Leceta, Longa y Espoz y Mina

Leceta, Longa y Espoz y Mina, la pesadilla guerrillera de los franceses

Contaban con numerosos confidentes, conocían el terreno y movían con agilidad a sus hombres para asestar numeros golpes al ejercito napoleónico

El alavés Sebastián Fernández de Leceta fue uno de los más destacados guerrilleros de nuestra Provincia. Conocido como 'Dos pelos' fue el responsable de organizar el primer grupo de resistencia contra los franceses en 1809 en la zona del País Vasco y Navarra, que actuaron como parte de los efectivos del grupo del líder guerrillero Francisco Espoz y Mina, de quien Fernández de Leceta acabó siendo hombre de confianza. Varias fuentes sitúan el lugar de nacimiento de ‘Dos pelos’ en Vitoria o en la localidad alavesa de Ullíbarri-Arana, situada entre San Vicente de Arana y Contrasta, hacia 1770.

Francisco Tomás de Anchia, conocido como Longa nació en 1783 en el caserío Longa de Mallavia (Bizkaia) pero desde muy joven vivió en La Puebla de Arganzón donde trabajó como aprendiz de herrero y llegó a casarse con la hija de su patrón adquiriendo así una buena herrería.

Francisco Espoz Ilundain, conocido como Francisco Espoz y Mina nació en Idocin, a unos 20 kilómetros de Pamplona, en 1781. Los tres serían la pesadilla guerrillera del Ejército Imperial francés.

Golpes al ejército napoleónico

En la época de la Guerra de Independencia, Vitoria era un fortín inexpugnable pero cada vez que salía una patrulla, un correo, incluso un convoy, el temor a un ataque de los guerrilleros obligaba a reforzar las operaciones del ejército francés con más y más escolta. Longa y Fernández de Leceta contaban con numerosos confidentes para controlar el movimiento de los más de 6.000 soldados acuartelados y los que iban y venían hacia Francia. Ambos guerrilleros extendieron parte de su reputación mediante pequeños golpes en los pueblos y en el camino real que el ejército napoleónico mantenía abierto a base de pequeñas fortificaciones.

Fue precisamente ‘Dos pelos’ quien se enteró de que el 24 de mayo el general Massena saldría de Vitoria en dirección a Francia con más de mil prisioneros ingleses capturados en los combates de Portugal. Había otros antecedentes exitosos como el ataque de Longa en Armiñón, o cuando Longa y Salcedo sorprendieron a un convoy que llevaba a Francia 2.500 españoles apresados en la batalla de Ocaña (1809).

Sería el 10 de agosto. Sabían que era el lugar perfecto para una emboscada y ‘Dos pelos’, mano derecha de Espoz y Mina y el cerebro que elucubró el plan, se lo hizo saber a su jefe. La táctica utilizada fue perfecta. Cerca de 3.000 guerrilleros alaveses y navarros (4.500 según otras fuentes) ocultos entre la maleza y los robles de ambos lados del camino real a Francia, en el puerto de Arlabán, esperaron desde las 4 de la madrugada a las 8.00 horas del 25 de mayo de 1811 a recibir la orden de ataque por parte del gran guerrillero Espoz y Mina. Cuando la parte central del convoy, compuesto por 150 carruajes, 1050 prisioneros y una escolta de 1.600 soldados franceses, se encontraba en medio de la leve ascensión, sonó el disparo de aviso. Una sola descarga de fusilería y ataque a la bayoneta calada. La sorpresa de los militares napoleónicos, a pesar de su veteranía, fue mayúscula. Siete horas después de un combate feroz acabó convertida en una leyenda que, gracias a los prisioneros ingleses, dio la vuelta al mundo.

Esta es sólo una hazaña de las que hicieron, caracterizadas por la agilidad en sus movimientos. En dos días, aquellos hombres habían caminado 84 kilómetros por senderos de montaña. Los guerrilleros eran tipos normales: herreros, posaderos, panaderos, pastores, labradores, estudiantes. Otros fueron José de Abecia (Marquina, 1788), Martín Eguiluz, Andrés García o Eustaquio Salcedo.

En Arlabán fue fundamental el apoyo de los vecinos de Ullíbarri-Gamboa dirigidos por el posadero Silvestre Fernández de Larrea que, al conocer el terreno, hicieron de enlaces. Fueron los únicos con licencia para moverse en la larga espera de cuatro horas.

Con la invasión napoleónica, en 1809, Longa se puso al frente de una partida de 100 hombres de gran combatividad con la que se dedicó a la guerrilla en tierras de Burgos, Álava y aledaños. Formó una temible fuerza que emboscaba en puntos estratégicos como Arlabán. El grupo sumó fuerzas hasta crear una verdadera unidad militar, la División de Iberia. En 1812, siendo ya coronel, se apodera de Castro Urdiales tras derrotar a los imperiales en Cubo y Miranda.

La Batalla de Vitoria

En el momento decisivo de la batalla de Vitoria Longa se pone a las órdenes de Sir Graham. Al frente de la División Iberia toma Gamarra Menor que corta la retirada del enemigo y persiguió a los franceses. Además, participó en la toma de Pasajes, en la batalla de San Marcial y penetró en Francia con Wellington. En 1813 volvió a la península y fue nombrado general, más tarde mariscal de campo y en 1825 teniente general. Murió en 1831 a los 48 años de edad.

Además de la calle en Vitoria, Longa cuenta con un monumento en la localidad vizcaína de Cenarruza-Puebla de Bolivar, erigido en su honor por la Real Sociedad Bascongada de amigos del País.

Espoz y Mina comenzó su carrera en 1808 en el destacamento del comisionado inglés Doyle y centró su actividad bélica en Jaca. Tras la capitulación de Jaca se incorporó, en 1809, en el 'Corso terrestre de Navarra' y unificó bajo su mando a todos los guerrilleros navarros. Sobresalió por su habilidad y conocimiento del terreno aunque también por su crueldad. Entre 1810 y 1813, con un ejército de casi 3.000 hombres, desarrolló sus ataques e incursiones por Navarra, Aragón, Castilla y Guipúzcoa, sin que los ejércitos franceses pudieran hacerle frente. Ante esta situación, el general francés Honoré Reille intentó paralizarlo con un ejército diez veces superior, sin conseguirlo. Espoz y Mina continuó consiguiendo éxitos guerrilleros. Ante los mismos, la Junta de Regencia, le otorgó múltiples condecoraciones, nombrándole coronel, general y por último mariscal de campo (1812).

Finalizada la guerra en 1814, con la vuelta de Fernando VII, se opuso a la disolución de la guerrilla, colocándose de parte de la causa liberal (que mantendría hasta su muerte), encabezando una conspiración en Pamplona (1814), en un intento fallido de proclamar la Constitución de 1812. Fracasada la intentona, tuvo que refugiarse en Francia.

A pesar de que sus acciones sin ampliamente desconocidas, las calles de Vitoria han elevado a alguno de ellos a la categoría de héroes. Espoz y Mina cuenta con el reconocimiento que supone tener una calle en Lakua, al igual que Longa. Sebastián Fernández de Leceta, por su parte, en el nombre de una calle paralela a la Avenida Gasteiz, en recuerdo de 'Dos Pelos'.