1996 - LA TABERNERA, "EL RENCO" Y EL ALCALDE DE ELDA

ANTECEDENTES

Escrito mandado al diário Información como crítica a la decisión del Ayuntamiento de Elda, de sustituir una zarzuela por una novillada. "El Renco" es un torero que, años depués fué marginado por los taurino por denunciar en un programa de TV, con cámara oculta, que muchos toreros, como él, tenían que vender su piso, su coche y pedir présamos para poder torear en plazas que nadie va.

Alicante, 29 de agosto de 1.996

LA TABERNERA, "EL RENCO" Y EL ALCALDE DE ELDA

La España de los siglos XVI y XVIl era rica en creación literaria, pintura, escultura y todo tipo de artes con mayúsculas; hasta el punto de llamar a esa época, el Siglo de Oro. Su "decadencia" vino a coincidir con la aparición un nuevo "arte", el taurino; pero, ¿en realidad se trata de una simple coincidencia?. Hay quien dice que ambos acontecimientos no tienen ninguna relación, pues, las corridas de toros aparecieron más de un siglo después de la terminación del Siglo de Oro; sin embargo, los propios taurinos alardean de que los festejos taurinos tienen su origen en la antigua Grecia. (Yo, incluso, diría que data de la época de las cavernas, y sus partidarios no ha evolucionado nada desde entonces).

Ahora, en serio. En cualquier parte del mundo donde la agricultura y la ganadería es o ha sido el eje económico y de la vida social, es normal que las fiestas coincidan con el tiempo de recogida de la cosecha y en los festejos se utilicen los animales con los que se trabaja y comercia. Así, en Estados Unidos existe el Rodeo, donde los vaqueros compiten mostrando sus habilidades de doma y marcaje; en la Inglaterra de hasta el siglo XVIII se realizaban peleas de perros contra toros ("bulldog") y en España, las corridas de toros.

Así pues, todo tipo de festejos taurinos tuvieron que ser normales entre el pueblo llano de la España del medievo.

La llegada del Renacimiento y, más tarde, del Barroco (Siglo de Oro) supuso un auge de la creatividad y del pensamiento; y, por lo tanto, del peligro para el poder establecido. Por ello, que mejor que sustituirlo por una nueva "cultura" surgida del pueblo y del salvajismo noble, y hasta entonces en estado latente, los toros (finales del XVII, principios del XVIII). A finales del XVIII ya era evidente el reinado de la Tauromaquia sobre las demás artes.

Así, donde antes había Garcilaso, Greco, Teresa de Jesús, Cervantes, Velázquez, Góngora, Quevedo, Lope de Vega, Calderón y un largo etcétera ahora hay Jesulín, "El Cordobes", "El Niño de la Capea", "El Soro", Ortega Cano y otro largo etcétera.

El proceso no ha terminado todavía (aún queda música, teatro, literatura, etc que destruir) y buena prueba de ello es la sustitución de una zarzuela por una novillada en Elda. "La tabernera del puerto" será sustituida por "El Renco" con la ayuda del Ayuntamiento y de Tele5. Y no es un caso aislado: el propio Ayuntamiento de Elda gastará cincuenta millones de pesetas en acondicionar la plaza de toros; el Ayuntamiento de Benidorm subvenciona corridas todas las semanas, a las que nadie acude aunque toree Ortega Cano; y muchos ayuntamientos promueven escuelas taurinas donde los escasos alumnos tienen grandes posibilidades de "forrarse" antes de los treinta años, mientras que los alumnos de los conservatorios pordiosean ayudas y los actores locales de teatro actúan en la calle como lo hacían en la edad media.

Si alguien piensa que exagero, no tiene más que mirar al final de este periódico y ver la cantidad de valioso espacio que se destina a los toros y el que se destina al teatro, la literatura o la danza. Y es que, al parecer, hay artes de primera y artes de tercera.

España sigue siendo diferente.

José Francisco Cuéllar Junio

ANDA-Alicante /CODA