Ubicada en la tercera isla más grande de Europa, Dublín es la capital de la República de Irlanda. Fundada por vikingos a mediados del siglo IX esta ciudad ha evolucionado a lo largo del tiempo hasta transformarse en el núcleo urbano más poblado de la isla.
Dublin es hoy una capital moderna y rica en cultura capaz de enamorar a todos quienes la visitan con su mezcla de tradición y una pujante modernidad. Esta característica convierte a la ciudad en un destino muy versátil para todo tipo de turista, ya sean amantes de los espacios verdes o declarados urbanistas.
Dublín es literatura, cuna y lugar de inspiración de grandes escritores como Oscar Wilde, Samuel Beckett, o Bram Stoker, que reflejan en sus obras su visión de la ciudad en la que vivieron. Algunos de estos últimos fueron estudiantes en la Universidad de Dublin, el Trinity College. Este edificio es uno de los atractivos más importantes de la ciudad dada su historia y renombre internacional. Hoy en día es una visita obligada para todos aquellos que recorran este destino.
El paisaje de esta capital está dividido por el río Liffey, que enmarca dos zonas con características claramente diferenciadas. Esta división no sólo es geográfica, sino que los barrios, la arquitectura y el estilo de vida cambian entre una y otra margen.
Más allá de esto, un rasgo común a toda la ciudad es su vida social, la cantidad de pubs y el ambiente que se respira en las calles. Ya sea en el tradicional Temple Bar o en otras tabernas menos renombradas, la vida nocturna, la diversión y la infaltable cerveza Guinness son elementos que siempre están presentes.
Esta ciudad cuenta con una amplia oferta de alojamiento, aunque si la visita es en verano, es recomendable realizar las reservas con antelación ya que es un destino de vacaciones europeo. Al norte del río los alojamientos conservan la tradición irlandesa de hostales, mientras que al sur se encuentran opciones más modernas. Acompañando esto los restaurantes al norte son más escasos y visitados en general por los locales y al sur, especialmente en la zona del Temple Bar, la oferta gastronómica es abundante y muy diversa.
En términos de conectividad, Dublin funciona como distribuidor turístico. Desde esta ciudad podemos visitar distintos destinos y atractivos que se encuentran a lo largo y ancho de la isla. Cuenta con un aeropuerto bien conectado al resto del continente, rutas de ferry tanto a Inglaterra como a Irlanda del norte, y la gran mayoría de las autopistas que recorren el país convergen en la ciudad.
¿Cómo combinar Dublín en un itinerario?
- Se puede combinar con Londres
- Se puede combinar con Gales ( Liverpool )
- Se puede combinar con Irlanda del Norte ( Belfast )
- Se puede combinar con Escocia ( Gaslgow - Edimburgo )
Sin dudas Dublín pertenece a lo que podemos llamar “paradas obligatorias” en tu próximo viaje por el norte de Europa.
Nos vemos la semana que viene con otro destino!