2004 - BARCELONA ANTI-TAURINA. CARTA A LA CONSELLERA TURÁ DE LA GENERALITAT CATALANA

ANTECEDENTES

El 6 de abril de 2004, el pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprueba declarar "Barcelona ciudad anti-taurina"; a partir de ese día se desencadena una polémica y en algunos políticos cunde el pánico. Una de las Conselleras de la Generalitat de Cataluña realiza unas declaraciones tranquilizadoras para los taurinos. Los anti-taurinos la animamos a que resista la presión de los taurinos.

Sra. Consellera:

A pesar de la imagen de exaltados, extremistas o intolerantes que de nosotros quieren dar los lobbies taurinos, le puedo asegurar que todos los que estamos en contra de las corridas de toros no tenemos nada de eso. Aunque he de reconocer que nuestra desesperación por sentirnos no escuchados por nadie nos hace elevar el tono y el ímpetu de nuestra lucha.

Me agrada especialmente dirigirme a usted, por el ser mujer la hace especialmente sensible a la violencia, al sufrimiento del animal, al sufrimiento de los humanos, a la chulería y prepotencia y a la lucha contra tradiciones injustas como es el machismo y la discriminación de la mujer, tradición mucho más antigua y arraigada que la tauromaquia.

He leído unas declaraciones suyas en las que dice que "a la hora de tomar una decisión no se puede tomar de manera precipitada cortando siglos y siglos de tradición". ¿Diría lo mismo si la tradición de la que hablásemos fuese la que lleva marginando a la mujer en la sociedad desde hace siglos?.

Ya sé. Me dirá que no es comparable cuando afecta a las personas que cuando afecta a los animales; pero es que la tauromaquia no solo afecta a los animales; también puede producir y produce la muerte a humanos (Manolete, el Yiyo, Paquirri, etc), embrutece a una sociedad y daña su imagen ante el mundo. Porque todo eso esconde la tauromaquia: Violencia como negocio, regocijo en el sufrimiento del animal, sed de sangre y de peligro (los taurinos solo tienen interés en que el toro sea embista, los cuernos no estén afilados, el torero se arrime. En definitiva, que el torero ponga su vida en máximo riesgo mientras ellos se comen un bocadillo de tortilla o se fuman un puro (repugnante)).

Respecto a lo que dice de que "hemos de encontrar el punto intermedio que nos permita la resolución adecuada y escuchar a todas las partes". ¿Como se puede encontrar el punto intermedio en el sufrimiento de un animal?, ¿como se puede encontrar el punto intermedio en una tradición? y ¿como se puede encontrar el punto intermedio en el riesgo que corren los toreros sin que los taurinos monten en cólera? (ni si quiera aceptan que se afeiten los cuernos; ¡quieren que se jueguen la vida! ¡para eso pagan!). No, Sra Turá. Desenmascarada la tauromaquia hay que quitarla de golpe y los que quieran que por sus venas corran ríos de adrenalina, que vallan al médico o al psiquiatra.

Por otra parte, estoy de acuerdo con usted en que festejos taurinos diferentes deben ser tratados de manera diferente.

En toda decisión política hay sectores afectados. En esta, sobre todo en lo que se refiere a la tauromáquia, estoy seguro que no son muchos. Pero sean las que sean, hay cuestiones relacionadas con la ética personal y la responsabilidad ante si mismo, sus seres queridos y la historia que están por encima de los intereses de unos cuantos. Sobre todo cuando esos intereses no afectan a asuntos de vida o muerte; SOLO DIVERTIMENTO. Recuerde la dura decisión que tuvo que tomar Abraham Lincoln al abolir la exclavitud aunque se viesen afectados millones de puestos de trabajo, aunque su país fuese a una guerra civil y aunque le costase la vida. No creo que este asunto llegue tan lejos y si llegase nos daría la razón en el tipo de individuos con los que estamos tratando.

Confiando en que tomará una postura acertada, le saluda.

J. F. Cuéllar Junio

Ecologistas en Acción