KEVIN MAGNUSSEN

Llámalo llanero solitario o inconformista, pero Magnussen está de regreso en la Fórmula 1 por una sola razón: correr.

Puede que sea un piloto de F1 de segunda generación (siguiendo a su padre, Jan, en la parrilla), pero los ídolos de Magnussen pertenecen a la "era dorada" de los Grandes Premios, cuando gente como Juan Manuel Fangio y Stirling Moss lo arriesgaron todo por el amor. del deporte

La propia destreza del corredor de Roskilde se demostró en el debut de McLaren, quien lo guió a través de las filas junior, cuando se coló entre los tres primeros en el Gran Premio de Australia de 2014, convirtiéndose en el primer danés en reclamar un podio en la F1.

Otros momentos de champán fueron más difíciles de encontrar, ya que dejó atrás a McLaren por una temporada con Renault, antes de instalarse cuatro entre espíritus afines en Haas. Y después de un año fuera de los Estados Unidos, compitiendo en Indy y autos deportivos, entre otras cosas, regresó al equipo de EE. UU. en 2022, asegurando su primera pole position en el Gran Premio de Brasil.

Sus maniobras carnosas y su enfoque con los codos hacia afuera le han ganado una reputación de chico malo en la pista, algo que aún lo deja desconcertado. Fuera del auto, Magnussen es relajado y afable. Después de todo, tiene el trabajo de sus sueños, y solo está aquí para competir.