La novela, ambientada en la Nigeria Británica, se centra en el irreprimible Okonkwo, el influyente y tradicional líder de una ficticia comunidad igbo, que se opone al colonialismo y al cristianismo. La novela narra la vida de Okonkwo desde los acontecimientos que condujeron a su destierro de la comunidad por matar accidentalmente a un miembro del clan, a través de los siete años de su exilio, hasta su regreso, y aborda un problema particular del África emergente: la intrusión en la década de 1890 de los misioneros blancos y el gobierno colonial en la sociedad tribal igbo.
La novela explora muchos temas, en particular, la cultura, la masculinidad, el orgullo, la violencia y el colonialismo. Estructurada tradicionalmente y salpicada de proverbios igbo, describe la desintegración simultánea de su protagonista Okonkwo y de su aldea. La novela fue elogiada por su tratamiento inteligente y realista de las creencias tribales y de la desintegración psicológica coincidente con el desmoronamiento social.