Elogio de la guerra

Pienso boca a boca

como vida de un ahogado

del cemento congelado

de ciudades

y pueblos.

Que si mira adelante

al amor que nos arrastra,

al sentirnos respirando

se olvidarían

las canciones

de guerra,

sobre las estatuas

sobre los destinos

sobre el largo espacio

que queda en camino.

Tiempo de morirse

es ese paso ensimismado

donde el hombre es condenado

a morir

y a reírse.

Si algún visitante

de otra estrella nos hablara

con qué lengua escribiría

la metralla,

las balas

y el mundo.

Este es un planeta

doblado y despierto

que va a suicidarse

para no estar muerto.

Pero que utopía

es que acaso el hombre es esa

o la muerte se detiene

en el deseo

de vivir.

Qué golpe se ha parado,

qué cabeza no anda rota

y qué bomba ha dejado

de caer en cada día.

Que se vaya el sueño,

que se vaya el día.

Que vuelvan blindados

con artillería.