El Boj: La flauta de Minerva

Minerva y la flauta de boj

Cuenta Ovidio en el libro VI de los Fastos que la diosa Minerva fue la inventora de la flauta.

Tomó una rama de boj y la perforó, haciendo luego distintos agujeros para variar los sonidos. Estaba muy satisfecha de su invención, por las melodías que era capaz de crear. Pero se cansó pronto de hacerlo sonar al comprobar cómo alteraba su aspecto.

Observó en el agua que sus mejillas se inflaban y enrojecían mientras soplaba la flauta para emitir sonidos.

“No me interesa el arte a ese precio”, comentó. Y dejó el instrumento en manos de los hombres.

Desde entonces se la venera como protectora de los flautistas.

El boj en la mitología clásica

En la mitología griega, este arbuso de hoja siempre verde, estaba consagrado a la diosa de la fecundidad: Rea para los griegos, Cibeles para los romanos. Como otros árboles de hoja perenne, el boj representa la continuidad de la naturaleza frente a los cambios cíclicos que se producen al ritmo de las estaciones. También estaba consagrado este arbusto a la diosa del amor, Afrodita, y a Hades, el dios de los muertos; estos dioses personifican los dos elementos clásicos del ciclo de la vida: el amor y la muerte.

A Cibeles, diosa de la naturaleza, se la representa montada en un carro tirado por dos leones, con una llave en la mano y en la cabeza una corona con varias torres talladas. El carro representa la salvaje naturaleza que ella domina y gobierna, los leones son Atalante e Hipomenes que fueron transformados en estas fieras por haber profanado uno de sus templos. La llave es el poder que ostenta sobre la fecundidad de la naturaleza y los tesoros que la tierra encierra. Las torres de la corona son las ciudades que están bajo su protección.

Las flautas que acompañaban los ritos en honor la diosa, estaban hechsa de madera de boj.

El boj, el jabalí y los búhos

El fruto del boj tienen una forma curiosa. Si se observa con atención, apoyado horizontalmente en una superficie, cuando está verde parece la clásica hucha del cerdito. Después, al madurar, se abre de golpe lanzando lejos las semillas; queda abierto en tres partes que recuerdan la forma de un búho.

Cuenta una leyenda que el boj pidió a un jabalí que le ayudara a dispersas sus semillas. El jabalí aceptó en primer momento, pero luego se guardó las semillas y no hizo nada por facilitar su expansión.

El boj, entonces, pidió ayuda a tres búhos de la noche para que obligaran al jabalí a cumplir su compromiso. Se dedicaron a perseguir al jabalí, repitiendo una y otra vez su grito de aviso.

Finalmente, el jabalí, harto de la persecución de los búhos, lanzó con fuerza las semillas contra ellos, cumpliendo de ese modo el deseo del boj.