Pocos lugares en el mundo muestran la naturaleza prístina, inalterada y hermosa como lo hace el sexto continente.
La Antártida, el último continente en ser descubierto y explorado en la historia de la humanidad, se encuentra ubicada casi en su totalidad en el círculo polar antártico. Con temperaturas extremas, fuertes vientos y bajos índices de humedad (200 mm de precipitaciones anuales) se considera que tiene un clima desértico.
La fauna que habita este espacio, o sus inmediaciones, varía entre aves, mamíferos marinos e invertebrados. Entre las especies más conocidas podemos encontrar 6 variedades de pingüinos, petreles, ballenas azules, orcas, calamares o distintos tipos de focas. Esta variedad no se muestra tanto en la flora dado que las condiciones de temperatura, luz, tipo de suelo y la escasa humedad dificultan la proliferación de la vegetación. Aun así, se pueden observar distintos tipos de musgo, líquenes y algas.
Cuando hablamos de turismo en la Antártida nos referimos a una actividad relativamente reciente. La primera llegada de turistas al continente se registró en 1958 en una expedición que partiría desde la provincia de Tierra del Fuego y que arribaría a la península antártica en el buque Les Eclaireurs llevando a bordo 98 turistas. En la actualidad la actividad ha aumentado en caudal de viajeros, pero se sigue planificando en consecuencia del Tratado Antártico vigente para la conservación del ambiente.
Es innegable que el atractivo principal de este destino es lo inhóspito de su paisaje, pero también existen otras opciones que admirar como pueden ser los enormes icebergs en el agua, las colonias de pingüinos, las ballenas y las auroras australes, un fenómeno luminiscente hermano de las auroras boreales, visible desde la Antártida en las épocas de menos horas de luz.
Desde el punto de vista de la accesibilidad, la Antártida sólo puede ser visitada bajo la modalidad de turismo de crucero, pero con algunas particularidades. Los navíos que se utilizan para alcanzar este lejano destino solo albergan como máximo a 300 pasajeros en simultáneo y suelen ser de menor tamaño que los cruceros tradicionales. Al tratarse de embarcaciones de expedición las actividades a bordo giran en torno a conocer más en profundidad el continente blanco y preparar a los pasajeros para los desembarcos.
Las actividades fuera del barco constan de travesías en tierra con la posibilidad de ascenso a picos de hielo, caminatas por la nieve y hasta inmersiones en las aguas de un cráter volcánico en Isla Decepción. Otras de las actividades para realizar se basan en navegaciones en zodiacs (botes ligeros) para avistar las formaciones de hielo en el océano antártico, las colonias de vida silvestre y, por qué no, hacer kayak en las aguas más australes del mundo.
La ciudad puerta para realizar un viaje a la Antártida es la ciudad de Ushuaia dada su ubicación estratégica a 1000 km de la península antártica y su capacidad para atender cruceros y expediciones en puerto. Todos los años recibe a miles de turistas ávidos de embarcarse rumbo al continente blanco.
Un desafío apasionante para una experiencia única !
¡Seguimos en contacto y nos volvemos a encontrar la semana que viene con un nuevo destino!