Aunque, oficialmente, la Guerra Civil se acabó en 1939, la resistencia armada contra Franco no había terminado. En los años cuarenta, varios grupos de guerrilleros salieron de sus escondites en las sierras para hostigar a la Dictadura. Para las autoridades eran «bandoleros», «forajidos», «ladrones» y «huidos». No eran palabras escogidas de manera fortuita. El Régimen no quería dignificar a los rebeldes admitiendo que tenían ideología o propósitos políticos. También se llamaban aquellos rebeldes «maquis», un nombre importado de Francia por los ex combatientes republicanos que participaron en la resistencia contra el Nazismo.

En 1942, después de la victoria aliada sobre Rommel en El Alamein y de la invasión del Marruecos francés y de Argelia, agentes secretos estadounidenses de la oss empezaron a entrenar en las tácticas guerrilleras a grupos de exiliados y de presos españoles liberados de los campos de concentración de Vichy en el Norte de África, españoles dispuestos a volver a su país y a mantener allí la resistencia en espera de una hipotética intervención aliada. Pero Santiago Carrillo cortó dicha «conexión americana» y se aseguró de que únicamente el Partido Comunista dirigiera la organización de la guerrilla española.

Por casualidad el pueblo de Frigiliana fue uno más de los enclaves que se encontraron en la primera línea de una guerra sin cuartel. Con poco más de 2 000 habitantes, 21 hombres huyeron a la sierra y se incorporaron a la «Agrupación de Roberto», nombre de guerra del enigmático jefe de la guerrilla antifranquista, cuya valentía y disciplina admiraban sus perseguidores de la Guardia Civil.

Este libro cuenta la historia de esos legendarios hombres, que acosados por el Régimen y finalmente abandonados a su suerte por el partido Comunista, pobres y aislados, jugaron, a su modo, un papel importante en la historia de España.

Con la invasión del Valle de Arán, en octubre de 1944, la guerrilla antifranquista, que viene actuando de forma aislada desde la guerra civil, se organiza bajo la dirección del Partido Comunista de España. Pretende derrocar al Régimen por la vía armada y, puesto que ha luchado contra los nazis en la Resistencia francesa, considera que, con Alemania a punto de perder la II Guerra Mundial, los aliados ayudarán a expulsar a Franco del poder.

Pero Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia prefieren tenerlo de su parte a abrir una brecha marxista en el Occidente de Europa. El PCE, no obstante, seguirá apoyando a esos hombres y mujeres (ellas, aunque en menor número, pertenecieron al maquis en igualdad de condiciones) hasta que Stalin, en 1948, da la orden de cambiar la estrategia: combatir al franquismo desde el interior de sus estructuras, infiltrándose en los sindicatos verticales. No todos los guerrilleros comunistas acatan la orden de retirada; mucho menos los anarquistas y los escasos socialistas que se habían echado al monte. Algunos seguirán activos, cada vez más aislados, hasta mediados los años sesenta.

En este programa, junto al análisis de diversos historiadores, escuchamos el testimonio de guerrilleros ya fallecidos, como Vicente López Tovar, que dirigió la toma del Valle de Arán; José Murillo, conocido como Comandante Ríos, y Remedios Montero, Celia para sus compañeros de lucha, que combatieron en las filas del maquis.

El 3 de diciembre se cumplen 45 años del comienzo del consejo de guerra contra 16 miembros de ETA que ha pasado a la Historia como El proceso de Burgos, por celebrarse en esa ciudad.

Tras el asesinato del inspector jefe de la Brigada Político-Social de Guipúzcoa Melitón Manzanas, el primer atentado premeditado que llevó a cabo ETA, la dictadura de Franco quería que fuera ejemplarizante. Sin embargo, la falta de garantías con que se desarrolló proceso y el hecho de que se hiciera por la vía militar suscitaron la condena internacional contra el Régimen.

Se resolvió con 9 penas de muerte y 519 años de cárcel, pero las protestas dentro y fuera de España y la intervención de personalidades como el papa Pablo VI y el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, obligaron a Franco a conmutar las penas máximas. Con la Amnistía de 1977 todos los condenados quedaron en libertad.

Este documental de Mamen del Cerro cuenta cómo se desarrollaron aquellos 28 días de diciembre de 1970. Algunos de los supervivientes, como el procesado Eduardo Uriarte y el abogado defensor Miguel Castells, han hablado ex profeso para este programa, al igual que el general Juan María Peñaranda, miembro de los servicios secretos, y el periodista Luis Rodríguez Aizpeolea.

Procedentes del Fondo Documental de RTVE se escuchan sonidos directos del juicio y las voces de otros protagonistas, ya fallecidos, entre los que se encuentran los abogados defensores Gregorio Peces-Barba y Juan María Bandrés, el procesado Mario Onaindía y el obispo de Bilbao José María Cirarda.

José María de Llanos y Pastor (1906-1992), más conocido como el Padre Llanos, fue uno de los sacerdotes españoles más controvertidos del siglo XX.

De familia burguesa y piadosa, abandonó novia y licenciatura en Ciencias Químicas para ingresar en la Compañía de Jesús. El asesinato de dos hermanos suyos durante la Guerra Civil, le hizo comulgar con el nacionalcatolicismo. Fue capellán en el Frente de Juventudes, el SEU y la Universidad; incluso impartió ejercicios espirituales a Franco, pero dio un cambio radical a su vida en 1955, cuando se marchó a vivir al suburbio madrileño de El Pozo del Tío Raimundo.

Con su empuje y el del asociacionismo vecinal, El Pozo se convirtió en un barrio digno, comprometido en la lucha contra la dictadura. En la capilla del Padre Llanos se reunían partidos y sindicatos clandestinos y el propio jesuita acabó teniendo carnés del Partido Comunista de España y de Comisiones Obreras.

Hombre de profunda fe, y de carácter difícil, el programa se vertebra sobre declaraciones del Padre Llanos procedentes del Fondo Documental de RTVE. Además, aportan su análisis cuatro personas que trabajaron directamente con él: el periodista y biógrafo suyo Pedro Miguel Lamet; Benito García Roldán, un huérfano de El Pozo al que trató siempre como a un hijo; la Madre Teresa de El Pozo y la abogada y presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, Francisca Sauquillo.

Las protestas universitarias de 1956 abrieron la primera brecha entre los jóvenes y Franco. El detonante estuvo en un manifiesto, previo al Congreso Nacional de Estudiantes que no llegó a celebrarse, en el que hijos de los vencedores pero también de los vencidos durante la guerra civil, pedían la recuperación de las libertades y la reconciliación nacional.

Aquel manifiesto provocó disturbios callejeros, la clausura de la Universidad y una crisis de Gobierno que se saldó con la destitución del ministro de Educación Joaquín Ruiz-Giménez y su equipo.

En este documental de Mamen del Cerro dos de los protagonistas, Enrique Múgica y Ramón Tamames, recuerdan cómo se desarrollaron los hechos y la fisura que abrió en el monolitismo del Régimen. Asimismo, se aporta el análisis del catedrático de Historia Contemporánea Miguel Ángel Ruiz Carnicer y numerosos testimonios del Fondo Documental de RTVE sobre aquella protesta.