Trilce

Quiero escribir

sobre tu piel dorada

un verso de Vallejo inolvidable

ese que habla de París y de la lluvia

en un otoño, como hoy, amable.

Pues fue en otoño

cuando miró a España

y en tus ojos descubrí la calma

de caminar despacio por los días

la soledad, la aurora y la distancia.

Y jueves fue

cuando dejó la estancia

jueves será

cuando regrese a casa.

Le daban duro y fuerte con un palo

y duro también con la palabra,

él escribía versos desolados

igual que los que escribo esta mañana;

le mataron a Rojas, compañero,

y a mi me han destruido la esperanza

de verte por los campos renaciendo

igual que él quiso que naciera España.

Apenas sí en mis manos quedan sombras

y sombras en los ojos de Vallejo,

la lluvia de París se hizo intensa

y tú y él os fuisteis hoy muy lejos.

De él guardo la luz del compañero

que escribía: ¡Salud!, contra los cielos,

de ti guardo el olor a primavera

que me traen los vientos con sus vuelos.