Primer día en la implementación del proyecto de aula "¡Qué bonito escribo!" junto a nuestros compañeros Stephany Jaquez, Joel Ventura, Débora Parra y Génesis Peralta.
El jueves 5 de abril correspondía iniciar el proyecto de aula, el cual titulamos “¡Qué bonito escribo!”. El propósito de esta iniciativa era trabajar con los estudiantes de 3ro A la caligrafía de una manera dinámica, teniendo en cuenta que al pasar a Segundo Ciclo de Básica los estudiantes deben haber completado su proceso de alfabetización; la caligrafía permite la comprensión de lo que se escribe.
Para esta primera parte decidimos dividir los contenidos en tres estaciones: Trazos, Letras y Palabras. Luego del receso, como habíamos acordado con la maestra titular, les pedimos a los niños hacer dos filas antes de entrar al aula; hicimos un ejercicio de relajación, para luego permitirles la entrada.
Para iniciar formalmente el taller, utilizamos la indagación dialógica; le pedimos a los niños que leyeran el título del taller, y que expresaran lo que entendían que iban a aprender a partir del nombre. Seguidamente, en la primera estación (Trazos), se trabajó con el fortalecimiento del pulgar y el músculo del opponens pollicis o pulgar opuesto al insertar lentejuelas en una bola de masilla con el dedo mencionado anteriormente; también se ejercitó la flexibilidad de la muñeca y el posicionamiento correcto de los dedos al sostener el lápiz con ejercicios de trazos en hojas de trabajo previamente elaboradas. Los estudiantes encontraron especialmente divertida esta parte, pues por medio de actividades lúdicas (con masilla, formas y figuras) pudieron aprender algo. Esto es evidencia de que jugando y divirtiéndose los estudiantes aprenden mejor.
Posteriormente, en la estación de "Letras" se establecieron las diferencias entre las formas de escribir (script y cursiva), y los distintos posicionamientos de las letras según las líneas (las que suben, las que bajan, las centradas). Con el fin de que los alumnos pudieran practicar estos conceptos, se llamó a algunos al frente para que delinearan la letra seleccionada con un lápiz sin punta en una caja con sal; y para elegir la letra, los alumnos sacaron fichas con morfemas de una bolsa. Luego, solidificaron sus conocimientos con una hoja de caligrafía de las letras en cursiva y script.
Finalmente, en la última estación denominada “Palabras”, los estudiantes aprendieron acerca de los márgenes y la línea imaginaria. Después, escribieron seis palabras en hojas de trabajo con líneas y márgenes para practicar lo aprendido a lo largo del día.
Según Vester se debería “aspirar a un trabajo con los contenidos por parte del alumno lo más activo posible, ya que de este modo conseguiríamos la mayor cantidad posible de conexiones de la nueva información y con los dos hemisferios cerebrales, tanto el izquierdo o lógico, como el derecho o creativo”. En definitiva, separar los diferentes aspectos a trabajar fue todo un éxito, pues a parte de que fue bastante dinámica la clase, se pudieron lograr los objetivos para ese día. Asimismo, en las evidencias se vieron reflejados los aprendizajes.
Notamos que a pesar de que el tema fuera escritura, los alumnos estaban ansiosos por ser partícipes de todas las actividades. Para otra ocasión, manejaremos mejor el tiempo puesto que algunas actividades planificadas tuvieron que posponerse por falta de tiempo. De igual manera, creemos que entre todos se notó la colaboración, el trabajo en equipo y la preparación previa para empezar con buen pie el taller.
Al despedirnos de los niños les informamos que el taller no había llegado a su fin y que por lo tanto continuaremos en la siguiente semana, esto fue motivo de emoción y expectativa para ellos.
Laura y Génesis explicando los ejercicios con el lápiz y de los trazos (Estación TRAZOS)
Stephany y Ana en la estación de LETRAS Alumna participando en la actividad sobre los espacios de las letras
Débora y Joel en la estación de PALABRAS