El proceso de aprender una segunda lengua es algo complejo que incluye varios aspectos de la lengua. El vocabulario actúa como un aspecto principal en respecto a la enseñanza de una L2. Para seguir con una discusión sobre del vocabulario, es necesario entender la historia del campo del vocabulario, el estado corriente del vocabulario, varios aplicaciones en el aula del vocabulario y lo que va a pasar en el futuro con el vocabulario.
Antes de aprender una lengua, surgió la siguiente pregunta: ¿Cuántas palabras debe aprender para poder comprender y hablar el español? Existen casi ochenta mil, y probablemente más, palabras en español. ¿Cuántas de estas palabras se necesita saber para ser considerado un alumno? Hay resultados de algunos lingüistas en que utilizan un corpus para “establecer las frecuencias de las palabras de un idioma” (Blake & Zyzik, 2016). El uso del corpus es muy útil porque facilita la descripción de una lengua. El corpus que usaron, Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), contiene más de cien millones de palabras. Sirve para mejorar el conocimiento de una lengua el corpus porque refleja el uso de la lengua según los hablantes naturales. Además , usaron el Corpus del Español por M. Davies, que incluye textos a través de varias épocas. Davies desarrolló una lista de frecuencia en la que aparece las cinco mil palabras más usadas en el español. Sin embargo , ¿es suficiente este tamaño de una lista para la comprensión de una lengua?
Los resultados de Davies muestra que “las 3000 palabras más frecuentes dan cuenta del 88-90% del vocabulario en los textos escritos” (Blake et. al., 2016). Se puede concluir que 3000 palabras no es suficiente para entender una lengua. La estadística podría ser más cerca de 98% para la comprensión total. Más de las palabras de frecuencia, hay un concepto de disponibilidad léxica. Este concepto refiere al nivel léxico de un hablante cuando aprende un tema concreto que aparece en libros de textos. La disponibilidad léxica ayuda a descubrir cuántas palabras sabe una persona porque incluye las que no son consideradas frecuentes también. Por lo tanto, no hay una relación perfecta entre la lista de las palabras frecuentes y el vocabulario en un libro de texto. Para responder a la pregunta inicial, es necesario conocer 3000-5000 palabras para leer de forma independiente.
Otro aspecto importante para aprender una L2 es la incorporación de cognados. Un cognado es dos palabras en idiomas diferentes que se escriben o se pronuncian casi igual y se corresponden semánticamente (Blake et. al., 2016). Mientras aparecen muy simples, cognados son muy importantes en el capítulo y para nuestra meta de responder a la pregunta “¿Cuántas palabras hay que saber?” Usaremos ELE como un ejemplo. Si cognados en español, como “computadora” o “artista” se parecen a palabras en inglés como “computer” o “artist”, es muy fácil reconocer las palabras que tienen muchas semejanzas superficiales con palabras en la lengua nativa de un estudiante. Sin embargo , no es el caso. Según un trabajo sobre cognados por Gillian Moss, hay problemas con estas herramientas potencialmente útiles. “Se identifican cuatro áreas problemáticas, a saber: (a) bajo reconocimiento cognado, (b) homónimos, (c) cognados falsos y falsos amigos, y (d) la naturaleza aleatoria de la enseñanza afín” (Moss, 1992). Estos problemas son el raíz del problema de cognados como una manera de descubrir el número de palabras hay que saber y también es una de las secciones del capítulo tres.
Después de la consideración de cognados, es crítico para nuestro conocimiento del capítulo mirar a los grados diferentes del conocimiento de algunas palabras. Cuando nos estamos preguntando “¿cuántas palabras hay que saber?”, una pregunta secundaria sería “¿qué significa conocer una palabra?” Con la respuesta de esta pregunta, podemos entender mejor la pregunta central del capítulo. Hay más o menos tres grados de conocimiento, según nuestro libro. Primero, “hay palabras que reconocemos o identificamos en un contexto dado pero que no somos capaces de usar”. Segundo, “hay palabras que sabemos pronunciar y usar en la lengua hablada pero tenemos dudas sobre su ortografía”. Y tercero, “hay palabras que nos resultan familiares pero de las cuales tal vez conocemos solo una acepción y no todos sus significados” (Blake, et. al., 2016). Además , hay una diferencia entre el conocimiento receptivo y conocimiento productivo y los tres áreas principales de conocimiento: la forma, el significado y el uso. Juntos, estos grupos crean la respuesta de nuestra pregunta secundaria y una de las piezas de la rompecabezas de nuestra capítula.
