Lazarillo de Tormes

El “Prólogo” de Lazarillo de Tormes nos recuerda uno de los principios dialógicos, aprender unos de otros en igualdad expresando sentimientos:

“Y todo va desta manera: que confesando yo no ser más santo que mis vecinos...”

Paz García Álvarez


RELATO DE LA TERTULIA EN 1º BACHILLERATO C


PRIMER Y SEGUNDO TRATADO

I. escogió, para empezar fuerte, compartir la siguiente emoción: “Necio, aprende que el mozo del ciego, un punto ha de saber más que el diablo”. En una relación tóxica, sea de pareja, familiar o amistad, ir un paso por delante de la persona que te daña es importante para defenderse, para aprender a defenderse.

Á. nos llevó a tomar conciencia sobre nuestro rechazo al semejante, con la reflexión acertadísima de Lázaro que dice “Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos” y cómo a veces teniendo tú el problema huyes de quien podría ayudarte, por no querer verte reflejado.

C. nos advierte del exceso de confianza que algunas veces ponemos en personas que no lo merecen. Para ello, seleccionó la cita “Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él, yo llegué simplemente creyendo que era así y como sintió que tenía la cabeza al par de la piedra, afinó recia la mano y diome una gran calabazada.” No tienes que hacer siempre caso de lo que te digan. Cuando más te expones estás más pueden lastimarte.

O. reflexiona sobre la venganza, cómo nos lleva a hacer el mal, no solo devolver el daño poniéndonos al nivel, sino amplificarlo llevados por el odio. “Como vi que-y quebraba la postura no me contenté con ir a la par con él, más aún pasaba delante”.

Ale. redunda en este tema de la venganza sin remordimiento del Lazarillo al ciego, y dice que representa la rabia interna de una persona, rabia que ésta puede acumular a lo largo de varios sucesos y estalla. Cuando aguantas mucho llega un momento en que te romes y no eres ni tú, eres la rabia. De tanta rabia no piensas, actúas, en caliente. A veces cuando reflexionas te arrepientes, pero no siempre, como Lázaro.

Al. abre el melón, de cómo los jóvenes van más rápido que los adultos en casi todo, y llevados por esa idea de que son invencibles, cometen excesos. S.V. concluye que se sobrepasan en el consumo de alcohol y los problemas de salud que eso puede acarrear. “Pues es verdad, más vino me gasta este mozo en lavatorios al cabo del año que yo bebo en dos.”

L. comenta a raíz del robo del “pan del arca”, que la avaricia y el hambre son la causa de la delincuencia y el robo. S. redunda en ello con la cita “Contélos, si a dicha el lacerado se errara, y hallé su cuenta más verdadera que yo quisiera. Lo más que yo pude hacer fue dar en ellos mil besos y, lo más delicado que yo pude, del partido partí un poco al pelo que él estaba; y con aquel pase aquel día, no tan alegre como el pasado”. Si no tienes las necesidades primarias cubiertas, la primera en la pirámide de Maslow, robar para sobrevivir es entendible y justificable. Las crisis nos afectan a todos, de manera directa o indirecta, generando inseguridad.

P. repara en los prejuicios, a través de la expresión “Santigüéme , tornéme a meter en casa” de las muchas veces que juzgamos sin conocer a las personas, por su apariencia, su pasado o lo que nos cuentan otros.

S.M. remata con un tema que conecta con la realidad pandémica que vivimos hoy, nos toca muy de cerca. En esta vida, los malos momentos son más que los buenos, normalmente. El esfuerzo, muchas veces, no es recompensado. Nos vamos preparando a lo largo de la vida, esforzándonos para conseguir algo y eso no siempre se cumple.

“A cuánta miseria y fortuna y desastres estamos expuestos los nacidos y cuán poco duran los placeres de la vida.”