Fases e ideologías de la Revolución Francesa.

Ideología y fases de la Revolución francesa

Durante la Revolución francesa hubo cuatro grupos políticos fundamentales y con diferentes formas de entender la revolución:

Los constitucionalistas eran partidarios de una monarquía moderada por una constitución. Fueron el grupo dominante durante la primera parte de la revolución, la monarquía constitucional (1789-1792). En este grupo encontramos a Mirabeau y La Fayette.

Los girondinos eran los representantes de la alta burguesía, la derecha revolucionaria. Eran partidarios de realizar la revolución por medio de la ley. Se inclinaban a dar más importancia a las iniciativas de las provincias frente a las de París. Para ellos las ideas revolucionarias son universales y por lo tanto aplicables en cualquier parte. Su figura más destacada es Brissot.

Los jacobinos eran los representantes de la burguesía media y las clases populares (sans-culottes). Pretenden controlar la revolución y llevarla adelante por medio de los hechos. Son centralistas, el impulso revolucionario está en París y desde allí ha de extenderse. Están dispuestos a limitar la propiedad privada y la libertad individual. Sus figuras más representativas son Dantón, más moderado, y Robespierre.

Los demócratas, el sector más exaltado, que ni siquiera está en la Asamblea. Propugnan el sufragio universal y la soberanía del pueblo. Actúan en la calle pero nunca tuvieron el poder. Su figura más representativa fue Marat.

La monarquía constitucional

Tras los primeros momentos de la revolución, la constitución de la Asamblea Nacional y la proclamación de la Constitución de 1791 la situación política se deteriora rápidamente debido a las tensiones internas y a la guerra que las potencias europeas comienzan contra la revolución en Francia.

La convención

El 10 de agosto de 1972, ante el ultimátum del duque de Brunswick se proclama la república, la nueva Asamblea se llamará la Convención (1792-1794). En ella están los girondinos, por un lado, y los montañeses, que se apoyan en los sans-culottes, y los jacobinos. Durante el primer año la situación política se agrava aún más, pero es la Montaña quien gobierna.

La convención: el Terror jacobino

Para contener la situación se proclama el Comité de Salud Pública, dominado por los jacobinos y los sectores populares y se desata el período del Terror (1793-1794). Se multiplican las condenas a muerte, comenzando por el rey y su familia y terminado por los girondinos y los miembros jacobinos moderados, como Dantón. Para acabar con estos desmanes se produce el golpe de estado termidoriano, y de proclama un directorio controlado por los girondinos.

El directorio

La época del Directorio (1794-1799) es la de la restauración burguesa. En 1795 se proclama una nueva constitución que concede el poder legislativo a dos asambleas y el ejecutivo a un directorio de cinco miembros. Sin embargo el Directorio pronto comienza a recibir presiones. Los realistas consideran que la revolución a terminado y se debe restaura a los Borbones y los jacobinos creen que la revolución ha sido traicionada.

El consulado

Para conseguir estabilidad la burguesía se apoya en los generales revolucionarios y entre ellos el más prestigioso es Napoleón. El 19 de noviembre de 1799 (18 de brumario) se produce un golpe de estado y se colocan al frente del ejecutivo tres cónsules (período del consulado): Bonaparte, Sieyés y Ducos Napoleón terminan por hacerse con el poder al ser nombrado cónsul vitalicio. En 1800 se proclama una nueva constitución en la que la autoridad se estructura de arriba abajo. La idea es muy similar a la de los primeros tiempos de la revolución: los constitucionalistas. Napoleón se proclamó emperador en 1804. Es un imperio burgués nacido de la revolución y que sigue sus principios a favor de la alta burguesía.