En la Iglesia se ha introducido el término “sinodal”, que quiere decir hacer las cosas juntos escuchándonos y buscando acuerdos para ser fieles a Jesús.
María nos invita a ser una comunidad de creyentes donde los jóvenes y las jóvenes puedan tener espacios para ser escuchados y ayudar a dar respuestas nuevas.
Pidamos a nuestra madre María, que nos ayude a hacer un camino sinodal
María, Madre de la iglesia renovada y más juvenil, ayúdanos a sr fieles a tu Hijo Jesús dando signos nuevos a los problemas nuevos que tenemos hoy. Comencemos esta celebración con la Oración inicial del Mes de María.
Cantemos a nuestra Madre
Hoy hay muchos jóvenes insatisfechos, con el corazón vacío y buscan alimentarse de lo que sea con tal de superar sus estados de ansiedad, de miedo, de inseguridad. Están llenos de cosas, pero están hambrientos. ¿quién les dará el verdadero alimento para cambiar su vida y vivir satisfechos?
Jesús hizo vivir a sus discípulos una experiencia de saciar el hambre material para descubrir el verdadero alimento (Marcos 8, 1-9):
“Por aquellos días, habiendo de nuevo mucha gente y no teniendo qué comer, llama Jesús a sus discípulos y les dice: siento compasión por esta gente, porque ya hacen tres días que están conmigo y no tienen qué comer…Le respondieron: ¿cómo podrá alguien saciar de pan a estos aquí en el desierto? Él les preguntó; cuántos panes tienen. Ellos le respondieron: siete. Hizo que la gente se sentara, y luego tomando los siete panes, y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran a la gente. Tenían también unos pocos pececitos. Y pronunciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran. Comieron y se saciaron…recogieron de lo sobrante siete canastas. Fueron unos cuatro mil. Y Jesús los despidió”.
Jesús tiene gran sensibilidad por la gente que lo seguía, y ve que no tienen qué comer. Invita a buscar una solución a sus discípulos. No actúa solo. Le traen panes. Ellos cooperan. Y luego unos pescaditos. Vuelven a cooperar. Entonces hay una preocupación común. Son varios los que sienten que es una situación difícil. Pero Jesús les ayuda. La gente también Cooper con los panes y los peces. Hay un conjunto de personas que hacen juntos con Jesús este hecho maravilloso del milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Hoy Jesús no quiere actuar solo, nos necesita. Son muchos a los que no llegamos y tienen hambre de paz, de amor, de amistad, de los bienes básicos, de llenarse con algo más de fondo. Y así hay muchos jóvenes con “hambres”, que nos gritan que les mostremos una Iglesia solidaria unida en comunión profunda para ayudar.
Oremos personalmente. Pidamos a María integrarnos para buscar soluciones, aportar ideas, escuchar, caminar hacia los necesitados, pero unidos.
María Tú nos quiere unidos, buscando juntos, mejorando la cara de la Iglesia sirviendo a los que están más mal que nosotros. Oremos a María…Escúchanos Madre te rogamos.
María, Tú conoces a tantos jóvenes que se sienten solos y desorientados, aunque estén con otros jóvenes y vivan fiestas o encuentros que no sacian sus hambres profundas. Muévenos a ayudar, a acercarnos. Oremos a María…
María, joven madre, ilumina a tantas madres jóvenes para que asuman la vida que llevan dentro de sí, y que encuentren en nosotros una Iglesia que camine a su encuentro, las apoye, y no las critique. Oremos a María.
Repitamos: María Madre de una Iglesia sinodal, que caminemos juntos para ayudar.
El Papa dijo a los jóvenes: “La felicidad exige compromiso y entrega. Son muy valiosos para andar por la vida como sonámbulos”
Levantamos una cruz grande.
Cantemos a nuestra Madre