En estos días

En estos días,

todo el viento del mundo sopla en tu dirección.

La osa mayor corrige la punta de su cola

y te corona

con la estrella que guía,

la mía.

Los mares se han torcido

con no poco dolor hacia tus costas.

La lluvia dibuja en tu cabeza

la sed de millones de árboles.

Las flores te maldicen muriendo,

celosas.

En estos días

no sale el sol,

sino tu rostro.

Y en el silencio,

sordo del tiempo,

gritan tus ojos.

¡Ay! de estos días terribles,

¡ay! de lo indescriptible.

En estos días

no hay absolución posible para el hombre,

para el feroz, la fiera

que ruge y canta ciega:

ese animal remoto

que devora y devora

primaveras.

En estos días

no sale el sol,

sino tu rostro.

Y en el silencio,

sordo del tiempo,

gritan tus ojos.

¡Ay! de estos días terribles,

¡ay! del nombre que lleven,

¡ay! de cuanto se marche,

¡ay! de cuanto se quede.

¡Ay! de todas las cosas

que hinchan este segundo.

¡Ay! de estos días terribles,

asesinos del mundo.

(1977)