El éxito del proceso educativo depende de diversos factores, entre ellos de la planificación de la enseñanza. Sin duda, es uno de los elementos fundamentales en cada una de nuestras clases. Su importancia está en que no es solo planificar lo que se llevará a cabo, es diseñar y adaptar la enseñanza con el fin de lograr los objetivos planteados. En este proceso es necesario tomar en cuenta el nivel de conocimiento de los estudiantes, sus características, los contextos de los cuales formamos parte y las metas que estable el currículo. Por lo que nos permite dirigir el proceso de enseñanza para que sea uno lógico, ordenado y con propósito.

Reconozco que a lo largo de mi formación docente es mucho lo que he aprendido y que dominar unas cosas me han tomado más esfuerzo que otras. En este caso, poseer dominio sobre la planificación me tomó un tiempo significativo. Realmente en mi práctica docente fue donde tomé el control sobre esta competencia debido a que diariamente debía realizar los planes para mis clases. A fin de evidenciar el dominio del que hablo presento uno de los tantos planes realizados durante ese proceso. El mismo fue elaborado mientras discutía el tema de Pirámides Poblacionales, bajo la unidad de Geografía Humana. En este plan se especifican los estándares y expectativas, conceptos, objetivos, actividades a desarrollar en clase, recursos, assessment y el apéndice.

Mediante esta evidencia muestro estrecha relación entre planificar, adaptar y diseñar la enseñanza y, realizar un plan diario. Esto debido a que la elaboración del mismo conllevó conocer sobre el tema, tomar en cuenta las características que presentaban mis estudiantes y el escenario en el que nos encontrábamos; todo esto sin olvidar los objetivos establecidos en el currículo. Este proceso es beneficioso para ambas partes ya que se logra una enseñanza dirigida y con propósito.