Déjame tomar asiento

(Emilio Ballagas - José María Vitier)

Déjame tomar asiento

en tu preciosa canoa

y poner al cielo proa

navegando por el viento.

Muévame el Divino Aliento

con su poderoso brío.

Éntrame en tu claro río

y súbeme a los alcores

dónde ángeles ruiseñores

abren las albas del pío.

¿Qué pie pusiste primero

en la barca temblorosa?

¿Qué huella de austera rosa

marcó con fuego el madero?

Tu cuerpo tornó ligero

lo que el peso ya vencía,

pues parece que vacía

la ingrávida barca vuela

dejando impoluta estela

por donde pasa María.