Las virtudes teologales
Las virtudes teologales
¡Buen día, fray Tomás! ¿Qué son las virtudes teologales?
El ser humano está hecho para la felicidad. Pero hay una felicidad que se puede alcanzar en esta tierra, proporcionada a las fuerzas humanas. Y otra felicidad que se dará en el cielo, es la vida eterna, a la que Dios nos ha llamado por medio de Jesús. Pero, ¿cómo podemos llegar a esa vida eterna? ¡Con nuestras solas fuerzas es imposible! Por eso, necesitamos que Dios nos infunda unas virtudes especiales, que son las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad.
¿Por qué se llaman teologales o teológicas?
Por tres razones: una, porque se dirigen a Dios, entablan una relación directa con Él. Porque no es lo mismo tener fe que confiar en que las cosas van a ir mejor; o tener esperanza, meramente ser optimista; incluso hay que decir que no todo amor es verdadera caridad. En segundo lugar, porque son un don de Dios: ¡no las podemos alcanzar por nuestras propias fuerzas! Y en tercer lugar, porque solo conocemos su existencia por Revelación divina.
¿Y por qué son estas tres y no otras?
Los seres humanos tenemos dos potencias superiores: la inteligencia y la voluntad. La fe ilumina la inteligencia para que conozcamos a Dios en su intimidad y sepamos los caminos para llegar a él. La esperanza mueve nuestra voluntad a buscar a Dios como fuente de todo bien. Y la caridad nos une a Dios (y a los hermanos por amor de Dios) también en nuestra voluntad.
¿Cuál de ellas es la más perfecta?
Si atendemos al orden de "aparición", sin duda, la primera de ellas es la fe. ¡No podemos ir a Dios ni menos amarlo si no lo conocemos! Por eso es tan importante conocer las verdades de la fe, formarnos en el contenido de nuestra fe. Pero en el orden de importancia, como dice San Pablo en la Primera Carta a los Corintios, la mayor de todas es la caridad, porque por ella nos unimos a Dios.
¡Muchas gracias! ¡Hasta la próxima!
Suma Teológica, I-II, cuestión 62.