Revolución y Corrupción, son términos incompatibles
Por: Vladimir Adrianza Salas
Revolución y Corrupción, son términos incompatibles
Por: Vladimir Adrianza Salas
Aunque este es un tema muy largo, he decidido iniciar la exposición de un conjunto de ideas, muchas las de las cuales, he recogido en el eterno conversar con personas a las que le molestan tanto como a mi, estos hechos y en especial, a los que creen en nuestro proceso revolucionario.
El título de esta página, en su exacto sentido, indica lo que deseo expresar en esta publicación. No puede llamarse revolucionario aquel que ejerciendo un cargo público, se apropie de dineros que no le pertenecen y mas aún, cuando tales dineros son usualmente destinados a la satisfacción personal de caprichos inducidos por el sistema capitalista que tanto criticamos.
Tal como leí hace unos momentos, en una carta abierta dirigida por varios colectivos e individualidades al Presidente de la República, la guerra contra la corrupción, debe ser un OBJETIVO POLITICO para todos los que creemos en el proceso revolucionario, pues no existe un hecho que desmotive y desmovilice mas a nuestra gente, que observar con cuanta impunidad, algunos funcionarios del gobierno que se dicen revolucionarios, a todas luces, ostentan bienes y niveles de vida que difícilmente podrían justificar, si se les práctica alguna averiguación. Y no solo a ellos y ellas, también a sus testaferros.
Debemos aceptar, que no solo en la oposición ha habido corrupción. Existen varios personajes que en el pasado reciente, militaban en nuestras filas a los cuales, se les ha señalado públicamente de actos contra la cosa pública y a uno de ellos, de estar vinculado al narcotráfico. Hay que evitar a toda costa, que el mal ejemplo del pasado se repita en la Venezuela del presente y en la futura. La misma acuciosidad que se ha desarrollado en la investigación de las fechorías del Capo Rosales, es necesario aplicarla a los que han traicionado con su proceder, la confianza depositada en ellos o ellas, poniendo en peligro la continuidad del proceso.
La corrupción es tan vieja como la humanidad misma, pero si estamos planteando la construcción de una nueva sociedad, que sea modelo para combatir los problemas heredados del capitalismo, no podemos tolerar la existencia de esta lacra como esta, que amenaza con destruir las bases de nuestro proceso revolucionario y la credibilidad en nuestras Instituciones Públicas.
En otros documentos, seguiré tratando el tema.
Abril de 2009.