Además, es importante reconocer la compresión del léxico de una lengua es más que el comprensión de las palabras independientes. Un hablante de una lengua debe saber cómo usar las colocaciones, los modismos y expresiones idiomáticas. Una colocación es una combinación de dos o más palabras que aparecen juntos frecuentemente. Dos ejemplos de colocaciones en español son “cometer un error” y “dar un paseo” (Granda, 2001). Un estudiante de una segunda lengua necesita entender las colocaciones como estos ejemplos porque decimos “hacer un error” y “tomar un paseo” en inglés, cosas que no son realmente incorrectos en español, pero no son comunes para un hablante nativo de español. Expresiones idiomáticas, o modismos, son importantes en el mismo sentido, pero son más fijas en términos del hecho de que las palabras separadas no van juntas para crear un significado de la expresión en total (Blake et. al, 2016). Un conocimiento de los modismos es algo que muchos estudiantes de una segunda lengua no tienen porque requiere un conocimiento cultural y pragmático de la lengua. Por eso, estudiantes de una segunda lengua necesitan aprender las expresiones idiomáticas en una manera explícita.
Del mismo modo, hay colocaciones gramaticales que un estudiante de una segunda lengua tiene que aprender. Las colocaciones gramaticales son verbos que siempre van en conjunto con una preposición específica como “ayudar a” (Blake et. al., 2016). El uso de los preposiciones con los verbos es algo difícil porque el estudiante tiene que memorizar las preposiciones (no traducen directamente del inglés). Verbos pronominales, o verbos que llevan un pronombre reflexivo (me, te, se, nos, os, se), tienen que estar memorizados también. Algunos investigadores dicen que problemas como ser/estar, por/para y verbos transitivos/intransitivos pueden ser tratados como colocaciones gramaticales en el sentido de que estudiantes deben memorizar palabras/tipos de palabra que señalan sus usos y que son usadas muy frecuentemente.
En pensar sobre cuántas palabras hay que saber para hablar bien el español, hay varios aspectos para considerar. Incluye el uso de un corpus y una lista de palabras más frecuentes, la idea disponibilidad léxica, los cognados, los grados de conocimiento, las colocaciones, y los modismos. A través de varias investigaciones, se puede concluir que hay más que un aspecto que es importante al aprendizaje de una L2.
Hemos demostrado una respuesta de nuestra pregunta “cuántas palabras debe aprender para poder comprender y hablar el español?” con estudios científicos. Pero, no hay un método uniforme que existe en cada aula en el mundo. Hay muchos métodos diferentes que incluyendo estrategias, herramientas y enfoques únicas, culminante en una variedad de resultados en estudiantes de L2. Estos métodos incluyen el método directo, la idea de la lingüística cognitiva, el aprendizaje basados en los proyectos, y la mnemotecnia de la palabra clave. Cada método tiene fortalezas y debilidades y también resultados diferentes que tratando a ganar. Para dar una vista completa de los métodos únicos, explicaremos los métodos, los objetivos, y las herramientas que usan los métodos.
Primero, una forma en que se enseña el vocabulario en el aula implica lo que se llama el método directo. De acuerdo a Methods used in the teaching of a foreign language--II, “The Direct Method bars native language speaking from the classroom and the new language itself is used as the vehicle” (Miquel, 2016). Como una de las formas modernas más comunes de educación del vocabulario, el método directo podría ser útil para ayudar a los niños a alcanzar el nivel establecido por la respuesta a la pregunta de nuestro capítulo. El método directo es una manera eficiente para enseñar a una clase un segundo idioma a través de un equilibrio entre input y output. Este equilibrio se puede lograr como el “direct method stresses association of words and their concepts” solo en la segunda lengua (Boswell, 2016). Por lo tanto, los estudiantes pueden construir su vocabulario y retenerlo a través de una gran cantidad de output forzados. Este uso permite los estudiantes aumentar su grado de conocimiento.
El método directo es útil ya que, cuando el alumno se ve obligado a utilizar métodos alternativos a la memorización simple para aumentar su vocabulario, las palabras que aprenden se mantienen, ya que a menudo se enseñan a través del uso frecuente. Del mismo modo, los cognados son extremadamente útiles para aclimatarse al método directo. Los estudiantes pueden usar cognados para construir una base para ellos mismos, ya que su fluidez en su idioma nativo hace que estas palabras sean fáciles de entender y construir. El método directo también ayuda en el uso de colocaciones. En lugar de aprender lo que las frases idiomáticas en español significan en inglés, lo cual puede ser perjudicial ya que generalmente no se traducen bien, los estudiantes pueden aprender lo que significan estas colocaciones mediante el uso de ellas en oraciones en español, lo que resulta a un nivel más alto de ambas retención y comprensión. En general, el método directo permite a los estudiantes aumentar su vocabulario y comprensión a través del uso frecuente de estas palabras en el segundo idioma, en lugar de memorizar traducciones en inglés sin el uso frecuente. Este método utiliza un buen equilibrio de entrada y salida a través del aprendizaje de las palabras y su asociación a escenarios del mundo real a través de la práctica y la comunicación.
