Al terminar esta primera semana del mes queremos poner a María como una luz que nos ayude a iluminar los caminos que nos toca recorrer en el Chile de hoy, y con lo que nos vamos encontrando. Nuevamente, el tema del aborto está constituyendo un debate muy sensible. Está en la noticia mundial la resolución del Congreso de Estados Unidos, de dejar sin efecto la despenalización del aborto. Después de 40 años donde el aborto funcionaba sin mayor discriminación. También la Santa Sede, invitó a los países del mundo a reflexionar sobre el Aborto en función del respeto irrestricto por la vida desde su nacimiento hasta la muerte natural. Otro aspecto, que está en el debate es la Eutanasia o muerte asistida donde la Iglesia aboga por el respeto de la vida como don de Dios, salvo situaciones muy específicas que lleve a la muerte natural. Son situaciones que no son ajenas a la Iglesia y a la conciencia de cada cristiano que tiene en su corazón el valor de la vida y de la dignidad de persona humana, como hijos de Dios.
María, Madre de la vida plena, también tu maternidad fue compleja. Anímanos a estar atentos a los dictados de una cultura que no respeta la vida y el valor de la dignidad de la persona humana. Recemos la ORACION INICIAL DEL MES DE MARIA
El Papa Francisco, nos dice (Amoris Laetitia 83 y 48):
“Es tan grande el valor de una vida humana, y es tan inalienable el derecho a la vida del niño inocente que crece en el seno de su madre, que de ningún modo se puede plantear como un derecho sobre el propio cuerpo la posibilidad de tomar decisiones con respecto a esa vida, que es un fin en sí misma y que nunca puede ser un objeto de dominio de otro ser humano. La familia protege la vida en todas sus etapas y también en su ocaso. Por eso, « a quienes trabajan en las estructuras sanitarias se les recuerda la obligación moral de la objeción de conciencia. Del mismo modo, la Iglesia no sólo siente la urgencia de afirmar el derecho a la muerte natural, evitando el ensañamiento terapéutico y la eutanasia», sino también «rechaza con firmeza la pena de muerte”.
“La fragilidad y la dependencia del anciano a veces son injustamente explotadas para sacar ventaja económica. Numerosas familias nos enseñan que se pueden afrontar los últimos años de la vida valorizando el sentido del cumplimiento y la integración de toda la existencia en el misterio pascual. Un gran número de ancianos es acogido en estructuras eclesiales, donde pueden vivir en un ambiente sereno y familiar en el plano material y espiritual. La eutanasia y el suicidio asistido son graves amenazas para las familias de todo el mundo. Su práctica es legal en muchos países. La Iglesia, mientras se opone firmemente a estas prácticas, siente el deber de ayudar a las familias que cuidan de sus miembros ancianos y enfermos”.
- Ciertamente, los textos son claros y definitorios sobre el valor de la vida humana, en todas sus etapas. Pues la vida no es de “otro” sino que es un don de Dios. Y Dios es muy celoso por sus hijos/as.
Madre de Jesús, que defendiste la vida de tu hijo huyendo por las montañas, haznos sensibles a todo lo que atenta contra el justo indefenso. Escúchanos, María te rogamos
María Madre de los niños indefensos, protégelos de leyes injustas y crueles que buscan su eliminación en los primeros momentos de su crecimiento. Escúchanos, María te rogamos
María Madre que escuchas el clamor de quienes no pueden defenderse, destierra de los corazones duros el afán de desprenderse de los ancianos y enfermos, sin amor ni compasión. Escúchanos, María te rogamos
En sus casas besen y abracen a su mamá/papá, por darles la vida. (o aquellas personas que los han cuidado con amor)