La profundización en las preferencias musicales del alumnado se ha convertido en una de las temáticas centrales que abordamos este año ya que queremos explorar sus usos e implicaciones en el aula como mediación educativa. Ramón Montes-Rodríguez, realizó en charlas anteriores sendas aproximaciones a las músicas populares urbanas y el papel que desempeñan en la construcción de las preferencias musicales infantiles y juveniles. En esta sesión, Pablo Marín-Liébana continúa en esta línea reflexionando acerca de los repertorios que se utilizan en las aulas de música. 

Desde un enfoque de educación musical crítica, Pablo analiza el encaje que tienen las preferencias musicales del alumnado en el currículum escolar, cuáles son las dificultades que encuentra un docente que se compromete en incorporarlas, qué consideraciones estéticas se tienen en cuenta para su elección y cuáles son los elementos que subyacen en el proceso de construcción de dichas preferencias. Desde esta perspectiva se tienen en cuenta nuevas formas de aproximarnos a la experiencia musical del alumnado y sus implicaciones educativas.  

Cuando pensamos en una educación musical crítica, hay que hacer una revisión de todos los conceptos que van determinando lo que es y lo que no es educación musical. Dos de los conceptos que se hacen fundamentales en el enfoque pedagógico crítico son el de poder (el cual explica el qué se enseña) y el de identidad (el cual explica para qué se enseña). Este enfoque pretende la incorporación en las aulas de la identidad y diversidad cultural en un plano de igualdad, la reflexión conjunta del consumo y su influencia en la forma de representar la realidad y la participación en la construcción del currículum, por tanto, en la elección de los repertorios escolares.

Este enfoque nos obliga a realizar una revisión de las razones de la hegemonía del repertorio clásico-romántico.  En la historia de la estética de la música, Pablo encuentra una explicación de la superioridad histórica de este repertorio y la repercusión que tiene en nuestro tiempo.  A partir de este análisis, ve necesario un cambio de paradigma. Frente a una estética trascendente propone una concepción de preferencias subjetivas y contextuales.