Además, algunas personas hoy en día están aplicando el campo de la lingüística cognitiva a la enseñanza del vocabulario. La lingüística cognitiva ve el lenguaje basado en el uso y pone énfasis en las habilidades cognitivas que usamos cuando interactuamos con el mundo (Boers, 2011). Profesores que enseñan dentro de esta idea de la lingüística cognitiva usan métodos como tener los estudiantes actuar la palabra o pedir que los estudiantes adivinan el significado de una palabra o frase usando el contexto. Los proponentes la lingüística cognitiva también tratan hacer los modismos y frases coloquiales más fáciles, rompiendo la frase en sus partes o mostrando cómo se relacionan con ideas más generales y amplias, como la temperatura o la emoción, por ejemplo (Boers, 2011). En general, la idea de la lingüística cognitiva en términos del vocabulario enfoca en la representación cognitiva del léxico en contexto y cómo hacer ejercicios en la clase que relacionan con esta representación mental del léxico.
Un método similar es el aprendizaje basado en los proyectos. Algunos estudios han encontrado que el acto de comunicar y trabajar con compañeros ayuda a los estudiantes aprender en un nivel más profundo (Reisi & Saniei, 2016). Dentro de este método es la idea de los estudiantes trabajando juntos con “word webbing” que se ha encontrado para mejorar el reconocimiento del vocabulario de los estudiantes de una segunda lengua. “Word webs” ayudan a conectar palabras nuevas con las palabras que el estudiante ya tiene en su léxico (Reisi & Saniei, 2016). Algunos profesores están implementando estos mapas conceptuales en la computadora, combinando este método de la enseñanza con la tecnología disponible (Rye et al., 2012). Por otro lado, profesores están usando los mapas conceptuales para organizar sus propios planes, ayudando con la presentación de información clara y relacionada en la clase.
Un ejemplo de un “word web” que se puede usar en la clase para conectar palabras de vocabulario relacionado a un tema (Reisi & Saniei, 2016)
Otra forma en que se enseña el vocabulario en el aula está a través de los medios de tecnologías. Hoy en día, casi todo en el mundo está basada en la forma de tecnología, o puede ser. Parece como los bebés conocen más sobre tecnología que algunos adultos. Por lo tanto, sería aconsejable aplicar la herramienta lo que es tecnología en el aula para mejorar la enseñanza del vocabulario. Hay varias estrategias mentales en que ocurre cuando una persona está aprendiendo una lengua. Fue un estudio en favor de un sistema de tecnología que se llama Mywordtools. El mejor parte de esta tecnología es que el proceso está diseñado para cada persona. Como los resultados han dicho, “this study can be viewed as a first step in building the knowledge of L2 learners' VLS [estrategias del aprendizaje del vocabulario] development via technology supports” (Lan, 2013). Un ejemplo de una programa en que apoya este aprendizaje se llama “eye vocab,” en que tiene mucho aprendizaje eficaz (http://www.eyevocab.com/). A medida que avance la tecnología, está convirtiendo en un parte integral para el aula en respecto a la enseñanza para un L2.
Hoy en día, podemos combinar un procedimiento, se llama el método de la mnemotecnia de la palabra clave, con la tecnología. Está demostrado que esto es un procedimiento efectivo para la enseñanza de vocabulario de un L2. Los resultados de un estudio muestra “evidence of growth in students’ vocabulary” (Wyra, Lawson, & Hungi, 2007). Este método ofrece una conexión entre información nueva e input visual. La segunda permita nuestros cerebros recordar nuevas palabras. En respecto a la tecnología, hay varias formas en que proporcionan estas imágenes visuales en que ayuda el conocimiento de vocabulario nuevo.
Al examinar estos métodos diferentes (también, una herramienta la que es la tecnología), se puede realizar que hay muchas formas para enseñar el vocabulario en una L2. Los maestros tienen la capacidad para quedan corrientes en usando estos métodos para ayudar sus estudiantes. Si estos métodos son implicados, los estudiantes van a tener lo más éxito que pueden en el desarrollo de su vocabulario.
