Desde 1973, año tras año, y sin faltar a su cita, la Mesnada de Calatrava se viste de gala con los colores que durante tanto tiempo la han acompañado.
La memoria de los más veteranos recuerdan como en los primeros años, y con unos trajes más bien vanguardistas desfilaban únicamente dos grupos Calatrava y Jaira. Hoy en día la Mesnada del rojo, azul, blanco, negro, dorado y plata desenfunda las espadas acompañada de otros muchos grupos para alegrar las calles de la Villa en estas fiestas tan queridas por los abanilleros.
El gran desfile del día 1 ha ido creciendo y madurando como consecuencia del gran empeño de los abanilleros en que sus fiestas sean punto de referencia de otras muchas fiestas de moros y cristianos, siendo reconocidas éstas de interés turístico regional.
Calatrava, como punto de referencia obligatorio de las fiestas de Moros y Cristianos de Abanilla, ha sido invitada a numerosos desfiles y galas, y ha dado ejemplo a otras fiestas como pueden ser las de Murcia.
Cuando llegan las seis de la tarde Calatrava alza su banderín, organiza sus filas y las bandas de música marcan nuestro ritmo con marchas cristianas. Comienza el desfile y a ritmo de Paquito el Chocolatero la Mesnada avanza a la plaza recogiendo el calor del pueblo para el que desfila, Abanilla.
Al llegar a la plaza la música cambia y a ritmo de Fiesta en Benidorm, Calatrava muestra a todos sus mejores pasos, desfilando de una manera más armoniosa, demostrando a todos la veteranía del grupo y pidiendo con más fuerza que nunca el calor de los aplausos del público.
Concluye la plaza y comienza la subida de la calle Mayor, una gran cuesta que nos conducirá hasta la Lonja y nos recordará que el desfile está tocando a su fin.
Sin que se pueda evitar, Calatrava llega a la Iglesia y así concluye el desfile. Algo cansados pero con la gran alegría que brinda hacer las cosas bien nos retiramos al cuartelillo a ritmo de salsa, en un desfile informal, donde nos esperan los bocadillos y la cerveza, y como no, todas aquellas personas que nos quieran visitar, ya que Calatrava abre sus puertas a todo su pueblo.
El día ha concluido, pero no importa, el año próximo nos pondremos nuestros trajes, comeremos en la Posada, al salir miraremos al cielo, y llueva o haga sol, Calatrava volverá a desfilar pidiendo los aplausos del pueblo al que tanto aprecia.