La batalla del Gamonal

Napoleón acompañado de Soult y Bessieres, camino de Burgos

Desde que en 8 de Noviembre habia Napoleon entrado en Vitoria, se sentía por doquiera su presencia. Servíanle como de mágico impulso poder inmenso, bélico renombre, imperiosa y presta voluntad. Ya contamos cómo de Bayona mismo habia ordenado al 1.º y 4.º cuerpo perseguir al general Blake. Y ahora, poniendo particular conato en enderezar sus pasos á Madrid, cuya toma resonaria en Europa favorablemente á sus miras, arregló para ello y en breve un plan general de ataque. Asegurada que fué su derecha por los mencionados 1.º y 4.º cuerpos, encargó al 3.º, del mando del mariscal Moncey, que observase desde Lodosa al ejército del centro y de Aragon, dejando, ademas, en Logroño á los generales Lagrange y Colbert, del 6.º cuerpo, cuya principal fuerza, capitaneada por su mariscal Ney, debia caminar á Aranda de Duero. Tomó el mando del 2.º cuerpo el mariscal Soult, y su anterior jefe Bessières fué encargado de gobernar la caballería. Ambos, con Napoleon al frente de la guardia imperial y la reserva, siguieron el camino real de Madrid, dirigiéndose á Búrgos.

El ejército de extremadura

En esta ciudad habia comenzado á entrar el ejército de Extremadura, compuesto de unos 18.000 hombres, distribuidos en tres divisiones, y ásu frente el Conde de Belveder, mozo inexperto, nombrado por la Junta Central para reemplazar á don José Galluzo. La 1.ª division estaba allí desde el 7 de Noviembre; se le juntó la 2.ª en la tarde del 9, quedandotodavía atras y hácia Lerma la 3.ª Así que sólo se contaban dentro de la ciudad y cercanías 12.000 hombres, de ellos 1.200 de caballería. Fiado Belveder en algunas favorables y leves escaramuzas, vivia tranquilo, y de modo que á los oficiales de la 2.ª division, que á su llegada fueron á cumplimentarle, recomendóles el descanso, bastándole por entónces, segun dijo, las fuerzas de la 1.ª division para rechazar á los franceses caso que le atacasen. Tan ignorante estaba de la superioridad del enemigo, y tan olvidado de la endeble organizacion de sus tropas.

Batalla de Gamonal

Serian las seis de la mañana del 10 cuando el general Lasalle con la caballería francesa llegó á Villafría, tres cuartos de legua de Gamonal, adonde se habia adelantado la 1.ª division de Belveder, mandada por D. José María de Alós. Los franceses, como no tenian consigo infanteria, retrocedieron, para aguardarla, á Ruvena, con lo que alentados los nuestros, resolvieron empeñar una accion. Lasalle, rehecho, forzó á los que le seguian á replegarse otra vez á Gamonal, á cuyo punto habia ya acudido lo demas del ejército español. La derecha de éste ocupaba un bosque del lado del rio Arlanzon, y la izquierda las tapias de una huerta ó jardin, cubriendo el frente algunos cuerpos con 16 piezas de artillería. Las tropas más bisoñas se pusieron detras de las mejor enregimentadas, como

lo eran un batallon de guardias españolas, algunas compañías de walonas, el segundo de Mallorca y granaderos provinciales.

Fué, pues, aproximándose el ejército enemigo; y extendiéndose por nuestra derecha el general Lasalle, se colocó en un llano situado entre el bosque y el rio, al paso que la infantería veterana del general Mouton intrépidamente acometió dicho bosque, guarnecido por la derecha española, la cual, creyéndose envuelta por Lasalle, comenzó en breve á cejar, no obstante el vivo fuego que desde el frente hacian nuestros cañones. La caballería, guiada por D. Juan Henestrosa, hombre valiente, pero más devoto que entendido militar, trató de dar una carga á la enemiga. Henestrosa, que en realidad mandaba tambien en jefe, invocando á los santos del cielo y con tanta bravura como imprudencia, arremetió con los jinetes franceses, quienes fácilmente le repelieron y desbarataron. Entónces fueron del todo deshechos los del bosque, y la izquierda, aunque no atacada de cerca, comenzó á huir y desbandarse. La pelea duró poco, y vencidos y vencedores entraron mezclados en Búrgos. El mariscal Bessières, tirando por la orilla del rio con la caballería pesada, acuchilló á los soldados fugitivos y cogió varios cañones, habiéndose perdido 14, y ademas otros que quedaron en el parque.

La pérdida de los españoles fue considerable, aunque mayor la dispersion y el desórden, teniendo que arrepentirse, y dolorosamente, el general Belveder de haberse empeñado con ligereza en accion tan desventajosa. Entregaron los vencedores al pillaje la ciudad de Búrgos, apoderándose de 2.000 sacas de lana fina pertenecientes á ricos ganaderos.

Retirada del ejército de Extremadura

Llegó el mismo dia el Conde de Belveder á Lerma con muchos dispersos, en donde se encontró con la 3.ª division de Extremadura, ausente de la batalla. Perseguido por los enemigos, pasó á Aranda de Duero, y no seguro todavía allí, prosiguió hasta Segovia, en cuya ciudad fué relevado del mando por la Junta Central, que nombró para sucederle á D. José de Heredia.

Soult a por Blake

El mariscal Soult, con la natural presteza de su nacion, enviando del lado de Lerma una columna que persiguiese á los españoles, y otra camino de Palencia y Valladolid, salió en persona el mismo 10 hácia Reinosa con intento de interceptar á Blake en su retirada.