En las fiestas del año 2008, igual porque ya llevábamos 35 años de andadura y aún nadie se había dado cuenta, alguien dijo que nunca nos habíamos ordenado caballeros ni damas.
Así que lo preparamos todo con mucho cuidado, y preparamos el cuartelillo para tal evento. Lo primero de todo era preparar el escenario, y el lugar donde como manda la tradición había que velar las armas durante toda una noche, y así se quedó preparado, el estandarte, el peto, el casco, la espada y el escudo.
Al día siguiente, el caballero Alain por ser el más joven en entrar al grupo, representó al resto de los miembros, y posteriormente, uno tras otro, desde la más alta alcurnia de la reina y el rey hasta el caballero de más bajo escalafón, fuimos pasando para que el Maestre nos ordenara, bajo la atenta mirada del Prior que lo bendecía todo y del Maestro de armas que daba fe de que todo se hacía como debía ser. El último paso era besar el pendón de Calatrava, y dar un beso a la dama.
Desde entonces cada año que hay nuevo caballero o nueva dama es realizado este acto de ordenación, introduciendo la variante apropiada que se estipule para tal acontecimiento.