En este diario compartimos nuestra segunda experiencia impartiendo una hora de clase.
El primer día del mes de marzo del 2018, acudimos al grado de 2do A; a este curso le correspondía izar la bandera junto con 2do B, de modo que nos dirigimos con los estudiantes al frente de la escuela donde está ubicada la bandera. Una vez ya formadas las filas, la coordinadora saludó a los estudiantes para iniciar la jornada educativa, y les dio la bienvenida a aquellos que llegaban lentamente. Luego, le dio la oportunidad a una alumna para que hiciera la oración del día. La coordinadora aprovechó la ocasión para hacer preguntas referente al Día de Independencia celebrado el martes anterior; la mayoría de los niños no estaban informados acerca de esta fecha de celebración nacional, y tuvieron dificultades para contestar las preguntas.
Justo antes de empezar a cantar el himno nacional, algunos estudiantes de otros grados interrumpieron el acto cívico, y tanto en estos como en los que ya estaban ahí presentes, se evidenció una falta de respeto a la patria debido a la ignorancia; los educandos estaban desubicados y no tenían un concepto concreto de lo que era estar de pie cantando el himno, ni de lo que sucedió hace 174 años. En otras palabras, a nuestro parecer esto se debe en su mayoría a que no hay hábito de hacer el acto cívico, momento solemne en el cual se inculcan los valores patrios. La inestabilidad en los horarios (hoy le toca a un grupo, mañana a otro), y la falta de entusiasmo e importancia que se le da al evento los niños lo perciben e imitan tales actitudes. Es por eso que es preferible que todos los días cada alumno esté presente en el momento de izar la bandera.
Al llegar al aula, la maestra hizo la reflexión y oración con sus alumnos, e inmediatamente pasamos a hacer la actividad de inicio, la cual tenía como propósito animar a los estudiantes, y recoger los conocimientos previos sobre el tema a tratar: la suma y la resta. Esta actividad consistió en pegar diversos papeles en la pizarra, los cuales contenían preguntas relacionadas con el contenido y las experiencias reales de los alumnos; algunos ejemplos de las cuestionantes elegidas son: ¨¿Cuánto cuesta una Hojuelita en el colmado?¨ o ¨Si tienes 25$RD y quieres comprar una Hojuelita, ¿cuánto dinero te sobraría?¨. Siete estudiantes fueron seleccionados para participar, y sus compañeros los ayudaron a contestar las preguntas; en general, las respuestas fueron satisfactorias.
Seguidamente, empezamos con la primera actividad del momento de desarrollo. Dos vasos plásticos se pegaron en la pizarra; un signo (ya sea de suma o de resta) yacía entre ambos envases. El propósito era que por turno los alumnos se ayudaran de paletas de madera para contar y hacer varias adiciones o sustracciones. Dicho ejercicio fue ejecutado con el objetivo de desarrollar la comprensión concreta de los conceptos.
Más adelante, le solicitamos a los niños sacar sus cuadernos para hacer un ejercicio luego de explicarlo en la pizarra con figuras y dibujos; este fue el recurso gráfico que utilizamos. Esta segunda actividad consistía en pasarse piezas de dominó, en los cuales educandos debían identificar el número de puntos en el primer lado y en el segundo lado, y luego hacer una suma con ambos números. Verbigracia, si una pieza tenía cuatro puntos de un lado y seis de otro, el alumno debía hacer la siguiente suma: 4 + 6 = 10. Algunos estudiantes mostraron dificultad para hacer el ejercicio, pero con ayuda de sus otros compañeros pudieron completar la asignación; además, el hecho de que estaban usando el sentido del tacto para hacer el mismo les favoreció en gran manera.
Explicación de la actividad con los dominos.
A continuación, con motivo de reforzar la resta, jugamos a los bolos. Se dividió el grupo en dos equipos, y en el centro del aula se colocaron diez vasos plásticos numerados; con ayuda de una pelota, los niños simularon un juego de bolos. Los vasos que se caían se contaban y una vez más, con ayuda de las paletas de madera, los educandos hicieron la siguiente resta: ¿cuántos vasos quedaron intactos?
Resta jugando bolos
Para finalizar, como cierre y evaluación, hicimos preguntas específicas acerca del tema, además de una lluvia de ideas para formar los conceptos vistos con ayuda de los alumnos; la mayoría supo contestar a las preguntas y aportar experiencias e ideas en la conceptualización de la adición y la sustracción.
Reflexionando sobre lo realizado, disfrutamos impartir esta asignatura en este curso, ambas practicantes no nos encontrábamos bien de salud y aun así consideramos que hicimos un buen trabajo, que los niños se comportaron y sobretodo que aprendieron las matemáticas de una manera visual, táctil y lúdica.
A través de la práctica docente, hemos aprendido que es necesario involucrar a los alumnos en los temas, de manera que experimenten y usen todos sus sentidos para adquirir los conocimientos. El juego y los materiales manipulativos utilizados en esta clase permiten que los niños aprendan de una forma divertida y comprometida. El trabajo práctico, decía Dewey, “suministra magníficas oportunidades para aprender las materias de los programas de estudio, no solo como información, sino como un conocimiento adquirido a través de las situaciones de la vida”. Enseñar a pensar sobre lo que se aprende, aprendiendo así a aprender durante toda la vida (Coro Molinos, 2002).
Otro aspecto a resaltar de este día que entendemos que se debe cambiar, es el concepto de buena conducta que los maestros activos tienen de los alumnos, pues no se trata de tener el salón de clases robots que sigan órdenes a la perfección, que no hablen ni se paren a menos que se les dé la oportunidad. Se trata de tener un clima áulico participativo, de aprendizaje, de respeto, tolerancia y orden que dará como resultado la buena conducta de los participantes. De igual forma, sabemos que es difícil para un solo maestro mantener el absoluto control de un aula donde los estudiantes vienen de distintos contextos y crianzas, entonces por eso estos optan por la manera tradicional de mantener el control del aula.
Pasado el recesos todo los practicantes del ISFODOSU tuvimos la oportunidad de tomar un taller sobres Recursos Áulicos y Didáctico con la maestra de 2do F, Ana Pichardo. Aprendimos lo importante que es tener un aula bien ambientada en la que los niños se identifiquen. Durante el taller hicimos dos actividades: decorar un folder para guardar trabajos (actividad que hacen los alumnos al iniciar el año) y la creación de un portafolio.
Taller de Recursos Didácticos y Aulicos con la maestra Ana Pichardo.