"Más importante que obtener respuestas ciertas es hacerse las preguntas adecuadas".
Juan Ignacio Pozo Municio
Saber que no se sabe y reconocerlo no es una tarea sencilla
Para utilizar efectivamente la información, evitando los riesgos de infoxicación y sobrecarga cognitiva, el primer paso en el proceso de investigación es formular adecuadamente la pregunta.
El diseño de la pregunta está sujeto al conocimiento que se tiene sobre el tema que se va a indagar. Estriba inicialmente en la pregunta sobre los déficit de conocimiento global (generalidades) y de grieta (un asunto específico) que se tienen sobre el mismo.
Una adecuada formulación de la pregunta permite realizar una búsqueda de información eficiente y obtener una respuesta pertinente.
Un déficit de conocimiento global es una deficiencia de información importante y amplia, es decir, cuando reconocemos que sabemos muy poco sobre un tema. Se trata entonces de formular una pregunta amplia y de orden general. Son preguntas básicas y de preparación que remiten a fuentes generales de información.
Un déficit de grieta es una deficiencia puntual y específica que remite a fuentes especializadas de información. Requiere elaborar una pregunta específica y bien estructurada, que generalmente incluye los siguientes componentes:
Veamos un ejemplo:
Si se formula una pregunta como esta:
¿Cuáles son los resultados de los tratamientos farmacológicos frente a otras técnicas terapéuticas, para el trastorno por estrés postraumático bélico infantil en la comuna 13 del Municipio de Medellín durante los años 2005-2009?
Al descomponer la pregunta, tenemos:
1. Población: pacientes de 0-16 años de la comuna 13 de Medellín con TEPT bélico
2. Indagar por los resultados de tratamientos para el TEPT bélico
3. Comparación entre tratamientos farmacológicos y otras técnicas terapéuticas
4. Predominancia y/o complementariedad de los diferentes tratamientos
La importancia de saber qué tipo de déficit de conocimiento tenemos, si es global o de grieta, es que esta diferencia nos permite orientar la búsqueda de fuentes o recursos de información, ya sean de tipo general o especializado.
Así que, la búsqueda de información sólo se inicia cuando se sabe exactamente lo que se necesita para contestar una pregunta, pues:
"Una pregunta está clara cuando sabemos precisamente lo que necesitamos saber para contestarla. Una oración interrogativa imprecisa no es una pregunta clara. No trate de contestar una pregunta hasta que sepa exactamente lo que se pregunta" (Elder & Paul, 2002, p. 32).
Siempre hay que tener presente que una pregunta debe corresponder a una sola necesidad informativa. La necesidad de información que se expresa mediante una pregunta bien estructurada, que puede dividirse en los componentes mencionados, permite diseñar una estrategia de búsqueda efectiva, puesto que:
Referencias:
Elder, Linda & Paul, Richard (2002). El arte de formular preguntas esenciales. Foundation for Critical Thinking. Recuperado el 20 de febrero de 2008, de http://www.criticalthinking.org.
Kopitowski, Karen (2002). Medicina basada en la evidencia: ¿Cómo formular una pregunta efectiva? Evidencia en atención primaria, (5) 3, 92-94.
Pozo Municio, Juan Ignacio (2008). Aprendices y maestros: la psicología cognitiva del aprendizaje. Madrid: Alianza.