Biañez 02/08/22

Lo que la edad no ha conseguido, lo han hecho dos años de pandemia y tras 3 años reales de parón forzado volvemos al asfalto a retomar nuestras tan ansiadas bajadas.

Un año más, ha sido el incombustible Piloto Suicida quien al no poder abrir la temporada con la clásica de Soiano, se ha acercado hasta los confines del valle de Karrantza para poder participar en esta peculiar bajada.

Los dos años de parón han hecho mella en la participación y este año tan solo se han animado 6 pilotos locales a bordo de sus goitis con ruedas de goma y el propio Piloto Suicida.

Tras el cierre al trafico de la carretera se ponen en marcha a la voz de 3, 2, 1, ya… pero desde el inicio Piloto Suicida se da cuenta de que el estado del asfalto también ha sufrido un desgaste importante con el paso de los años. Lamentablemente el resto de participantes le dejan atrás muy rápidamente y desesperado se acerca muy lentamente a la primera curva de la bajada. A partir de aquí la gran recta va aportando velocidad a los rodamientos, pero cada dos por tres hay alguna irregularidad en el asfalto que le hace frenar bruscamente la goiti. Aunque los 5 primeros pilotos están fuera de su vista, uno de ellos va haciendo “eses” constantemente por algún fallo en la goiti y por lo menos trata de coger a su “presa” para no llegar el último.

Tras el paso de las dos pequeñas curvas (mejor asfaltadas que otros años) llega a la zona mas llana y la goiti prácticamente se para en seco al contacto con el asfalto viejo. Toca “remar” con los brazos y tratar de llegar al último tramo con algo de velocidad. Afortunadamente la zona final de cemento sigue siendo lo suficientemente buena para poder darle velocidad a la goiti por su buena pendiente, y tras hacer el derrapaje correspondiente en la curva a izquierdas encara la meta lo más rápido posible adelantando al otra vez accidentado 6º piloto. Tiempo aprox.: 3’47” y penúltimo puesto.

El resto de las 2 bajadas restantes se resume en idénticas sensaciones, tratando de buscar las zonas mejor asfaltadas para intentar no perder demasiada velocidad, pero sin demasiado éxito. En la zona llana esta vez opta por ponerse de rodillas y empujar la goiti con la pierna para ganar algo de tiempo. Pero la curva de la zona de cemento la traza peor estas últimas bajadas, tratando de apurar demasiado el derrape.

Aun así, consigue hacer tiempos de 3’29” y 3´28” respectivamente (tiempos estimados) pero relegado a la última posición ya que el otro piloto había cambiado de montura por otra sin problemas técnicos.

En resumidas cuentas, regreso agridulce a las bajadas tras el parón postCOVID, pero una tarde para recuperar sensaciones y el gustillo a las bajadas que ya creíamos perdido por la dichosa pandemia.

Hemos vueltoooooo!!