Botellas de plástico (para contener diferentes elementos naturales).
Hojas, tierra, flores, piñas.
Vendas para los ojos.
Hojas de papel y colores para dibujar.
desarrollo de la actividad
Es momento de abrir nuestros sentidos y empezar a darle una mayor importancia a los aromas que nos envuelven. En esta actividad los alumnos se van a convertir en rastreadores. Como maestras, tenemos la oportunidad de guiar a los niños en el desarrollo de su capacidad para distinguir los diferentes olores que nos rodean en el día a día. Esto va más allá de identificar los olores. Se trata de una tarea estimulante que fomenta la observación y la conexión con la naturaleza.
¿Qué pasos vamos a seguir para realizar la actividad?
Recolectar elementos del bosque con olores característicos: hojas, tierra húmeda, flores, piñas.
Colocar cada objeto en una botella: así conservamos su olor.
Poner una venda en los ojos a cada niño.
Oler las botellas: crearemos un paseo en el que cada alumno deberá ir oliendo los diferentes objetos, fomentando así el sentido del olfato.
Adivinar los olores: cada niño debe intentar averiguar qué es lo que ha olido, promoviendo el debate y la capacidad de expresión. Se pueden proporcionar pistas si es necesario.
Dibujar lo que han olido.
Con esta tarea, fomentamos la curiosidad y el conocimiento sobre la naturaleza. Además, incentivamos a nuestros estudiantes a reflexionar, a compartir sus experiencias y a desarrollar su capacidad olfativa.
Un ejemplo de cómo quedarían las botellas.