En octubre de 1936 miles de hombres y mujeres decidieron venir a España para defender a la República. No les movía el dinero, no eran mercenarios, sino personas idealistas que pretendían frenar al Fascismo que se extendía por Europa como una mancha de aceite.

Documentos RNE dedica un programa a recorrer el origen, la vida y el eco del final de la Brigadas Internacionales. 40.000 personas que durante más de dos años combatieron, hombro con hombro, junto a milicianos y republicanos españoles en los principales frentes de nuestra Guerra Civil. Llegaron desde todos los lugares del Mundo, de más de 50 países, una iniciativa que se puso en marcha de manera espontánea y que finalmente organizó la Internacional Comunista.

Con guión de Mamen del Cerro, el programa recuerda la experiencia vital de los brigadistas. Porqué vinieron, cómo llegaron, qué ideales defendían, cómo fue su vida en los frentes y las trincheras, y fuera de ellas, qué recuerdo conservaron de España. Lo haremos a través de sus propios testimonios recopilados en el Fondo Documental de RTVE.

Además, analizaremos el valor de las Brigadas Internacionales como fenómeno único en la Historia y lo que supusieron en el contexto de la Guerra Civil gracias al análisis del catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova, y de Manuel Requena Gallego, fundador del Centro de Documentación y Estudios de las Brigadas Internacionales.


Esta es la historia del médico Leo Eloesser, hombre notable con intereses universales, nacido en San Francisco de padres inmigrantes alemanes. Aunque su primera vocación fue la música, supo enderezar su carrera a la medicina donde alcanzó un gran dominio, sobre todo en el campo de la cirugía torácica. Llegado a España a finales de 1937, contribuyó de forma encomiable a la sanidad internacional creando y dirigiendo hospitales de sangre como de Alfambra, en Teruel, o el hospital de Vich que, a juicio de Arthur Landis, funcionó con uno de los más competentes equipos de personal.

A las Brigadas Internacionales


Rafael Alberti


Venís desde muy lejos... Mas esta lejanía

¿qué es para vuestra sangre que canta sin fronteras?

La necesaria muerte os nombra cada día,

no importa en qué ciudades, campos o carreteras.

De este país, del otro, del grande, del pequeño,

del que apenas si al mapa da un color desvaído,

con las mismas raíces que tiene un mismo sueño,

sencillamente anónimos y hablando habéis venido.

No conocéis siquiera ni el color de los muros

que vuestro infranqueable compromiso amuralla.

La tierra que os entierra la defendéis seguros,

a tiros con la muerte vestida de batalla.

Quedad, que así lo quieren los árboles, los llanos,

las mínimas partículas de la luz que reanima

un solo sentimiento que el mar sacude: ¡Hermanos!

Madrid con vuestro nombre se agranda y se ilumina.


Madrid, diciembre de 1936.

Brigada Lincoln, quizás la más importante de todas. Lucharon en las batallas más duras de la guerra: Casa de Campo, Belchite , el Ebro...

Miembros muy comprometidos , muchos de ellos del partido comunista.

Siguen manteniendo su asociación, ya sus descendientes y ofrecen ayuda humanitaria en conflictos por todo el mundo.

La Constitución republicana de 1931 autorizaba la libertad de cultos; además, se redujo a dos años el plazo a los sefardíes – y a los hispanoamericanos – para la consecución de la nacionalidad. Con motivo del ascenso al poder de Adolf Hitler, los Gobiernos de centro-izquierda españoles ofrecieron asilo a los judíos centroeuropeos, incluso se pensó en captar a Albert Einstein.

Brigadistas escoceses

Brigadistas americanos, africanos, asiáticos y europeos.







La Brigada XI que intervino en la batalla de Zaragoza







Brigadistas suizos







Brigadistas chilenos.











La Brigada Thomas Mann estaba formada por jóvenes británicos, muchos de ellos de familias aristocráticas y universitarios, atraidos por la lucha contra el fascismo en España.





El Batallón Garibaldi estaba compuesto por antifascistas italianos que vinieron huyendo de la Italia de Mussolini.

Se dio el caso que en la batalla de Guadalajara se enfrentaron fuertes contingentes de italianos, unos en un bando enviados a España por Mussolini y otros en defensa de la República española, formando parte de las Brigadas Internacionales.

Despedida a las brigadas internacionales

1938-11-01 - Dolores Ibárruri (la Pasionaria)

Es muy difícil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan.

Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas atenazándolas... Angustia por los que se van, soldados del más alto ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la tiranía de todos los pueblos...Dolor por los que se quedan aquí para siempre, fundiéndose con nuestra tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón aureolados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud.De todos los pueblos y todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los días más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroísmo y espíritu de sacrificio.

Y Jarama y Guadalajara, y Brunete y Belchite, y Levante y el Ebro cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales.Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un país amenazado, de nuestra España.

Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideología diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros incondicionalmente.

Nos lo daban todo; su juventud o su madurez o su experiencia; su sangre y su vida, sus esperanzas y sus anhelos... Y nada nos pedían. Es decir, sí: querían un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros.

¡Banderas de España!... ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires!...¡Madres!... ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los días dolorosos y sangrientos se esfume en un presente de libertad, de paz y de bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales.

Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigiladas por perros rabiosos deseosos de clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariños, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: «¡Aquí estamos»!, vuestra causa, la causa de España es nuestra misma causa, es la causa de toda la humanidad avanzada y progresiva».

Hoy se van; muchos, millares, se quedan teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.

¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de Estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin límites os hacen volver a vuestras patrias a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marcharos orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticios de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales o hacia las acciones industriales que quieren salvar de todo riesgo.No os olvidaremos, y cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!...

Volved a nuestro lado, que aquí encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo: ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!