Nuestra Iglesia es “CATÓLICA”, que significa universal, disponible a toda persona que busca sentido y a Dios. Es una Iglesia servidora del hombre y, como Jesús, desea acoger con misericordia. María, madre de Jesús, es la primera discípula de esta iglesia, dispuesta a interesarse de quienes se sienten solos y de quienes desean estar más junto a Jesús.
María, madre nuestra, queremos ser como tú. Dispón nuestro corazón para estar sensibles y abiertos a todos quienes nos necesiten, en nuestros barrios, escuelas, trabajos.
Como hijos agradecidos de nuestra Madre la saludamos con la ORACION INICIAL DEL MES.
Cantemos a nuestra Madre
Jesús, nos dejó un ejemplo contundente que, como Iglesia, debemos estar abierto a toda persona que encontramos en el camino de todos los días: Lo hemos oído muchas veces. Pero volvamos a escuchar con atención (Lucas,10, 30-35).
“…—Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Resulta que viajaba por el mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Así también llegó a aquel lugar un levita y, al verlo, se desvió y siguió de largo. Pero un samaritano que iba de viaje llegó adonde estaba el hombre y, viéndolo, se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted de más, se lo pagaré cuando yo vuelva”.
¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
—El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.
—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús”
Tantas veces hemos escuchado esta hermosa parábola, que para el mundo judío de ese tiempo, era muy provocativo. Era contra la cultura religiosa de su tiempo. Ello, nos invita a que como iglesia y nosotros sus miembros, abramos las puertas del corazón y de la mente para comprender, acoger, apoyar incluso a quienes no son de nuestra Iglesia o credo. Si perder nuestra propia identidad.
(si lo deseas, puedes ver otro recursos para la reflexión AQUÍ -en la sección recursos)
María, madre de nuestra iglesia…
1) .Ayúdanos a ser iglesia en salida, con un corazón abierto para todos/as.
Digamos todos/as: Ven con nosotros a caminar
2) Ayúdanos a ser iglesia en salida, interesándonos de los problemas de quienes están más cerca.
Digamos todos/as: Ven con nosotros a caminar
3) Ayúdanos a ser iglesia en salida, para tomar siempre la iniciativa en acoger, proteger y alimentar, a quienes lo necesiten
Digamos todos/as: Ven con nosotros a caminar.
Jesús no dice a los Apóstoles que formen un grupo exclusivo, un grupo de élite. Jesús dice: « Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos » (Mt 28,19).
Abrir los brazos de par en par y digan con fuerza, en voz alta: ESTO SOMOS…UNA IGLESIA PARA TODOS.