Debajo del cañón

Debajo del cañón se entierran muertos

—debajo del cañón de un río azul—.

Se dice que en las noches el desierto

parece un blanco espejo de la luna y su luz.

Y sobre el gran espejismo se mueven

miles de espectros de arena de nieve.

Muerden sus dientes al cielo que hieren

sus blancos huesos de luz.

Todo el desierto le canta a la luna:

cactus y piedras, reptiles y dunas,

fósiles sordos de piedras de algunas

telas que lejos están.

Debajo del cañón cabalga el viento,

debajo del cañón se escurre el sol.

Un viejo caminante del desierto

desciende del disparejo camino del amor.

(1967)