Sesión 2

Música Popular Urbana en el Aula: cuando la juventud "elige" qué música estudia.

Tras la primera sesión de esta temporada en el Laboratorio, estuvimos reflexionando sobre las razones para elegir una canción como favorita. Esta aproximación a las preferencias musicales motivadas por el debate surgido en torno al Benidorm Fest 2022, hizo que nos planteáramos en la utilización en el aula de las músicas que forman parte del imaginario sonoro de nuestro estudiantado. En esta conferencia de Ramón Montes-Rodríguez, profesor del Área de Didáctica de la Expresión Musical de la UGR, se dialogó sobre educación musical crítica y la incorporación de otras músicas no canónicas al currículum educativo de las etapas de Primaria y Secundaria. Este tema hizo surgir el debate sobre los conceptos de democracia y poder en la Escuela y cómo esta institución podría construir una ciudadanía más libre, justa y crítica con un mayor y mejor conocimiento musical.


Partimos con un acercamiento a la historia de la Música Popular Urbana (MPU) y las diferentes relaciones que ha tenido con la sociedad y también con el mercado. A lo largo del siglo XX y de estas primeras décadas del XXI, hemos vivido una gran variedad y heterogeneidad de estilos musicales dentro de lo que se denomina MPU, todos ellos con sus características musicales propias, en términos de ritmo, melodía, armonía, instrumentación, tímbrica, textura y las relaciones históricas, culturales, sociopolíticas, literarias, etc. La prevalencia de unos géneros sobre otros cambia en la MPU de forma mucho más rápida que lo ha hecho tradicionalmente en la música clásica, debido principalmente a la sociedad hiperacelerada y de consumos voraces en la que vivimos.  


Conectando con un enfoque pedagógico crítico se propuso un replanteamiento radical de los roles de la escuela y la educación musical en la construcción de la ciudadanía. Este replanteamiento pasa por dotar de herramientas analítico-musicales para entender, comprender y disfrutar la música que se escucha fuera del aula. 


La incorporación de la MPU supone un ejercicio democrático, pero también genera controversias que merecen un espacio de reflexión. Mientras utilizamos las preferencias de nuestro estudiantado para ganar en democracia, otorgamos protagonismo a las músicas que están sujetas a los intereses económicos de las grandes plataformas. ¿Se debilita entonces dicha democracia? El consumo musical, hoy en día, se rige esencialmente por las lógicas económicas del mercado de la atención. El dinero ya no es tan importante como el tiempo capturado y los algoritmos de las diferentes plataformas están programados para que el usuario continúe usando dichas plataformas ad infinitium. Actualmente, acceder a la cultura es más fácil que nunca, sin embargo, esto no se refleja en una mayor heterogeneidad de gustos musicales o mayor diversidad musical. Todo porque el perfil del escuchante ecléctico, aquel que puede disfrutar, comprender y entender cualquier tipo de música, no conjuga bien con las dinámicas de captura de la atención de los algoritmos.


¿Por qué atender a las músicas que “eligen”? La idea principal es que no podemos ser acompañantes del algoritmo, los procesos de construcción del gusto musical en esta sociedad hiperglobalizada e hiperconectada están mediados por intereses comerciales, por tanto, introducir procesos democráticos en el aula va a motivar un aumento de la capacidad de decisión. Además, existe mucha música popular urbana en las periferias silenciada en los círculos de consumo masivo, el reto será conjugar las preferencias y los gustos “personales” con ese “otro” patrimonio musical más desconocido.

Vídeo de la conferencia-debate (17/2/2022):

Presentación:

Presentación Conferencia Montes-Rodríguez.pptx