Partiendo de las ideas que las personas que participaron en el laboratorio tienen sobre la investigación, reflejadas en la imagen anterior, pusimos el foco en la distancia que se ha ido generando entre la investigación y la práctica pedagógica, hecho que no se observa en otros campos científicos como el de la medicina. Generalmente, los docentes, expertos de la práctica pedagógica, no están interesados o implicados en la investigación educativa ni son usuarios asiduos de las revistas donde se publican los últimos hallazgos en el campo de las Ciencias de la Educación. Además, en demasiadas ocasiones se tratan de estudios desconectados de los intereses y problemáticas reales de la escuela. Esta ausencia de investigaciones conectadas con la práctica, que sean interesantes para los docentes y que atiendan a sus necesidades, generan una escasa transferencia y poca incidencia en la praxis, alimentando así el histórico desencuentro entre escuela y universidad, entre la práctica docente y la investigación. 

Por esta razón proponemos un cambio de dirección que abra la puerta a una investigación diferente. Iniciar una conexión real entre personas expertas en procesos de investigación educativa con expertas en el desarrollo práctico de la educación e involucrarnos conjuntamente en un trabajo compartido de análisis y resolución de problemas. Se trata de poner en marcha procesos de investigación colaborativa que salven las distancias antes mencionadas, favoreciendo así la toma de decisiones dentro de la comunidades profesionales, y que informen del proceso de investigación en sí mismo (Kochanek, Sholz y García, 2015).

En esta sesión reflexionamos sobre estas cuestiones y propusimos una actividad práctica para comenzar a pensar nuestras experiencias desde la mirada de un docente-investigador.

MATERIALES

Presentación de Almudena Ocaña Fernández y María Luisa Reyes López sobre cómo iniciar una investigación en el aula según un enfoque cualitativo, crítico, participativo y colaborativo.