A FLOR DE TIEMPO.PACO IBÁÑEZ. 4.CONSEJOS PARA UN GALAN
Autor: Arcipreste de Hita/Paco lbáñez Versión al castellano moderno de Maria Brey Mariño.
Lam Haz a la dama un dia
la vergüenza perder Mi
pues esto es importante,
si la quieres tener, Lam
una vez que no tiene
vergüenza la mujer Rem
hace más diabluras Lam
de las Mique ha menester. Lam
»Talante de mujeres
¿quién lo puede entender?
su maestria es mala,
mucho su malsaber.
Cuando están encendidas
y el mal quieren hacer
el alma y cuerpo y fama,
todo echan a perder.
»No abandones tu dama,
no dejes que esté quieta,
siempre requieren uso
mujer, molino y huerta;
no quieren en su casa
pasar días de fiesta,
no quieren el olvido;
cosa probado y cierta.
»Es cosa bien segura:
molino andando gana,
huerta mejor labrada
da la mejor manzana,
mujer muy requerida
anda siempre lozana;
con estas tres verdades
no obrarás cosa vana.
»Dejó uno a su mujer
(te contaré la hazaña;
si la estimas en poco,
cuéntame otra tamaña
Eran don Pitas Payas
un pintor de Bretaña,
casó con mujer joven
que amaba la compaña
»Antes del mes cumplido
dijo él: ‑Señora mía,
a Flandes volo ir,
regalos portaría.
Dijo ella: ‑Monseñor,
escoged vos el día,
mas no olvidéis la casa
ni la persona mía.
»Dijo don Pitas Payas:
‑Dueña de la hermosura,
yo volo en nuestro cuerpo
pintar una figura
para que ella os impida
hacer cualquier locura.
Contestó: Monseñor,
haced vuestra mesura.
»Pintó bajo su ombligo
un pequeño cordero
y marchó Pitas Poyos
cual nuevo mercadero;
estuvo allá dos años,
no fue azar pasajero.
Cada mes a la dama
parece un año entero.
»Hacia poco tiempo que
ella estaba casada,
había con su esposo
hecho poca morada;
un amigo tomó
y estuvo acompañada,
deshízose el cordero,
ya de él no queda nada.
Cuando supo la dama
que venia el pintor,
muy de prisa llamó
a su nuevo amador;
dijo que le pintase,
cual supiese mejor,
en aquel lugar mismo
un cordero menor.
»Pero con la gran prisa
pintó un señor carnero,
cumplido de cabeza,
con todo un buen apero.
luego, al día siguiente ,
vino allí un mensajero:
que ya don Pitas Payas
llegaría ligero.
»Cuando al fin el pintor
de Flandes fue venido,
su mujer, desdeñosa,
y fría le ha recibido:
cuando ya‑en su mansión
con ella se ha metido,
la señal que pintara
no ha echado en olvido.
»Dijo don Pitas Payas:
‑Madona, perdonad,
mostradme la figura
y tengamos solaz.
‑Monseñor ‑dijo ella‑,
vos mismo la mirad:
todo lo que quieres
hacer, hacedlo audaz.
»Miró don Pitas Payas
el sabido lugar
y vio aquel gran carnero
con armas de prestar.
‑¿Cómo, madona, es esto?
¿Cómo puede pasar
que yo pinté corder
y encuentro este manjar?
»Como en estas razones
es siempre la mujer
sutil y mal sabida,
dijo: ‑¿Qué, monseñer
¿Petit corder dos años,
no se ha de hacer carner?
Si no tardaseis tanto
aún sería corder.
Por tanto, ten cuidado,
no abandones la pieza,
no seas Pitas Payas,
para otro no se cueza;
incita a la mujer
con gran delicadeza
y si promete al fin,
guárdate de tibieza.
Autor: Arcipreste de Hita/
Paco lbáñez
Versión al castellano moderno de Maria Brey Mariño.