Acrónimo de Noticiarios y Documentales, el NO-DO fue creado "con el fin de mantener, con impulso propio y directriz adecuada". En el momento de nacimiento del NO-DO, la balanza de la Segunda Guerra Mundial comenzaba a decantarse del lado aliado, y por ello no resultaba aconsejable que los cines dieran cabida solamente a propaganda bélica de afinidad fascista.
El NO-DO fue el instrumento del que se sirvió Franco para orquestar su maquinaria publicitaria. Dicen que las personas demasiado poderosas acaban aficionándose al riesgo, y Franco -guionista amateur en la película 'Raza'- quiso conquistar la gran pantalla. Intentaba consolidar su poder en un país desgarrado por el choque de ideales y que funcionaba por inercia sobre un equilibrio precario.
De todos modos, y aunque la música compuesta por Manuel Parada forma parte indivisible del imaginario colectivo, las consignas políticas del NO-DO no calaron en toda su profundidad. Pese a todos los esfuerzos de manipulación y censura, se fracasó en el intento de configurar una mentalidad uniforme. La mejor prueba de ello, según Cardona, es que "en cuanto Franco se muere, todo se hunde. Apenas se tardó cuatro días en desmantelar el régimen y emprender el camino hacia la democracia".
En cualquier caso, el NO-DO fue la plataforma desde la que la Dictadura mostraba su particular visión de la actualidad. Con su 'leit-motiv' "el mundo entero al alcance de todos los españoles", los noticieros representaban ante todo una forma de entender el mundo, y su análisis es una valiosa pista sobre cómo respiraba la sociedad española del momento, sobre cómo evolucionaban las sensibilidades con el correr de los años.