El matrimonio en la Edad Moderna

Europa se recobró lentamente en los siglos XV y XVI de las desastrosas epidemias del siglo XIV y en el siglo XVIII experimentó un aumento de población sin precedentes, lo que fue atribuido alguna vez por los historiadores únicamente a la caída de la mortalidad ocasionada por la disminución del hambre y de las enfermedades endémicas de la Europa medieval y por el aumento de la productividad agrícola. Aunque pueda parecer irónico, el mero hecho de que la población europea estuviera creciendo a un ritmo sorprendente, desempeñó un papel crucial en la propagación de las prácticas de control de la fertilidad. Incluso los historiadores demográficos, que han sido más reacios a aceptar la idea de que las generaciones pasadas podían e incluso intentaban limitar los embarazos, han aportado "datos sólidos" que indican que los europeos occidentales, a partir del siglo XVII, no sólo intentaban regular su fertilidad, sino que lo lograban.

A principios de la Edad Moderna, la familia experimentó una transición importante. Expresada brevemente, la tesis es que hubo un cambio desde la familia autoritaria e instrumental del siglo XVI (marcada por matrimonios concertados, subordinación de las mujeres, tratamiento brutal de los hijos) que finalizó con la familia sentimental, igualitaria, de finales del XVIII (período señalado por relaciones cercanas entre maridos y esposas y una nueva preocupación por el bienestar de los hijos). Esta evolución que permitió a las familias individuales liberarse de las restricciones de la comunidad y de los parientes, fue, según algunos, fomentada por la lectura de la Biblia, el trabajo asalariado y la movilidad social. El protestantismo, al fomentar el respeto por el cónyuge, allanó el camino para el compañerismo conyugal.

La Boda campesina, Pieter BRUEGEL el Viejo, h. 1567, óleo sobre tabla, 114 x 164 cm, Kunsthistorisches Museum, Viena

El baile de la boda, Pieter BRUEGEL el Viejo, h. 1567, óleo sobre tabla, 114 x 164 cm, Kunsthistorisches Museum, Viena

El compromiso matrimonial continuaba siendo el paso fundamental para sentar las bases de la unión, no sólo entre dos individuos, sino entre dos familias, las relaciones sexuales precedían con frecuencia al casamiento. Aproximadamente un cuarto de las novias iban al altar embarazadas. El matrimonio en edad tardía, el espaciamiento de los hijos y la alta mortalidad infantil dieron como resultado que hasta mediados del siglo XVIII las familias tuvieran el número justo de hijos para mantener la población.

Familia burguesa de numerosa prole en el siglo XVIII. Nótese que no ha habido control de los nacimientos por el escalonamiento evidente de las edades de los niños.

Los hogares no eran lo mismo que las familias. Los primeros tendían a aumentar de tamaño a medida que subían en la jerarquía social; un hogar grande era un lujo que los pobres no se podían permitir. Un aristócrata podía tener hasta cuarenta personas viviendo bajo su techo, mientras que un jornalero corriente sólo tenía tres o cuatro. Los artesanos y aparceros, no pudiendo mantener a sus hijos por mucho tiempo, los enviaban muy jóvenes a servir como criados o jornaleros. Los ricos absorbieron esa mano de obra para satisfacer sus necesidades económicas y al mismo tiempo demostrar su poder social, pero con el aumento del comercio, empezaron a considerar cada vez más a los sirvientes como empleados en vez de como miembros de la "familia".

Hogar del siglo XVII con todo tipo de parentela. Grabado de Abraham Bosse, representa la bendición de la mesa.

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El matrimonio Arnolfini, de Jan Van Eyck, 1434, óleo sobre tabla, 82 x 60 cm, National Gallery, London

Corte de Ludovico Gonzaga y Bárbara de Branderburgo en Mantua, 1465-74, fresco, 805 x 807 cm, Camera degli Sposi, Palazzo Ducale, Mantua

Retrato de familia en un paisaje, Franz Hals, c. 1620, óleo sobre tela, 151 x 163,6 cm, Viscount Boyne, Bridgnorth, Shropshire.

Abraham BOSSE (1602-1676). "Primero el banquete y después..."

Familia del siglo XVIII.