Las alteraciones del neurodesarrollo desempeñan un papel importante en la etiopatogenia de la esquizofrenia. Este estudio se centra en la investigación de estas alteraciones utilizando un novedoso modelo experimental que emplea neuroesferas y neuronas derivadas del neuroepitelio olfativo de pacientes con esquizofrenia.
Las neuroesferas, estructuras tridimensionales que replican la complejidad de la organización neuronal in vivo, se generaron a partir de células madre pluripotentes del neuroepitelio olfativo de pacientes con diagnóstico de esquizofrenia y de individuos sanos como grupo de control. Estas neuroesferas ofrecen una plataforma in vitro para estudiar los procesos de neurodesarrollo en un entorno controlado y reproducible.
Los resultados revelaron una disminución en la tasa de proliferación de células madre en las neurosferas de pacientes con esquizofrenia, indicando una posible alteración en la autorrenovación celular. Además, se evidenció una reducción significativa en el tamaño de estas neurosferas, sugiriendo que la capacidad de formar y mantener estructuras neuronales tridimensionales estaba comprometida en el contexto de la esquizofrenia.
La diferenciación de neuronas a partir de neuroepitelio olfativo permitió examinar las características fenotípicas y funcionales específicas de las neuronas de pacientes con esquizofrenia en comparación con las del grupo de control. Se observaron diferencias significativas en la morfología celular, la expresión génica y el funcionamiento de diferentes vías de señalización intracelular.
Además, se identificaron perfiles de expresión génica únicos en las neuronas de sujetos con esquizofrenia, revelando posibles marcadores moleculares que podrían contribuir al diagnóstico temprano y al desarrollo de estrategias terapéuticas más precisas.
En resumen, este trabajo proporciona una comprensión más profunda de las alteraciones del neurodesarrollo asociadas a la esquizofrenia utilizando un modelo de neuroesferas y neuronas derivadas del neuroepitelio olfativo de pacientes. Estos hallazgos no solo contribuyen a la comprensión de la etiopatogenia de la esquizofrenia, sino que también abren nuevas vías para la identificación de biomarcadores y el desarrollo de potenciales nuevas terapias.