El humo de la fogata, ahuyentaba los mosquitos, era una tarde húmeda y amenazaba lluvia. Pepito preparó el mate y mientras esperaba que se caliente el agua, le pareció ver entre el humo que alguien salía del maizal. El hombre traía en su espalda una canasta revozante de choclos y entre sus brazos abrazaba muchos más. Quizo verle la cara y de pronto, mientras caminaba hacia él se deshizo en el humo.
Pepito sacudio la cabeza, se refrego los ojos. A su mente volvió la imagen de la abuela Virgilia. Recordó que algunas tardes cuando él le preguntaba "¿ Has visto a José ?", ella le respondía "Si, hace un rato lo ví, venía hacia aquí desde el maizal y se perdío en el humo". Se quedaba como pensando y terminaba diciendo "Esta noche va a volver en los sueños".
Cebó el primer mate, el gusto fuerte y áspero lo alivió. Estaba feliz, la tarde caía, los pájaros volvían a sus nido y le esperaba una noche con sueños.
©Mario Antonio Herrero Machado
A El Cabeza