En un estudio de palabras y lengua es crítico por nuestro entendimiento del capítulo a mirar los grados diferentes del conocimiento de las palabras. Cuando nos estamos pidiendo la pregunta “¿cuántas palabras hay que saber?”, una sub-pregunta importante es “¿qué se entiende por conocer una palabra?” Por contestando esta pregunta, podemos entender mejor la pregunta mayor del capítulo. Hay más o menos tres grados de conocimiento, según de nuestro libro. Primero, “hay palabras que reconocemos o identificamos en un contexto dado pero que no somos capaces de usar”. Segundo, “hay palabras que sabemos pronunciar y usar en la lengua hablada pero tenemos dudas sobre su ortografía”. Y tercero, “hay palabras que nos resultan familiares pero de las cuales tal vez conocemos solo una acepción y no todos sus significados” (Blake, et. al., 2016). También, hay la diferencia entre el conocimiento receptivo y conocimiento productivo y los tres áreas principales de conocimiento: la forma, el significado y el uso. Juntos, estos grupos crean la respuesta de nuestra sub-pregunta y una de las piezas de la rompecabezas de nuestra capítula.
A un nivel más profundo de la comprensión del vocabulario, un estudiante de español como segunda lengua necesita entender cómo usar su vocabulario en una manera apropiada en contextos sociales diferentes. Esta idea se llama el registro y tiene que ver con el uso formal contra informal, el modo escrito contra oral, la escena pública contra privado, etc. (Blake & Zyzik, 2016). Por ejemplo, para entender el vocabulario en un sentido profundo y ser capaz de utilizarlo correctamente, un estudiante necesita variar su uso de la lengua en contextos diferentes como hablar con un hermano pequeño o hablar con un abuelo. Otro ejemplo es el presidente de los Estados Unidos, y cómo los escritores de sus discursos tienen que tener la audiencia en mente (Lonsdale, 1996). El presidente usaría palabras más específicas y técnicas cuando habla con los miembros del Senado que cuando habla con un grupo de estudiantes de la escuela secundaria, por ejemplo. Parecería como un estudiante no entiende el vocabulario a causa del registro si habla con un amigo usando lenguaje muy formal que esperaría ver en un ensayo académico. Por eso, el registro el algo que un estudiante necesita practicar (por más contacto con la lengua en el mundo real).
Finalmente, el uso del vocabulario en situaciones nativas sería un parte integral en el aprendizaje de una L2. Un término más prevalente para esta área de la lengua se llama las pragmáticas, y también los dialectos diferentes. Hay una jerarquía entre la lengua español y los dialectos diferentes de esta lengua. Hay unas características sociales en que determinan la jerarquía, los cuales son el sexo, la edad, el nivel socioeconómico, etc. Por ejemplo, examinamos la elisión de la /r/ final en Caracas, Venezuela. La elisión ocurre más en el nivel bajo de clase socioeconómico, un poco menos en el nivel medio, y lo menos en el nivel alto (Blake et al., 2016). En un estudio reciente, lo examinó como un profesor debe enseñar las pragmáticas. El estudio mostraba que los profesores pueden dar orientación inicial y entonces deja el resto del aprendizaje de las pragmáticas al estudiante. También, hay una creciente atención en la importancia de la tecnología en el aprendizaje de las pragmáticas. En todos los aspectos de la enseñanza, sería el más importante para el profesor a realizar que todos los estudiantes aprenden en formas diferentes (Cohen, 2008). Por lo tanto, es la responsabilidad del profesor para ofrecer maneras diferentes para aprender todo lo que es necesario.
El vocabulario y los aspectos que lo incluye son muy importantes al desarrollo de una segunda lengua. Los cognados, colocaciones y el grado de conocimiento todo crean nuestra percepción de la fluidez y la sabiduría de una lengua segunda. El vocabulario y los otros aspectos que hablamos sobre en este capítulo son más o menos concreto en su desarrollo. En nuestra opinión, no habrá mucho cambio en esta sección gracias a la manera en que usamos vocabulario en nuestras lenguas. Pero, aunque no será muchos cambios en los aspectos específicos de esta capítulo, los métodos en que este sujeto está enseñado cambiará, con el auge en el uso de tecnología y el desarrollo de métodos nuevos de enseñanza por estudiantes de lenguas segundas como la instrucción basado en las tareas.
Obras Citadas
Blake, R. J., & Zyzik, E. C. (2016). El español y la lingüística aplicada. Washington, DC: Georgetown University Press.
Boers, F. (2011). Cognitive linguistic approaches to teaching vocabulary: assessment and integration. Language Teaching, 46,
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Boswell, R. E. (2016). Toward a new eclecticism in modern-language teaching. Foreign Language Annals, 6, 237-246.
Cohen, A. D. (2008). Teaching and assessing L2 pragmatics: What can we expect from learners? Cambridge University Press,
41(2), 213-235.
Granda, D. A. (n.d.). Koike, Kazumi, 2001, Colocaciones Léxicas en el Español Actual:
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Rye, J., Landenberger, R., & Warner, T. A. (2012). Incorporating concept mapping in project-based learning: lessons from
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