1ª Semana:

"Lo inesperado"

María

Llevamos ya 2 semanas de confinamiento y vamos hacer la tercera semana en poco, cuando empezó todo este problema no me veía capaz de afrontar esta situación sin agobiarme o pasarlo mal, sobretodo porque yo soy una persona a la que le encanta estar fuera de casa y salir con mis amigos por ahí o simplemente salir a correr por mi zona y el hecho de pensar que ya no podría hacerlo me agobiaba bastante, pero poco a poco me voy acostumbrando más a esta situación, a veces me agobio un poco viendo fotos con mis amigos o mis primos porque les echo de menos, pero al final es una situación que estamos pasando todos para ayudar al bienestar de la sociedad y es algo necesario que tenemos que pasar.

Mi vida ha cambiado bastante desde que empezó todo este confinamiento, ahora tengo más tiempo para mi y puedo hacer cosas que antes no tenía tiempo para hacer o las hacía mal y rápido.

En cuanto a estudios en general estoy bastante perdida en algunas asignaturas porque no me entero bien de lo que hay que hacer o con las clases virtuales no puedo llegar a entenderlo todo igual, sobretodo en física ya que ya no puedo ir a clases particulares y es algo que a mi me ayudaba mucho a llevar al día la asignatura al día, en otras en cambio lo estoy llevando mejor porque no necesitan tanta explicación y si acabo los deberes antes de hora puedo avanzar otra asignatura. En cuanto a deporte ahora que tengo más tiempo estoy comiendo más y estoy intentando hacer más para mantenerme, pero me está costando bastante ya que yo antes salía casi todos los días a correr o con la bici y ahora hago bicicleta estática en casa o algunos ejercicios en el salón con mi familia, por esa parte es más divertido porque puedo estar con ellos y antes salía a correr sola porque no tenían tiempo.

Mi relación con mi familia está cambiando también bastante ya que antes solíamos estar juntos solamente en la cena o ratos cortos, ahora estamos aprovechando para ver películas juntos, jugar a juegos de mesa, comer y cenar juntos... y nos estamos uniendo mucho más.

Creo que esta situación nos está sirviendo a todos para apreciar mucho cosas que antes no apreciamos, pero también para conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestra familia.

Coque

Hola, hoy vengo hablaros de cómo ha impactado la pandemia del COVID-19 a mi rutina diaria.

Bueno antes de que empezara esta pandemia, mi vida entre semana era así:

Yo me levantaba todas las mañanas a las 7:30, desayunaba, me vestía e iba al colegio. Cumplía mi horario escolar, salía a las 16:50 de clase y volvía a casa. A las 18:00 me ponía hacer los deberes que me habían mandado hasta que los terminaba. Los lunes, miércoles y viernes tenía entrenamiento de fútbol. Los fines de semana tenía partido de fútbol y por las tardes quedaba con mis amigos. Ahora, debido a esta pandemia, en la cual no podemos salir de casa, mi horario ha cambiado mucho entre semana : Me levanto a las 9:30, lo que es bueno para mí debido a que descanso más.Normalmente todos los días tengo alguna clase por videollamada, en la que me conecto y me explican lo que corresponde dar en clase a esa hora y después me mandan deberes sobre eso, con un tope máximo de fecha de entrega. En las asignaturas en que no tengo videollamada me mandan deberes,también con fecha de límite de entrega. Intento tener siempre los deberes hechos antes de comer, para tener todo el tiempo libre por la tarde y poder hacer deporte, ver series, jugar a juegos con amigos…

Mi vida ha cambiado completamente, bueno y la de todos, espero que esto acabe pronto ya que me encanta estar al aire libre.

Inés

El COVID-19 en general me ha cambiado mucho la rutina ya que yo antes me tenía que desplazar de muchos sitios a otros cada semana para ir a la academia o a clases, cogiendo el bus o el tram, Y en esos momentos tenía tiempo para estar un poco yo sola pero ahora lo máximo que puede estar sola es sacando al perro con mascarilla y guantes , así que se me hace muy raro estar en un mismo sitio durante toda la semana ya que no estoy acostumbrada.

