La virtud de la justicia
La virtud de la justicia
¡Buenos días! Nos toca la segunda de las virtudes cardinales. ¿Qué es la justicia?
¡Pregunta difícil! Por eso es bueno tomar una definición tradicional: "La justicia es la perpetua y constante voluntad de dar a cada uno su derecho". Al decir "perpetua y constante", afirmamos la estabilidad que debe tener, porque es una virtud y no un acto aislado. Cuando hablamos de "voluntad", expresamos algo que trasciende el sentimiento momentáneo y toca lo más profundo de nuestra alma. Y "dar (o devolver) a cada uno su derecho", expresa la dimensión social de la justicia: siempre ejercitamos la justicia hacia los demás, los reconocemos como seres dignos y dotados de derechos.
Hoy vivimos en un tiempo individualista, y se habla mucho de amarse a sí mismo, de ser justo con uno mismo...
No discuto esas expresiones, pero recuerda que la justicia exige siempre igualdad y diversidad. Y eso, propiamente, solo se da entre los seres humanos diversos. Por eso la virtud de la justicia apunta "hacia afuera".
Claro, pero como virtud debe tener una dimensión "hacia adentro".
Sin duda. Y por eso decimos que la justicia es la virtud que pone rectitud en la voluntad, así como la prudencia la pone en la razón. Por eso el acto de la justicia es externo, pero empieza en el interior, en el corazón. ¡Cuántas veces se reclama justicia, pero qué poco se busca ser justo, hacer que nuestra voluntad sea recta de verdad!
Entonces, ¿todo lo que hacemos tiene relación con la justicia?
Sí, porque las virtudes cardinales son virtudes generales, que de una forma u otra abarcan toda la vida humana. En cualquier pensamiento, decisión o acción hay que dar lo que corresponde, hay que ser justo.
Eso nos lleva a distinguir diversos tipos de justicia.
Ciertamente, hay una justicia legal, que implica lo que el sujeto debe a la sociedad en general y que se caracteriza por el cumplimiento de las leyes. Pero también existe una justicia particular, que regula el ordenamiento de los hombres entre sí. Así, el concepto de justicia es más amplio que el de la mera legalidad. Por ejemplo, debo ser justo cumpliendo las leyes de mi país, pero también debo ser justo tratando dignamente a cualquier persona que se relacione conmigo, aunque esto no esté estrictamente contenido en ninguna ley. Veremos más adelante otras distinciones importantes.
Todas las virtudes consisten en un "justo medio". ¿Cómo sería el justo medio de la justicia?
En las otras virtudes ese medio lo establece la razón. Por ejemplo, en el caso de la templanza, el justo medio de lo que hay que comer depende de la contextura física del sujeto, de las tareas que debe hacer, etc. Ya Aristóteles explicaba que quien compite en los Juegos Olímpicos puede consumir mucho más alimento que otros, sin faltar a la virtud de la templanza. Pero en la justicia el medio es siempre objetivo, como el precio justo o el salario justo. "Objetivo" no quiere decir absolutamente fijo, porque puede variar según diversas circunstancias.
¿La justicia, es la más grande de las virtudes?
Podría decirse que sí, porque por la justicia nuestra voluntad se hace recta. Y la voluntad es la que dirige todos los actos, interiores y exteriores, que nosotros realizamos. Pero no olvides que la prudencia es la "madre" de las virtudes, ya que establece el orden de la razón, y la caridad es la "forma" de las virtudes: para un cristiano, ¡nada puede hacerse sin caridad!
¡Gracias! ¡Hasta la próxima!
Suma Teológica, II-II, cuestión 58.