INTRODUCCIÓN

Entre las relaciones que unen a unos seres humanos con otros, a los individuos con el grupo, y a los grupos entre sí, la sexualidad forma parte integrante, al igual que la necesidad de aire, agua, alimentos, movimiento, conocimiento y compañía humana, de las grandes necesidades que condicionan la existencia de las personas sobre la tierra.

Como toda actividad humana, la sexualidad ha sufrido la influencia de la sociedad, organizándose, así, el conjunto de costumbres y leyes que rigen las relaciones sexuales. Estas forman desde la antigüedad, la red más tupida de prescripciones y de prohibiciones que jamás ha rodeado a una función biológica, un fenómeno paradójico, puesto que se trata de la "reglamentación" de una función que, en la mayoría de los casos, se realiza en la intimidad más secreta.

Hablar de la sexualidad nos provoca todavía risas y rubores, en nuestra sociedad sigue siendo un tema tabú. Pero en otras épocas no se veía de la misma manera. Desde la dominación cristiana de Occidente se inicia un largo período de persecución de la sexualidad. Es en el siglo XIX cuando por influencia de la burguesía victoriana (Inglaterra) se inicia una rápida represión sobre la sexualidad. En torno al sexo, silencio. Tanto en el espacio social, como en el corazón de cada hogar, existe un único lugar de sexualidad reconocida, utilitaria y fecunda: la alcoba de los padres. Por consiguiente, se reafirma en que de todo eso nada hay que decir, ni ver, ni saber. Tal es la lógica hipócrita que todavía se mantiene entre algunos grupos sociales.

Ante todo cabría preguntarnos: ¿Estamos ya liberados de esos dos largos siglos donde la historia de la sexualidad se leyó como la crónica de una represión creciente? Parece cierto que desde la antigüedad clásica la represión ha sido el modo fundamental de relación entre poder, saber y sexualidad. Es difícil liberarse si no es a costa, por tanto, de ciertas transgresiones, de la anulación de ciertas prohibiciones, de la irrupción de la palabra y de la restitución del placer a la realidad. En última instancia, si asumimos que la sexualidad está reprimida, es decir, destinada a la prohibición, a la inexistencia y al mutismo, el sólo hecho de hablar de ella, y de hablar de su represión, posee un aire de transgresión deliberada que anticipa, aunque sea poco, la libertad futura.

_____________________________________________________



VISUALIZA EL SIGUIENTE VÍDEO, clica en el enlace siguiente.

Redes - La batalla de los sexos

Una vez en marcha, hace 800 millones de años, la diferenciación de sexos marcó la evolución de dos tendencias, de dos formas de enfrentarse al mundo. Hoy, intentamos averiguar todavía hasta dónde ha influido esa división en el fondo de nuestras conductas sociales.

Programa dedicado a la visión evolutiva de las diferencias entre hombres y mujeres. Eduardo Punset entrevista a la filósofa de la Ciencia, Helena Cronin, de la London School of Economics, especialista en evolución humana y selección sexual.

Friso de Micronesia que representa una leyenda propia que habla de un hombre cuyo pene era tan largo que podía copular con su esposa desde una isla lejana.

Otro interesantísimo vídeo extraído del programa "Redes" de Eduard Punset, en el que se nos habla de la fisiología de la sexualidad. Somos pura química y reacciones hormonales.

FISIOLOGÍA DEL SEXO

Continua en: El significado de la sexualidad humana.

Para conocer la Antropología social y cultural como ciencia que estudia las culturas humanas desde un planteamiento integral... enlaza aquí con la Wikipedia: La antropología cultural o social

Página dedicada al antropólogo Claude Levi Strauss