Además de eso también cambia mucho a la hora de estudiar ya que antes estaba en clase con mis amigos y tenía los patios y los cambios de clase para estar con ellos pero ahora lo máximo que puedo estar con ellos es hablando en vídeo llamada, posiblemente en clase mientras hacemos deberes o trabajos , o para hablar y ya está pero es una gran diferencia que se nota de ver a una persona prácticamente todos los días y pasar muchas horas a verla a través de una pantalla y mucho menos tiempo ya que ahora tenemos más ejercicios que hacer a lo largo del día. Eso también ha sido un cambio grande ya que antes estaba proporcionado todo a su hora y tú podrías organizarte sin embargo ahora estoy todo el día haciendo deberes y trabajos intentando que todo está entregado a tiempo y bien hecho.

Además de eso, también ha sido un cambio muy importante a la hora de ver a familiares como por ejemplo, mi abuelo, ya que antes le veía diariamente pero ahora ya no. Yo diría que este es el cambio más grande que habido en mi rutina diaria durante esta cuarentena.

Alberto

Desde que surgió el COVID 19 en Wuhan, China, mucha gente pensaba que no era nada grave, hasta que empezó a propagarse por la mayoría de países, dejando cientos de fallecidos diariamente.

Cuando llegó a España la gente estaba muy asustada al ver que era un virus que se contagiaba sencilla y rápidamente. El número de contagios aumentó en gran proporción en la mayor parte del mundo, incluido España, esto hizo que el Gobierno español anunciara un estado de alarma, poniendo así en cuarentena a todo el país.

El hecho de estar en cuarentena supone una serie de desafíos que todos debemos afrontar para que esta pandemia se acabe lo antes posible.

Al estar todos los colegios del país cerrados nos obliga a que tengamos que dar clase vía online, bien por videollamadas con el profesor o profesora o bien con vídeos explicativos donde nos citen la lección que debemos aprender. Esto es un hecho que engloba a todos los estudiantes, unos prefieren dar clase presencial y otros online. Personalmente, prefiero ir a clase presencial ya que me centro más en el colegio que en casa, y en consecuencia, mi concentración es mayor. Algo tan básico como salir a la calle se ha convertido en un desafío significativo por la posibilidad de contagio a través de una simple conversación. Los supermercados se han convertido en el peor lugar para estar, ya que es el único sitio de encuentro entre multitud de gente, aumentando así la posibilidad de contagio. Para evitar estas aglomeraciones es importante que la compra la realice solo una persona de cada familia, y que compre muchos productos para evitar tener que ir varias veces, poniendo así en riesgo a esa misma persona y a varias más.

Estos desafíos son difíciles de superar, pero cuanto antes los cumplamos, antes venceremos a este virus y por fin podremos volver a la vida normal.

María M.

Coronavirus, cuando empezamos a escuchar noticias de este famoso virus creo que pensamos que era una cosa lejana, una exageración, o al menos tal y como yo lo pensaba.

El COVID-19, conocido como Coronavirus, se identificó por primera vez el 1 de diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, China. El 30 de diciembre, un grupo de médicos del Hospital Central de Wuhan lanzó una alerta sobre un "coronavirus similar al SARS". Ocho de estos médicos fueron arrestados bajo la acusación de difundir falsos rumores. La OMS declaró el 30 de enero de 2020 la existencia de un riesgo de salud pública de interés internacional. Como podemos ver en estos datos no se le dió importancia al principio, incluso arrestaron a médicos que avisaban de la magnitud de la enfermedad.

En mi opinión, es lo que solemos hacer nosotros, los humanos, pensar que no tiene la importancia que tiene. Desde un principio en España se nos recomendó no ser alarmistas, incluso después de los primeros afectados en el país. Seguía pareciendo todo un rumor, uno de los que pasan de boca en boca haciéndose más y más grande, pero no lo era. Tras el 8 de marzo, el día de la mujer, las infecciones por Coronavirus fueron aumentando y Madrid fue la primera en actuar, cerrando todos los colegios y universidades. En ese punto la gente de las demás comunidades se preguntaba cuando llegarían las medidas de prevención ante este Coronavirus. Para mí ese fue el punto de empezar a darse cuenta de la gravedad del asunto, saber de no volveríamos al colegio en 15 días empezó a despertar conciencias y fue un toque de atención para que la población supiese que era verdad, que la gente se contagiaba y posiblemente moría. Ahí todavía no lo asimilaba, era una situación fuera de lo normal, era mucho que procesar.

