Decía Gregorio Marañón que la librería de un hombre es también su retrato. Supongo que la frase vale también para las mujeres. Hace un tiempo, cuando mi hijo vagueaba porque no tenía ganas de leer, vacié la estantería de su cuarto de todos los cuentos y los libros que habíamos ido eligiendo juntos y por separado. Quería que entendiera que la librería de una persona solo le pertenece cuando ha leído esos libros. Cuando esas obras dejan una huella, del tamaño y la profundidad que sea.
Siendo niña y adolescente tenía más tiempo para leer y aprender a través de los libros. Estos son algunos de los que me gustaron. La mayoría los descubrí cuando me dejaba tentar por los consejos de algunas profesoras de literatura, cuando investigaba en la biblioteca de mi madre y mientras yo misma iba descubriendo lecturas por pura casualidad. Algunas de esas historias solo servían para pasar un rato entretenido; otras, en cambio, me sirvieron para ser la persona que hoy soy.
Jane Eyre, Charlotte Bronte
Cumbres borrascosas, Emily Bronte
El príncipe destronado, Miguel Delibes
Los santos inocentes, Miguel Delibes
El camino, Miguel Delibes
Historia de una escalera, Antonio Buero Vallejo
Una vuelta de Tuerca, Henry James
El gato negro y otros cuentos, Edgar Allan Poe
Arthur Gordon Pym, Edgar Allan Poe
Orgullo y prejuicio, Jane Austen
Sentido y sensibilidad, Jane Austen
El guardián entre el centeno, J.D. Salinger
1984, George Orwell
Diez negritos, Agatha Christie
La muerte de Roger Ackroyd, Agatha Christie
Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez
Doce cuentos peregrinos, Gabriel García Márquez
Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
La isla del tesoro, Robert Louis Stevenson
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
La metamorfosis, Franz Kafka
El Lazarillo de Tormes, anónimo
La vida del buscón, Francisco de Quevedo
Fuenteovejuna, Lope de Vega
El alcalde de Zalamea, Calderón de la Barca
Romeo y Julieta, William Shakespeare
El perfume, Patrick Süskind
Veinte poemas de amor y una canción desesperada, Pablo Neruda.
Rimas y leyendas, Gustavo Adolfo Bécquer
Un mundo feliz, Aldous Huxley
Los viajes de Gulliver, Jonathan Swift
Robinson Crusoe, Daniel Defoe
La sombra del viento, Carlos Ruiz Zafón
A sangre fría, Truman Capote
Crimen y castigo, Fiodor Dostoievski
Drácula, Bram Stoker
Casa de muñecas, Henrik Ibsen
La familia de Pascual Duarte, Camilo José Cela
Réquiem por un campesino español, Ramón J. Sender
Como agua para chocolate, Laura Esquivel
Paula, Isabel Allende
La regenta, Leopoldo Alas “Clarín”
Eugenie Grandet, Honoré de Balzac
La piedra lunar, Wilkie Collins
El gran Gatsby, Scott Fitzgerald
Seda, Alessandro Baricco
Persépolis, Marjane Satrapi
La ciudad de cristal, Paul Auster
La mujer habitada, Gioconda Belli
Antología del grupo poético de 1927, Cátedra.
Frankenstein, Mary Shelley
Matar a un ruiseñor, Harper Lee
Rebeldes, Susan E. Hinton
Los pazos de Ulloa, Emilia Pardo Bazán
El club de la buena estrella, Amy Tan
Mujercitas, Louisa May Alcott
La historia interminable, Michael Ende
20.000 leguas de viaje submarino, Julio Verne
Luces de Bohemia, Ramón María del Valle Inclán
Antología poética de Alfonsina Storni
El perseguidor y otros relatos, Julio Cortázar
Antología poética de Mario Benedetti
Soledades, galerías y otros poemas, Antonio Machado
El lápiz del carpintero, Manuel Rivas
La Barraca, Vicente Blasco Ibáñez
La trastienda azul, Fernando Palazuelos
¿ Cuál recomendarías tú?
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