente 200 años antes de nacer Jesucristo, Décorum era el máximo representante del consejo de ancianos, o asamblea popular, que gobernaba el valle del río Linares desde el castro del Castillejo, situado a mitad de camino aprox. entre Igea y Cornago.
Décorum era muy conocido por ser un hombre digno y justo, y también orgulloso de sus gentes. Su esposa se llamaba Belena, una mujer bondadosa con la familia y muy trabajadora, pero de fuerte carácter, como todas las mueres celtíberas.
El Castillejo está emplazado en las primeras estribaciones de la hoy llamada Sierra de La Alcarama. Su nombre actual provienes de la época dedominio musulmán y quiere decir en árabe Sierra de la Dignidad. Habían recuperando su nombre de la época celtíbera por el carácter de los habitantes de aquellos valles.
Décorum empezaba a ser mayor, pero contaba con su hijo Linamón (más conocido como Lino) como caudillo de los bravos guerreros. Lino iba a casarse pronto con la joven Gárzia.
Con la llegada de los romanos, las tribus celtíberas estaban divididas entre las que querían colaborar con los romanos y las que querían ser independientes. Lino y su padre no querían ser sometidos, pero conocían la fuerza de Roma y estaban dispuestos a negociar su relación con los romanos, pero con dignidad y en igualdad.
Pero los romanos no tenían mucho tiempo para negociaciones.
Llamaron a Décorum y al consejo, con Lino y los guerreros protegiéndoles, a negociar en la ciudad romana Gracurris (después Alfaro). En el castro del Castillejo quedando sin protección las mujeres y niños, con los ganados. Los romanos les prometiron protección durante el viaje.
No se sabe bien si los romanos tuvieron algo que ver, pero en su ausencia el castro fue atacado e incendiado por guerreros enemigos o quizás propias tropas romanas a traición.
Lino y los demás volvieron sin ningún acuerdo con los intransigentes romanos, pero regresaron con prisa preocupados al ver que la reunión había sido un trámite. Llegaron a tiempo de ver como el fuego asolaba todo el poblado.
Sin pensarlo Lino se lanzó con su caballo contra el fuego para intentar salvar a mujeres y niños.
Al momento empezaron a salir volando desde las llamas muchas garzas grandes y pequeñas. La leyenda dice que eran las mujeres y niños que habían quedado encerrados dentro de las casas. Desde entonces es fácil ver garzas por las zonas tranquilas del río Linares.
Pero al terminar el fuego y quedar asolado el poblado no se encontraron los restos de Lino y su caballo.
Dice la leyenda que algún día los descendientes del Castillejo invocarán a Lino, y volverá para que su espíritu siga siendo el siempre el caudillo del Castillejo para cuidar de los que allí vivan o lo visiten.