Es en ese momento que empiezas a oír cifras de enfermos, de muertos, entrevistas de médicos devastados porque no dan abasto con tantos enfermos y escuchas que el sistema de Salud de tu país no está preparado para esta pandemia, porque es lo que es, una pandemia mundial con más de un millón de contagios. Te miras a ti mismo, echas la mirada atrás a tu familia, amigos y piensas que te mueres si les pasa algo, no quieres perderlos, te lo repites una y otra vez. Para mí fue un momento duro, saber que tus abuelos son población de riesgo y que puede que no sobrevivan a esta pandemia.

Sin duda, en mi opinión, lo peor de esta pandemia es que nadie puede ver a sus familiares y amigos, decirles el último adiós, la impotencia de sentir que no has aprovechado el tiempo lo suficiente: ese abrazo que nunca diste, ese beso o esas tardes de juegos, de compartir espacios. Sientes esa preocupación por tu familia tu gente, un sentimiento compartido por millones de personas, y lo único que quieres es que se acabe. mi sentimiento no es de querer que se acabe para salir con amigas o volver a clase, si no para no tener que lamentar más pérdidas y aprovechar la vida.

Mireia M.

En esta primera redacción voy a hablar sobre el cambio tan brutal de vida que nos ha supuesto la pandemia del COVID-19. El coronavirus o COVID-19 inició su propagación en China en diciembre de 2019. Lo sentíamos muy lejos y pensábamos que nunca íbamos a vivir en nuestro país las imágenes que nos enseñaban en la televisión del país asiático. Llegó primero a Italia y aún nos parecía lejano. Nadie nos preparó para lo que íbamos a vivir en las siguientes semanas.

El 12 de marzo el gobierno avisó que cerraba todos los colegios, institutos y universidades de España. El 13 de marzo, a la vuelta del colegio, entré en casa y no he vuelto a salir desde entonces. Solo tengo una idea de lo que ocurre fuera por imágenes que me llegan al móvil, televisión y por lo que me cuentan mis padres, ya que ambos siguen trabajando.

Los primeros días de confinamiento, me sentía ahogada por la sensación de estar prisionera en mi propia casa. Se me ocurrían mil planes que no podía hacer. Se me hacía duro no poder quedar con mis amigos y empecé a darme cuenta que pequeñas cosas de mi día a día ya no las iba a poder hacer. Al principio estaba enfadada pero fui tomando conciencia de lo importante que era que cada uno de nosotros estuviéramos en casa para evitar el contagio masivo y la saturación de los hospitales por culpa de una enfermedad desconocida hasta ahora, grave en muchos casos y sin cura.

El mismo cambio de actitud que yo sentí, creo que lo sintieron la gran mayoría de españoles. De repente, sentimos que cada uno de nosotros éramos importantes para detener los contagios. Me ha llamado mucho la atención la solidaridad de la gente, como que todo el país lucha por lo mismo y como que cada uno aporta aquello que sabe hacer para ayudar a los demás. Hay muchas actividades en las redes sociales: canciones, clases de deporte, bailes, tutoriales de cocina… y, casi desde el principio, disfruto con el aplauso a las 8 de la tarde para dar las gracias a toda la gente que ayuda a que salgamos de esta situación.

Después de tres semanas de confinamiento, me he acostumbrado a esta nueva vida. A comunicarme con mis amigos por mensajes o llamadas, a dar clases por videoconferencias, a hacer deporte en casa. Tengo la esperanza de que esto no dure mucho más porque a veces pienso que volverá a haber momentos en los que me sienta mal tan encerrada. Lo más positivo de todo lo que he vivido es la solidaridad y la empatía de la gente.